CAROD Rovira se quedó solo y desautorizado cuando pedía una manifestación en defensa del Estatut antes de que se pronuncie el Tribunal Constitucional. Ningún partido le apoyó. Pero este año puede que no pase tan desapercibida en los medios internacionales la Diada nacional de Catalunya aunque coincida, como pasará siempre, con el día del Pinochetazo contra Allende en Chile,Y con el del ataque a las torres gemelas de Nueva York. No se organiza cada día una manifestación por la independencia de un país europeo sin estado con visos de notable participación.
Y es que son cada vez más los ciudadanos del Principat definitivamente desesperados de cualquier encaje de su nación con España. La movilización del viernes próximo la habían convocado cuatro asociaciones entre las cuales está Deu mil en marxa per l’Autodeterminació, la que llevó a Bruselas miles de personas con la misma reivindicación ante la UE, y se han adherido una cuarentena más de entidades de la sociedad civil. Además, la convocatoria ha obtenido adhesiones sonadas; las más llamativas pueden parecer la del presidente del Barça, Joan Laporta, y la del titular del Casal Argentino en Barcelona, la más previsible del actor Joel Joan, y a medio camino la del también intérprete Sergi López y el escritor británico afincado desde hace años en la ciudad condal, Mathew Tree.
La marcha tiene prevista la salida de la plaza Urquinaona, contigua a la de Catalunya, para quien conozca la ciudad, y el final en el parque de la Ciutadella, escenario de los actos convocados por las instituciones oficiales, Govern y Parlament. Y también se sumará, para animarla, la Companyia Elèctrica Darma, conjunto musical habitual en estimulaciones catalanistas, con una especie de himno oficioso y marchoso, sin letra, pero basado en una antigua canción popular contra el rey de Francia.
La economista Lisenda Paluzié, de l’asociacion convocante Sobirania i Progrès niega cualquier relación con el Estatut, el TC, ni nada parecido porque siplemente entiende que “la vía autonómica está totalmente agotada” y que “las alternativas a la independencia han quedado desacreditadas por los hechos.” Una de las entidades adheridas a la convocatoria es el Moviment Arenyenc per l’Autodeterminació, organizadora para el final del puente, el domingo 13, del referéndum sobre la independencia en el municipio de Arenys de Munt, lugar de nacimiento, por cierto, del poeta Salvador Espriu. Un tribunal de lo Contencioso Administrativo ha declarado ilegal la consulta, porque “excede de la competencia municipal”, a la vista de que la corporación local apoyaba el proyecto y acogía la votación en dependencia propia.
Esa convocatoria también se mantiene, porque si no puede intervenir la corporación, alquilará una sala a los organizadores, o se la buscarán éstos, si hiciera falta fuera de la casa consistorial. Puigcercós, líder d’Esquerra ya ha dado su apoyo al evento, y a cualesquiera de igual característica en el resto “de Catatalunya i dels Paísos Catalans”. En CiU, Puig ha calificado la ilegalización de “predemocratica” y el mismo Mas ha dicho que, si pudiera, votaría a favor. Alguna otra voz ha añadido que el recurso de la abogacía del Estado ha sido una torpeza, que no hará sino añadir cabreados como adeptos a la causa independentista, y ha dicho que le parece inadecuada la prohibición hasta el delegado del gobierno socialista en la comunidad, Joan Rangel, el mismo delegado que debe responsabilizarse de la autorización a Falange Española para que se manifieste, en la fecha de la consulta y en el escenario de la celebración. Sin comentarios.
La abogacía del Estado y los responsables máximos de la españolidad unitaria, es difícil que hayan tenido en cuenta el peso histórico del municipalismo catalán en las decisiones del país, grande, aunque no tanto como en Euskal Herria. Probablemente, ni siquiera habrán caído en la cuenta que la espantá del abuelo de don Juan Carlos que dio paso a la República se produjo después de la debacle de los monárquicos en unas elecciones municipales. Precisamente, está claro que la manifestación convocada para el 11, y la consulta del 13, serían inimaginables en Euskal Herria y reprimidas con toda la fuerza del dios Ares. Está por ver si culminan en la pacífica Catalunya.