Identitaria

La candidata Ayuso hace campaña electoral a base de definir y defender lo que llama “una manera madrileña de vivir”. Lo que en otras circunstancias definiríamos como una identidad madrileña. Tras mucho tiempo considerando que ‘identidad’ era una palabra pecaminosa o despreciable, y de acusar de identitario al nacionalismo catalán, ahora se deben dar cuenta de que el concepto es el centro de los grandes debates contemporáneos. Todo tipo de identidades, desde la de género hasta la de las comunidades y las minorías. También las nacionales. Por lo tanto, Ayuso se apunta por la puerta trasera, definiendo una identidad madrileña basada en las cañas de cerveza, los atascos de tráfico y el no encontrarte con la antigua pareja después de una separación. Le hace falta una identidad porque se da cuenta de que es importante. Pero la necesita banal y anecdótica, porque no puede competir con la potente de verdad, la española, sino ser una peculiaridad simpática. Cuando se creó la Comunidad Autónoma de Madrid, en el ‘café para todos’, se tuvieron que inventar una bandera y un himno, para no quedarse atrás respecto de los que ya los tenían, consagrados por la historia y la aceptación popular. Faltaba una identidad (subsidiaria). Será por eso que Ayuso se ha convertido en banalmente identitaria.

ARA