¿Adoctrinamiento? ¡Qué cinismo!

Ya conocíamos, de antes más, la arrogancia y el tono tajante de la hoy flamante consejera de Educación del Gobierno vasco. Propio de alguien, sin duda, consciente del soporte mediático y del político de todo un aparato de estado.

Que esta señora se nos presente ante los vascos como liberadora de una enseñanza de adoctrinamiento, es un hito en la historia del cinismo español.

En mi caso, la farsa se inició en lo tiernos años del  parvulario y se haría carne en nuestra formación en el instituto, seminario, escuela de magisterio y en la propia universidad.

El himno nacional, el cara al sol brazo en alto, canciones de ardor guerrero, formación del espíritu nacional, campamentos con la falange, desfiles militares…

La Iglesia, más franquista que franco, con sus rosarios, novenas, primeros viernes, y con la deificación del caudillo impregnando todos sus ceremoniales… Encamada con la doctrina franquista y anatematizadora del pensamiento libre, demonizando cualquier forma de agnosticismo… Y el que no comulgaba con toda esta parafernalia, pecador, apóstata, traidor, rojo, descastado… A la horca, al trullo o al destierro

Este en resumen fue el caldo de cultivo en que nos hicieron lo que nos hicieron…

¿A que adoctrinamiento alude Señora Celaá?

Ni siquiera en la propia universidad podíamos exponer lo que descubríamos o pensábamos, al margen de lo políticamente correcto. Te quedabas sin título, y bien expurgado. Y así prácticamente hasta la década de los sesenta, cuando los muros de la represión simulaban resquebrajarse –puro ilusionismo- ante la presión externa y el propio deterioro del sistema.

Venga Usted a hablarme de adoctrinamientos. ¿Que historia le contaron? ¿Se molestó usted alguna vez en profundizar en la historia de los vencidos? ¿Qué hicieron usted y sus cofrades, por llevar a los tribunales, por ejemplo, a los criminales franquistas?

¿Es adoctrinar, inculcar en un pueblo el amor a su lengua, a su cultura, a su patrimonio, a sus raíces?

¿Es adoctrinamiento contarle su verdadera historia, la que ustedes los españoles ocultaron, tergiversaron y tergiversan tan impúdicamente?

¿Va a liberar la enseñanza del adoctrinamiento, retornando a los modelos franquistas o acaso a las enseñanzas que le dictan la tertuliada de la corte?

¿Que historia nos quiere imponer, la que ignora y oculta los siglos de sufrimiento que soportó Vasconia por defender sus instituciones, su dignidad como pueblo y su soberanía?

Sin cumplir la docena de años, ya nos habían empozoñado la mente con ruines falacias, y patrañas intolerables, hoy las calificaría de nauseabundo sofrito…

Nos  atiborrabais de vuestros mitos y leyendas de Godos, pelayos, Guzmanes, Cides, Reyes católicos y esos infames conquistadores o fantasmas.

Tres décadas bien cumplidas, tardé en penetrar en el rico acervo de nuestras leyendas y sobre todo de nuestra historia…

Y entonces comprendí que vuestras conquistas, como la de América o la de Navarra, se edificaban sobre horribles genocidios y latrocinios…

Hau da ezkutatu zaigun historia.

Porque la manipulación y la mentira fue tan escandalosa… Como si a los historiadores españoles les hubiera entrado el síndrome de la botella de Jerez: todo lo que digas será al revés. Donde ellos dicen anexión, lee invasión, donde pacificación o culturización genocidio, donde el españolísimo Javier de Jaso, antiespañol… Y así, con tantas y tantas efemérides…

Justamente ahora que estábamos encontrado nuestras señas de identidad, nos van a retrotraer a los rancios hábitos y cuentos carpetovetónicos.

Ahí están las encuestas, los reconocimientos e incluso los premios a los resultados de la enseñanza vasca. Con estos patentes resultados ¿qué módulos se pretenden cambiar?

Evidentemente todo depende de la comprensión del entorno propio. No es lo mismo partir de la vieja educación, donde España era el centro y referencia del universo, o de Euskalherría como una entidad soberana, incardinada en Europa y el mundo.

Esa es la madre del cordero, o si se quiere de todos los conflictos. Esa es la diferencia de un curriculum, montado por vascos o por españoles.

Por supuesto doy por hecho que ni a usted, ni menos a su presidente, el del “putxerazo”, se le van a atragantar mis palabras. Mas quisiéramos tener la facilidad y libertad que tienen ustedes para pasearse hasta sin pantuflas por los medios. Pero bueno, por decir, que no quede… Tengan claro que aunque nos hagan comulgar con ruedas de molinos, arrieros somos y en el camino nos encontraremos.

Publicado por Nabarralde-k argitaratua