Etxebarrieta en la memoria, Benta Haundi

Hoy hace 55 años, el 7 de junio de 1986, año fundamental en la historia moderna de Euskal Herria, se produjo un acto crucial: El asesinato por la Guardia Civil en Benta Haundi, Tolosa, de Txabi Etxebarrieta. Joven de 23 años licenciado en Ciencias Económicas y prometedor lider intelectual del movimiento de resistencia Euskadi ta Askatasuna (ETA). Su relevancia política junto a la de otras personalidades que tras la imposición de la dictadura franquista en 1939, con una represión en todos los ámbitos de la vida social, cultural, educativa, lingüística o laboral dio motivos para, a semejanza de las ocupaciones del nazismo en Polonia y Francia, la Résistance y el fascismo en Italia, Resistenza partigiana, que personas concienciadas organizaran en la clandestinidad movimientos de respuesta en la liberación y construcción de una identidad nacional. Se estaba exterminando todo sentimiento patriótico vasco y amplios sectores se iban conformando y adaptando a la posición dominante. La comodidad en España.

Esta muerte afectó profundamente a Jorge Oteiza (1908-2003) que entonces trabajaba en la estatuaria de Arantzazu y la materializó con una escultura metálica: dos semicírculos opuestos en sentido perpendicular unidos en su punto medio. Par Móvil, obra que expresaba «la problemática triste del país».

Con motivo del 50 aniversario quedó expresado en el artículo “Txabi Etxebarrieta in memoriam” (GARA, 2018/7/27) en el que aludía a la «solicitud de incoación del expediente para la declaración de la escultura Par Móvil de Jorge Oteiza situada en 1994 en el paraje Benta Haundi de Tolosa, y de su entorno inmediato como Bien Cultural Calificado con la categoría de Lugar Histórico».

Petición que no fue respondida y que se reiterará próximamente ante el Centro de Patrimonio Cultural Vasco del gobierno, cuando su actual director, el Viceconsejaro y Consejero sean cesados por efecto de la resolución del Juzgado de Instrucción nº 1 de Bilbao sobre la denuncia por prevaricación en el ilegal proyecto de ampliación del Museo de Bellas Artes de Bilbao.

Las circunstancias han cambiado. Las elecciones del pasado 28 de mayo en Tolosa ganadas por EH Bildu con 9 concejales, mayoría absoluta, desalojando al PNV del poder. Es el momento de acometer una deuda pendiente desde hace muchos años: la dignificación de la memoria, tangible en modo escultórico de Txabi Etxebarrieta.

Este paraje hasta ahora se podría calificar como un «no lugar», espacio del anonimato (Març Augé, 1953), y que por los motivos aludidos debe transformarse en un «lugar de memoria» (“Les lieux de memoire», Pierre Noval, 1984). Es plenamente coincidente con lo que la Ley 6/2019, de Patrimonio Cultural Vasco define en su artículo 9. f: «Espacio cultural: ámbito natural, terrestre, costero o fluvial, rural, urbano o periurbano en el que se identifican significados diversos, tanto tangibles como intangibles».

La intervención es sencilla, el actual emplazamiento de la escultura Par Móvil en el murete de la bifurcación de las carreteras GI-2634, hacia Azpeitia y el acceso a la N-I hacia Donostia y Gasteiz, es una anarquía, por indefinición, abandono y presencia dominante de tres señales de tráfico que son incompatibles con la debida contemplación y el entorno que un elemento cultural requiere. Por tanto, es exigible la remodelación del lugar de acuerdo con la Dirección de Carreteras de Gipuzkoa. Una solución podría ser una rotonda, hay espacio suficiente y la escultura adecuadamente colocada con prominencia en su centro, ya sin señales de tráfico. O bien, en una pequeña explanada muy próxima junto al Oria.

El nuevo consistorio debería tomar en consideración la suma relevancia del recuerdo de Etxebarrieta y de la importancia de la situación de esta importante escultura con una intervención urbanística y paisajista del lugar. Un deber de memoria.

Naiz