Yan Xuetong: “La guerra fría era ideológica, la de EE.UU.-China es tecnológica”

Yan Xuetong, decano de Relaciones Internacionales en la Universidad Tsinghua

¿Edad? Me cuesta subir al bus, porque en China hace falta el móvil. Mi mujer y yo lamentamos la política del hijo único y que el nuestro ya no esté en casa. Nací en Tianjin. EE.UU. ha elegido como rival a China y ha frenado la globalización: no podemos competir en captar talento global. Colaboro con el Cidob.

Corral pequeño y valla alta

La posguerra fría ya no es ideológica, como fue la pugna entre comunismo y democracia, sino tecnológica. Y EE.UU. –dice Yan Xuetong– recela de un rival, China, al ver cómo compite con éxito con sus marcas (de Huawei a TikTok frente a Google y Instagram). Ahora trata de alinear a todo el planeta en dos bloques, con la guerra de Ucrania como decantador, hasta lograr que el suyo sea el más poderoso. Y levanta un corral pequeñito con vallas muy altas para que los fabricantes de chips no puedan vendérselos a los chinos. Así frena la globalización, imponiendo a sus aliados la prioridad de la “seguridad económica” antes que el beneficio. China no podrá superar ese freno, porque carece de la capacidad de captar talento global de ingenieros y científicos que sí tiene EE.UU., que ganará la batalla del chip. Y el mundo seguirá teniendo un solo país hegemónico.

-Es usted miembro del Partido Comunista Chino?

-Sí, como más de 100 millones de chinos de los 1.400 que hoy vivimos en China.

-¿Va China a dar armas y apoyo a Putin?

-China se siente maltratada ante esa guerra por dos razones: la primera es que está haciendo lo mismo que India, que comercia con Rusia y mantiene la neutralidad; pero a China no se le perdona que actúe así…

-¿Por qué?

-Porque China ya es la única que amenaza el liderazgo único de EE.UU. en el mundo desde que la URSS perdiera la guerra fría. Y culpar a China es parte de la estrategia de posguerra fría de Washington.

-¿El mundo hoy ya es bipolar?

-Pero excepto a Estados Unidos y a China a nadie más le gusta reconocerlo y sentirse actor de tercera fila. Washington juega a alinear al mundo en dos bloques y forzar a todos los demás a elegir uno para demostrar que aún es el más poderoso y apoyado.

-¿Por qué China no da armas a Putin?

-Putin ya es un perdedor en esta posguerra fría, que ya no es la guerra fría ideológica entre comunistas y demócratas; esta nueva rivalidad es tecnológica. Y Putin la pierde.

-¿Putin es un perdedor?

-Su era ha acabado. En tecnología Putin está muy atrasado.

-¿En ideología ha perdido también Rusia?

-Washington ha intentado subrayar también lo que consideraba su ventaja ideológica: ser líder del mundo libre y de las democracias, pero no le ha acabado de funcionar en Asia.

-Pero sí en Europa.

-Si Trump volviera a la Casa Blanca, las cosas no estarían tan claras, porque desorientó a los europeos: les hizo ver su sumisión. Y volvería a dejar claro que los europeos no son aliados, sino meros comparsas. Biden es más hábil en eso y les evita esa sensación.

-¿Me dice ya la segunda razón por la que China se siente maltratada sobre Ucrania?

-Porque no ha tenido nada que ver con esta guerra que es un problema entre Putin, Biden y Ucrania y la OTAN y sus aliados. En cambio, se le atribuye responsabilidad en ella precisamente para reforzar esa bipolaridad del plantea que interesa a Washington.

-¿Por qué no condena Pekín a Putin?

-Porque EE.UU. no ha parado de vender armas a Taiwán, reforzar su hostilidad hacia China y cuestionar la soberanía china sobre sus propias aguas y territorios. ¿Por qué iba a ponerse del lado de quien le hostiga así? Solo le queda esa neutralidad.

-¿Llegará a la guerra con EE.UU?

-Es imposible. Primero, porque estamos en una fase de transición en la historia y ya le decía que la hegemonía mundial no se decidirá por la ideología más atractiva, sino por el líder tecnológico más poderoso.

-¿No teme una ‘proxy war’ (guerra por delegación) como la de Vietnam URSS-EE.UU?

-No beneficiaría a nadie, porque no se trata de ganar guerras proxy , sino de ganar la gran batalla tecnológica mundial.

-¿TikTok contra Instagram? ¿Google contra Baidu? ¿Apple contra Huawei?

-Usted conoce esas marcas chinas, porque los productos, el comercio, los servicios chinos ya forman parte de la vida de millones de humanos en todo el planeta y eso es lo que ha despertado el recelo de EE.UU. y la pregunta es: ¿quién puede hoy proveer al planeta de la tecnología más barata y accesible?

-¿Quién gane tendrá la hegemonía?

-Quien gane, se lo aseguro, no será quien gane guerras como la de Ucrania, sino la de los laboratorios, las fábricas y los mercados.

-¿Y así se acaba la globalización que ha hecho progresar el planeta hasta hoy?

-La globalización convirtió en billonarios a una élite cosmopolita y mejoró algo la vida de todos los demás. Pero la globalización está herida de muerte por la rivalidad iniciada por EE.UU. por celos al ver a China progresar y proyectarse en el mundo tan rápido.

-¿EE.UU. antes frenará la globalización que la compartirá?

-La globalización se ha congelado y no se reanudará porque todos los países han sido invitados por Washington a preocuparse a la vez por la “seguridad nacional”, aunque nadie sepa qué es exactamente.

-¿La guerra del chip?

-Aislar –dicen “contener”– a China encerrando a los proveedores de tecnología en un corral con una valla muy alta a la que no pueda acceder, pero que les aísla a ellos también: es el fin de la prosperidad global.

-Y si gana China esa guerra tecnológica?

-Imposible: la ganará el país que pueda captar más talento global y las universidades chinas ya no son capaces de atraerlo.

-¿Por qué?

-Cada vez tenemos menos estudiantes extranjeros en China y solo nos faltaba la covid para frenarnos: es ridículo que en China aún nos pidan tests. No podemos competir en captar talento con EE.UU. y, por tanto, ya sabe quién ganará.

LA VANGUARDIA