Menudo cacao el que se ha organizado en UPN a cuenta de los dos millones de euros que Barcina no quiere ver en manos de las ikastolas aunque lluevan del cielo!
Ya saben que el Gobierno de Rodríguez Zapatero había consignado una partida de dos millones de euros para las ikastolas de Nafarroa. Miguel Sanz dijo que «a priori» le parecía bien y Barcina ha montado en cólera y dice que es una «injerencia».
Bueno, pues a cuenta del espectáculo organizado, el editorialista de «Diario de Navarra», guardián de las esencias de la derechona requeté, se veía ayer impelido a poner orden en el gallinero.
Así, dejaba meridianamente claro desde la primera línea que «el debate, enriquecedor y conveniente en cualquier partido democrático, nada tiene que ver con airear los trapos sucios al viento de los medios de comunicación (…) Enrocarse en posturas contrarias y ponerles altavoz, no es propio de un equipo -que eso es un partido- ni puede aportar nada bueno». A ver si aprenden.
El caso es que las posiciones están muy enfrentadas: «Miguel Sanz acepta como buenos los dos millones del Estado que, solicitados por el PNV y concedidos por el Gobierno central, llegan a las ikastolas. En cambio, otra parte de UPN ve el gesto como injerencia en una materia, Educación, cuyas competencias corresponden a Navarra». A ver cómo lo arregla.
Al final, el editorialista se decanta y deja a Sanz con el trasero al aire: «El presidente del Gobierno de Navarra tiene también que entender que él, a punto de liberarse de responsabilidades, debe dejar la mejor herencia posible. Es Barcina, su sucesora, la que tendrá que lidiar con los tiempos futuros y aplicar su estrategia. Y, por otra parte, cargar contra el diputado que se ha limitado a cumplir el mandato del partido, tampoco se explica fácilmente. Causa sorpresa que una formación, unida en pensamiento ideológico e involucrada en objetivos comunes, no solvente este tipo de enfrentamientos en sus foros internos».
Ya sabemos quién manda en Nafarroa: la burgalesa criada en Bizkaia.