Vincent Bevins: «La guerra fría no fue sólo entre EEUU y la Unión Soviética»

EL MÉTODO YAKARTA

Editorial: Capitan Swing Páginas: 402

ANÁLISIS

«Es el primer mundo, liderado por Estados Unidos, buscando la manera de mantener y de reforzar el rol de la era del colonialismo»

INVESTIGACIÓN

“El asesinato en masa de gente de izquierda fue una parte más de la guerra fría. El método Yakarta se exportó a otros países como Chile, Guatemala y El Salvador”

LOS HECHOS DE INDONESIA

«La verdad quedó escondida porque la operación fue un gran éxito para el gobierno de Estados Unidos»

VERSIÓN

«La historia que nos contamos sobre la guerra fría, especialmente en Estados Unidos, es que hubo una integración natural de los países del sur global en el nuevo orden del capitalismo»

 

Bevins presenta la investigación de la masacre contra personas de izquierdas en Indonesia y en distintos puntos del planeta con el apoyo de Estados Unidos

 

 

Vincent Bevins es un periodista norteamericano que ha dedicado en los últimos años de su vida profesional a investigar un período muy concreto: la guerra fría. Su trabajo como corresponsal le llevó a diferentes lugares del planeta, pero fue en Indonesia donde empezó a investigar unos hechos que le comportarían muchos años de trabajo: el asesinato de más de un millón de personas acusadas de comunismo por parte del régimen militar con el apoyo de Estados Unidos. Tras esa masacre, Indonesia se enajenó sin protestar con el bando de Occidente. Esta práctica se exportó a distintos lugares del mundo. ¿Cuál era el objetivo? Evitar que países del llamado tercer mundo cayesen del lado comunista. Bevins explica en esta entrevista en La República y en el libro ‘El método Yakarta’, publicado por la editorial Capitán Swing cómo estas prácticas acabaron confeccionando un nuevo orden mundial.

 

-¿Qué es el método Yakarta?

-Son los asesinatos en masa que se produjeron en muchos países contra la gente que era de izquierdas o sospechosa de ser de izquierdas durante la segunda mitad del siglo XX. La razón por la que le llamo el ‘método Yakarta’ es porque el caso más importante y más trágico se produjo en 1965 y 1966 en Indonesia. El asesinato en masa intencionado de personas de izquierdas o acusadas de serlo, se empleó en al menos veintitrés países durante la guerra fría. Esto se hizo generalmente para crear regímenes capitalistas autoritarios aliados con las potencias del Atlántico Norte. Los militares, con el apoyo activo de Estados Unidos, mataron aproximadamente a un millón de civiles inocentes, gente que no formaba parte de ningún tipo de revolución y que no era culpable de nada. Estas masacres se vieron como una gran victoria por parte de EE.UU. y por parte de muchos grupos que, durante los años siguientes, se inspiraron en estos hechos. Es por eso que la palabra ‘Yakarta’ se utilizó para llamar al plan contra los países de izquierdas o como una amenaza en contra de la izquierda. Ahora mismo estoy en Santiago de Chile y aquí, en las paredes, escribían la palabra ‘Yakarta’. Bien, escribían: ‘Yakarta viene’ o ‘Yakarta se acerca’. Esto fue durante el gobierno de Unidad Popular, escogido democráticamente, del socialista Salvador Allende.

 

-¿Cuáles eran esos movimientos?

-Escribir esta palabra en la pared, como aquí en Chile, era un mensaje muy claro: te mataremos cómo hemos matado a la gente de izquierdas en Indonesia. Y era utilizada por grupos de extrema derecha o por grupos de militares. También por incipientes regímenes militares o por regímenes militares más maduros que tenían la discusión de cómo afrontar su propio problema con los disidentes. Y se usa como una parte necesaria de la consolidación de una suerte de regímenes autoritarios que se convirtieron en muy comunes en el sur global durante la guerra fría.

 

-¿Este episodio de la guerra fría es uno de los más desconocidos?

-Por mi experiencia –Indonesia ahora es el cuarto país más poblado del mundo y el mayor con mayoría musulmana–, creo que es uno de los países menos comprendidos del mundo. Algunas de las explicaciones para entender estas lagunas es que esa operación fue todo un éxito, fue tan exitosa que la verdad quedó escondida. No hubo conflicto abierto entre Occidente y las fuerzas locales. Nadie de Estados Unidos perdió la vida, a diferencia de los miles que sí murieron en Vietnam. El nuevo régimen pudo utilizar el terror para establecer un tipo de monopolio de la verdad. Así que la verdad oficial en Indonesia es todavía que esto no ocurrió y es así debido al gran éxito que supuso la matanza programada y el régimen de terror para tener a la población silenciada. Es importante recordar que a principios de los años sesenta, los asesores en política exterior de Estados Unidos estuvieron ampliamente de acuerdo en que Indonesia era mucho más importante que Vietnam, pero Vietnam generó muchas más noticias. Los países que no causan problemas a Estados Unidos no son noticia. Otra de las razones por las que es más difícil hablar de ello es porque lo que pasó de verdad en 1965 en Indonesia contradice ampliamente la idea que nosotros tenemos de la guerra fría. Es más fácil no pensar en ello. Es una historia muy difícil de hacer entender al pensamiento general de Occidente.

 

-¿Por la violencia?

-Sí. La historia que nos contamos sobre lo que supuso la guerra fría, especialmente en Estados Unidos, pero también en los países del Atlántico Norte, es que hubo una integración natural de los países del sur global en el nuevo orden del capitalismo. Los servicios de inteligencia reconocen que si hubiera habido unas elecciones justas años antes de 1965 en Indonesia, el partido comunista las habría ganado. Y sólo fue a través de una violencia horrible que fue integrada en el sistema occidental. Esto es muy común, pero contradice ampliamente nuestra idea de lo que fue la guerra fría y choca con mucha fuerza.

 

-¿Los Estados Unidos consiguieron lo que querían en Indonesia?

-Si hacemos caso a las declaraciones públicas y privadas hechas por importantes oficiales estadounidenses y otras voces occidentales, ellos creyeron que aquello fue un enorme éxito. Dijeron muy alto y muy claro que había sido un éxito para el proyecto occidental y especialmente para el proyecto de Estados Unidos. No sólo se dijo entre bastidores, sino que también se dijo en artículos en ‘The New York Times’ y en otras publicaciones. En un famoso artículo que se publicó en el citado diario –’A gleam of ligt in Asia’ (‘Una chispa de luz en Asia’), un título muy optimista– se ve que se vendió como una gran victoria. No sabemos quién planeó realmente estos asesinatos en masa ni cuándo ni a quién se le ocurrió esa idea. Lo que sí sabemos es que el ejército indonesio recibió el apoyo del gobierno de Estados Unidos y la propaganda del Reino Unido.

 

-Este sistema no sólo se utilizó en Indonesia. En su libro habla de más de una veintena de países…

-Sí, al menos se utilizó en veintitrés países durante la guerra fría. De lo primero que tuve noticia fue de Guatemala, en 1954. También está Irak, en 1953, aunque después de la gran ola de violencia de 1965 ésta se dirigió hacia Brasil y Chile y después hacia la Centroamérica bajo el nombre de operación Cóndor. El segundo país más afectado por el método Yakarta fue Guatemala.

 

-¿Y qué ocurrió en Chile?

-Tras el golpe de estado de 1973, algunos grupos de extrema derecha extendieron el terror por las calles. De modo muy trágico, cuando Pinochet tomó el poder, el nuevo régimen inmediatamente mató a miles de personas. El método Jakarta llegó a Chile. En Brasil también hay documentos con ese nombre. A finales de los setenta, muchos de los países de América del Sur estaban gobernados por regímenes dictatoriales radicalmente anticomunistas que utilizaban los asesinatos en masa en contra de las personas de izquierdas para consolidar su poder. Durante los años ochenta, cuando Centroamérica se convierte en un problema para Washington y para otros movimientos anticomunistas de todo el mundo, comienzan a llegar advertencias, por ejemplo, la represión en El Salvador fue una de las más brutales y también en Guatemala. La principal parte de la historia pasa en Centroamérica, Sudamérica y Sudeste de Asia. Sin embargo, el método también se implantó en Irak, en Sudán…

 

-¿La política exterior americana sigue este camino hoy en día? ¿Se utiliza el mismo sistema para controlar países que considera que son un peligro?

-Se utiliza el mismo sistema, pero no es el mismo camino. A estas alturas no existe el mismo orden mundial, ni las mismas herramientas que se utilizaron durante la guerra fría. Estados Unidos sigue existiendo, más o menos, de la misma manera y tiene prácticamente los mismos objetivos políticos que tenían durante ese período, es decir fomentar su poder en el mundo y también hacer del mundo un lugar más seguro para sus inversores y los de Occidente. Cuando la guerra fría se terminó, el gobierno de Estados Unidos no arrojó por la borda todo lo que habían aprendido, por ejemplo cómo controlar a los países del sur global.

 

-¿Y qué procedimientos utilizaba?

-Los asesinatos intencionados en masa de civiles normalmente no fueron la primera opción, sino que primero intentaban una intervención financiera, y cuando la guerra fría se acabó creo que Estados Unidos optaba por las sanciones económicas, que es un método muy común. Es cierto que estamos viendo un decrecimiento relativo del poder de Estados Unidos si lo comparamos con los años noventa o principios del siglo XXI. Ya no estamos en aquella época, los días del ‘Cowboy’, como lo fueron en los años cincuenta y sesenta.

 

-¿Cree que lo que está ocurriendo estos días con el conflicto abierto entre Ucrania y Rusia es una herencia de la guerra fría?

-Lo que está ocurriendo en Ucrania es el resultado parcial de lo que ocurrió en la Unión Soviética. Es el resultado de maniobras geopolíticas desde la disolución de la Unión Soviética y de largas dinámicas sobre las políticas de seguridad de Europa. Me gustaría hacer la distinción de que la guerra fría entre el primer y el segundo mundo fue bastante diferente al conflicto entre el primer y el tercer mundo. A menudo, en Estados Unidos, la historia de la guerra fría se explica con la confrontación entre el primer y el segundo mundo. La confrontación entre Washington y Moscú. Y eso no es verdad, porque estas confrontaciones fueron relativas si miras lugares como Hungría o Polonia. Pero si te ponen otras gafas, das un paso atrás y dejas de lado la mirada eurocéntrica hubo más gente involucrada en el conflicto entre el primer y el tercer mundo, y con frecuencia este conflicto no dependía del conflicto entre el primer y el segundo mundo. No importaba mucho lo que estaba pasando entre EEUU y la Unión Soviética. La guerra fría fue más una lucha por las nuevas dinámicas coloniales en el sur global.

 

-¿Cree que Estados Unidos no ha dejado evolucionar a los países del tercer mundo? ¿Este es uno de sus objetivos?

-Pienso que es difícil hablar de objetivos, pero sí que podemos hablar de resultados. Y podemos hablar de las consecuencias de según qué prácticas, de según qué relaciones políticas que se convirtieron en hegemónicas durante la segunda mitad del siglo XX. El resultado es que ningún país de los veinticinco más poblados del planeta se ha movido del tercer al primer mundo en los últimos setenta años. Solo Corea del Sur, que ha gozado de unas muy buenas relaciones con los países occidentales desde el inicio de la guerra fría. Lo que no vemos es que otros países se estén poniendo al día, con la salvedad de China. Como americano entiendo lo que piensan los americanos y somos naïfs e inocentes y creemos en la pureza de las cosas que hacemos, y creo que los americanos pensaron que lo que se estaba haciendo durante la guerra fría era para bien, pero también creo que si miras las consecuencias de estas políticas también se ve que se detuvo el desarrollo de esos países. Confundieron intencionadamente una revolución liberal con una revolución comunista. Y a menudo se favorecieron los poderes coloniales. La consecuencia de todas estas acciones es la creación de una arquitectura global de normas y castigos que imposibilita de forma muy clara el desarrollo. Al final es el primer mundo, liderado por Estados Unidos, buscando la manera de mantener y reforzar el rol que tomó forma en la era del colonialismo y el imperialismo.

 

-En un fragmento del libro usted explica el caso de la isla de Bali, un lugar paradisíaco en el que se produjeron matanzas y que ahora se ha convertido en destino turístico. Y también hace referencia a las diferencias económicas que existen entre los turistas tumbados en las hamacas y los trabajadores de los complejos turísticos. ¿Por qué se fija en esa situación?

-Sí, es duro. Vivimos en un mundo global y cuando vives tu día a día en Los Ángeles, en Santiago, en Barcelona no te paras a pensar en ello. Económicamente vivimos en un sistema global, y el país en el que has nacido es el máximo indicador de cómo será tu vida. No tiene nada que ver ni con si trabajas duro, ni en lo inteligente que seas. Depende de dónde hayas nacido en este sistema global. Un lugar como Bali es un gran ejemplo de ello. Si un ‘alien’ llegara a la Tierra, aterrizara en Bali y fuera por las calles llegaría a la conclusión de que existe una diferencia racial en el planeta Tierra. Que la gente blanca manda, que tiene más dinero… pero esta dinámica de neocolonialismo global no te aparece si vives, por ejemplo, en una urbanización de Texas o en Múnich, o aquí quizás algo más porque en Europa ha habido más oleadas de inmigración. Tendemos a ignorar esta realidad, o cuando aparece intentamos mirar a otro lado, o pensamos que es natural. Pero, evidentemente, no lo es. No hay nada natural en que una persona que ha nacido en Europa o Estados Unidos tenga muchas más ventajas en salud, en cosas materiales, que una persona que haya nacido en África o en el sudeste asiático.

 

-Explica el caso de Francesca, una señora de Indonesia, ahora ya mayor, que vive totalmente desamparada porque la gente, después de tanto tiempo, le siguen haciendo el vacío por su pasado en prisión, acusada de comunista. ¿Cómo se explica esta situación?

-El contraste con un país como Chile, por ejemplo, es muy llamativo. Aunque esta historia no está totalmente enterrada, allí ha habido una especie de proceso nacional de reconciliación. Los crímenes han sido reconocidos y también se ha reconocido que fue un error que lo ocurriera y que las víctimas no eran culpables de nada. Nada de todo esto ha ocurrido en Indonesia. Las políticas oficiales del país lo que explican es que los comunistas eran malos y que merecieron todo lo que les pasó. Y bueno, que tampoco les ocurrieron tantas cosas malas. Esta gran mentira todavía es dominante en Indonesia y provoca mucho sufrimiento a las personas que lo sufrieron y a los familiares y amigos de las víctimas.

 

-Usted es estadounidense y lo que cuenta es revelador sobre el sistema que utilizaron Estados Unidos para controlar a otros países. ¿Cómo ha sido recibido su libro?

-Es bastante difícil de explicar, pero me he encontrado con que el libro ha tenido una muy buena acogida.

 

 

UNA INVESTIGACIÓN A TRAVÉS DE DOCE PAÍSES

Vicent Bevins (Huntington Beach, California, 1984) es un periodista estadounidense que ha trabajado en varios medios de comunicación. En 2017 empezó su trabajo como corresponsal en The Washington Posten el sudeste asiático, en Indonesia. Durante este tiempo empezó a investigar los asesinatos en masa que se produjeron en ese país asiático durante los años 1965 y 1966. Para llevar a cabo este libro, ha entrevistado a cientos de testigos. “Es una de las partes más difíciles del trabajo, porque tienes que ganarte la confianza de la gente. Que entiendan por qué te interesa su historia y por qué quieres contarla”, asegura el periodista. En este trabajo también ha tenido que sumergirse en documentos que se han desclasificado recientemente. Bevins presenta un libro que es un ensayo político, pero que cuenta con la participación de muchos testigos que dan fuerza a un relato de un capítulo de la guerra fría bastante desconocido. El método Jakarta explica las matanzas que se perpetró en distintos puntos del planeta,

 

«EL PAÍS DONDE HAS NACIDO ES EL MÁXIMO INDICADOR DE CÓMO SERÁ TU VIDA»

Bevins explica en la entrevista las diferencias entre los países del mundo. “El país en el que has nacido es el máximo indicador de cómo será tu vida. No tiene nada que ver con si trabajas mucho, cómo eres de inteligente… Depende de dónde has nacido en este sistema global.

El primer mundo es el Atlántico Norte, Japón y Australia. Todos los países que habían participado en el imperialismo de una u otra manera a medida que acumulaban una gran riqueza. El segundo mundo es el que fue liderado por Moscú, los países que formaban parte de la Unión Soviética o que de algún modo habían sido liberados y conquistados por el Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial. Y después está el tercer mundo, que es el resto.

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