El pasado domingo, 24 de Junio de 2007, nos reunimos en Getze patriotas navarros, no sólo para rendir homenaje a los caballeros navarros que murieron en esas campas cercanas a Iruñea, sino para compartir nuestra riqueza, para compartir nuestra cultura.
Hay grandes ejemplos a lo largo de nuestra historia en los que se comparte nuestra riqueza. Un claro ejemplo es el de aquellas valientes mujeres que durante la dictadura del «generalísimo» dictador español, enseñaban en euskara, la lingua navarrorum, a pesar de las terribles consecuencias que podía ocasionarles. La herencia positiva es clara, sigue existiendo nuestro idioma, pero también hay la herencia negativa, más política, de la nefasta ley del vascuence en la C.F. de Navarra.
Los asistentes en la comida de Getze, más que por la buena comida, vamos para poder compartir nuestros conocimientos, para repartir nuestra riqueza. A muchos de los compatriotas sólo los ves una vez al año, lo que motiva que la riqueza adquirida en esos 365 días sea amplia y con ganas de compartirla.
No son discusiones, ya que todos queremos ser soberanos. Queremos recuperar nuestra independencia y para ello investigamos en nuestra historia, investigamos en nuestra memoria. Este año y con la publicación de Pedro Esarte del Derecho a rebelión, hemos escuchado, que no discutido, diferentes puntos de vista del carlismo, los carlistas, como nos dijo Agustin Xaho, Viaje a Navarra durante la rebelión de los vascos.
Los más pródigos en esos conocimientos históricos nos repartían su riqueza, nos enseñaban desde la memoria. Ello me llevó a recordar una canción que cantaba mi amatxo. Mi amatxo, una mujer que siempre ha dicho que ella es navarra y eso porque es vasca. Una vez ya con ella, le pregunté si me podría cantar esa canción. La Txarito, así llamo a mi madre, no sólo me la cantó, sino que la buscó en sus libros de la escuela donde sor Petra se la enseñó.
Sor Petra era una mujer muy buena, palabras de mi amatxo. En lugar de obligarles a cantar el himno franquista o el cara al sol falangista, les enseñaba una canción, que en cuaderno de mi amatxo, fechado en 10 de Noviembre de 1963, aparece como Navarra, himno. A mi particularmente me parece una canción de las tropas carlistas, pero tiene detalles muy enriquecedores para nuestra memoria. También me parece interesante recordar a sor Petra como una navarra más, que transmitió su riqueza, siendo de cuna salmantina.
Navarra patria de héroes
tú que supiste ser,
en tus empresas grandes
y a tus deberes fiel,
no sufras la coyunda
de vergonzosa ley,
ni gimas como esclava
cuando eras reina ayer.
Blandid los aceros
y a Dios invocad,
que vivan los Fueros
navarros gritad,
morir es mejor
que humillar,
en el polvo
la frente,
perdido el honor.
Continuemos recuperando nuestra memoria histórica y por supuesto compartiéndola con nuestros compatriotas. No debemos tardar tanto tiempo en compartirla. Para poder recuperar la soberanía hay que compartir nuestros conocimientos. Con ello la memoria de otros compatriotas se recupera. La memoria historia es la riqueza de nuestro pueblo y la transmisión de la misma es el camino hacia la soberanía del Estado de Navarra.
Iruñea, Junio de 2007.