Sin renuncias

Siempre acabarán decidiendo las urnas, tanto si votamos en un referéndum o consulta, como si hacemos elecciones plebiscitarias, como si hacemos una declaración de independencia, que deberá ser votada después por la ciudadanía, la decisión está en manos de los ciudadanos de este país y se tomará en las urnas. Por eso uno de los objetivos más inmediatos y más importantes de la Asamblea Nacional Catalana es ampliar la mayoría social, esa mayoría que ya tenemos, pero que queremos consolidar.

Y lo queremos hacer por un lado asegurando el voto de los convencidos y por otro sumando a nuestro proyecto a todas las personas dispuestas a apostar por un País más justo, más libre, más democrático y más próspero.

Tenemos que hablar con las personas con las que que aún no hemos hablado y hemos de volver a hablar con los que ya hemos hablado, pero que tienen dudas. No podemos permitir que el único mensaje que reciba una parte de la población sea un mensaje distorsionado por las mentiras, tergiversaciones e insinuaciones del PP y del PSOE, vehiculados, convenientemente, por muchos medios de comunicación.

Debemos ir a los barrios, a las entidades y asociaciones que no conocen nuestro proyecto, y les tenemos que ofrecer la posibilidad de conocerlo de primera mano, hacerles partícipes de este proyecto que queremos que hagan suyo. Tenemos que contarles que tenemos una oportunidad histórica que se presenta muy pocas veces, una oportunidad para construir un Estado mejor, un Estado que será el que nosotros queramos que sea, tan diferente como lo queramos, tan mejorado como sea nuestra capacidad de hacerlo mejorar.

Les hemos de explicar este proyecto con tranquilidad e ilusión y sin renuncias por parte de nadie. en el siglo XXI las identidades son compartidas, las fronteras no existen, sino las ponemos nosotros. No hay que renunciar a la propia identidad, ni al sentimiento de pertenencia de cada uno, no queremos que lo hagan. Los sentimientos y vivencias de cada uno son personales e intransferibles, nosotros queremos que compartan con nosotros un proyecto colectivo de ciudadanía sin renuncias personales que significarían un empobrecimiento cultural del individuo y de la colectividad.

TRIBUNA CATALANA