Entre el 31 de marzo y el 6 de abril Nabarralde organiza en Astigarraga una semana cultural orientada a la divulgación y el conocimiento de la caza de brujas en Navarra. Memoria, verdad, reparación, redignificación, perspectiva de género, son aspectos que abordaremos a través de la exposición y la jornada que hemos previsto. La inscripción para la jornada del 5 de abril es gratuita aunque será necesaria la inscripción previa.
El relato que una sociedad mantiene sobre sí misma, su pasado y su memoria, constituye un componente sustancial de los mecanismos que sostienen su integración y cohesión social. No es admisible, en nuestro relato histórico, un episodio falseado, que remite a circunstancias de misoginia, violencia y represión, y que se reproduce en términos de banalidad, en la construcción de estereotipos de burla y menosprecio de aquellas mujeres torturadas.
En la población pirenaica de Auritz/Burguete, el 19 de junio de 1525, en nombre de la fe católica el licenciado Balanza ordenó la quema de cinco personas (4 mujeres y un hombre) bajo la acusación de brujería y distintos crímenes contra la religión y la felicidad de los cristianos. Se les acusó de herejías, de provocar sequías, males y desgracias, enfermedades de vecinos, tormentas de granizo que arrasaban los sembrados, muertes súbitas de niños y otras calamidades cometidas por encargo del diablo. Además, convenientemente interrogados, confesaron mantener tratos con el Maligno, akelarres y otros actos prohibidos celebrados en los bosques de Basajaunberro y Sorginaritzaga.
Este acto de fe ocurrió en la época de la guerra de Navarra, cuando todavía las armas no se habían apaciguado. La actividad justiciera de Balanza no se limitó a Auritz y la quema de brujas en la plaza (a modo de escarmiento ejemplarizante), sino que siguió por los valles de Roncal, Salazar, Aezkoa y Luzaide. Más de 200 personas fueron investigadas, detenidas e interrogadas. De ellas, más de 50 acabarían en la hoguera.
Como dice Asisko Urmeneta, la palabra “Akelarre” es uno de los préstamos más conocidos del euskera al castellano, y apareció en el contexto de estos procesos contra la supuesta brujería vasca, organizados por la Inquisición en territorio navarro. Y sin embargo en la realidad nunca se celebró ningún akelarre. Fue una invención de los inquisidores, una figura de la imaginación, pura fantasía, construida para justificar sus condenas y persecuciones.
Misoginia
La caza de brujas se dirigió especialmente contra las mujeres, acusadas por un imaginario particularmente patriarcal, con un sesgo misógino que aún hoy está por interpretar, y se cebó en aquellas que se caracterizaban por su independencia (viudas, mujeres libres de la autoridad de padres, maridos…). También pesó el dato de su saber tradicional o profesiones liberales; curanderas, matronas, herbolarias. Tras Auritz, Balanza siguió su camino por los distintos valles pirenaicos. En Burgi fueron encausadas Magi Salvo (mujer de Miguel Gayarre), María de Aguerre (mujer de Pedro Martín), de Garde; María Périz, de Roncal, Graxi Aguialt y Catalina de Jauregui, de Uztárroz, y acabaron en la hoguera Graciana de Esnoz, María del Caballo Blanco, la Abadesa, Miquela de El Burgo y María de Garralda. En Villanueva de Aezkoa se cita el caso de María Sagardoi, acusada por algunos vecinos porque vivía sola y preparaba pócimas ponzoñosas.
El fenómeno de la persecución de la brujería duró todavía un siglo en la montaña navarra, con el caso más conocido y célebre de los aquelarres de Zugarramurdi. Hoy es una memoria compartida a ambos lados del Pirineo. Pero poco se conoce de sus circunstancias. El año que viene, 2025, se cumplen 500 años de aquella primera hoguera inquisitorial, la que abriría el ciclo de aquellas persecuciones y ceremonias.
Semana cultural ‘La caza de brujas en Navarra’
ERRIBERA KULTURGUNEA. DEL 31 DE MARZO AL 6 DE ABRIL
31 de marzo
Apertura de exposición ‘La caza de brujas en los Pirineos’, 19:30. Iñigo Larramendi
En 1525, la caza de brujas de Pedro de la Balanza y la Inquisición en los valles pirenaicos respondió al interés en doblegar a la población navarra en la ocupación española, en disciplinarla en los principios del catolicismo y el concilio de Trento, a través del castigo ejemplar a las mujeres, sobre todo a las que se mostraban libres y emancipadas. Con los hombres en la guerra, las mujeres representaban la voluntad navarra de resistencia a la asimilación castellana, en la cultura, la independencia personal y las costumbres. Tras la conquista militar, el control social se llevó hasta la cocina de la última borda pirenaica.
5 de abril
Jornada ‘La caza de brujas en Navarra’
9:15 Reparto de acreditaciones y material
09:30 Apertura. Aingeru Gorrotxategi (músico)
09:40-10:00 Naroa del Orden / Xabier Urdangarin / Zelai Nikolas (Eusko Ikaskuntza)
10:00-10:45 Asisko Urmeneta: Sorgin ehizaren deseraikuntza: 1525-2025
10:45-11:15 Koro Irazoki: Loturik daude hiru “Su”
11:15-11:45 Kike Fz de Pinedo: Sorgin-ehiza Arabako ekialdean
Descanso y café
12:15-13:30 Mesa redonda: Las brujas vascas; entre la fantasía, la tradición y la ley de vagos y maleantes. Iñaki Idigoras (ingeniero), Isa Otero (asociación ‘Madejas contra la violencia sexista’ ) y Mª Carmen Basterretxea (profesora, doctora en antropologia)
** La jornada se retransmitirá por streaming