Selma Huxley in memoriam

Nouvelle-France c1592-94. Petrus Plancius (1552-1622)

 

Uno de los hechos más singulares de la civilización vasca, es decir de la expansión de su cultura fuera del propio ámbito territorial, es la legendaria aventura de la pesca del bacalao y la captura de ballenas al otro lado del Atlántico, en la isla de Terra Nova y la península de Labrador, con embarcaciones y medios muy rudimentarios muestra de conocimiento, esfuerzo y valentía. En este artículo se comentan tres aspectos de este episodio: la divulgación de la epopeya pesquera con la presencia vasca en tierras lejanas, la reconstrucción de una embarcación histórica como testimonio material y la torpeza cultural del Gobierno vasco.

En esta grandiosa hazaña comercial básicamente conocida por la leyenda basada en la memoria popular oral con testimonios escritos en archivos, así como la toponimia, hay un momento culminante y una persona determinante: Selma Huxley (London, 1927), viuda de Brian Barkham su marido desde 1954. Un arquitecto que tras un viaje por Euskal Herria se interesó intensamente por la arquitectura tradicional vasca y que al fallecer diez años después tras realizar diversos trabajos de investigación en Canadá le activaron algunas leves referencias de conversaciones que había escuchado previamente sobre la actividad pesquera vasca en ultramar.

Una historiadora canadiense de reputación internacional en el estudio del pasado marítimo de Canadá y Euskal Herria que como investigadora independiente en 1972 se trasladó a nuestro país. Inicialmente llegó al puerto de Bilbao y después de un año se traslada a Oñati donde residió 20 años con rigurosas investigaciones en el Archivó Histórico de Protocolos de Gipuzkoa a la vez que con tareas de comprobación arqueológica en Canadá para indagar en archivos sobre un aspecto concreto de la historia canadiense y vasca del que se tenían algunas referencias comunes, la presencia periódica de pescadores vascos en la antigua Terra Nova, en la costa atlántica de Canadá durante los siglos XVI y XVII. Algunos pocos pescadores incluso se establecieron de lo que da testimonio un lugar como Port aux Basques uno de los más antiguos pueblos de América del Norte.

Tras detenidos análisis Huxley encontró centenares de documentos que aportaban importantes descubrimientos históricos e indicios para estudios arqueológicos con los que se pudo reconstruir un capítulo apenas conocido del pueblo vasco al que tanto ha apreciado a lo largo de su vida. Divulgó la existencia de pesquerías vascas del bacalao y la ballena en Terra Nova y Labrador especialmente en el siglo XVI, sus antiguos puertos balleneros, Gradun se convirtió en el actual Middle Bay, Port Breton en Carrol Cove y Buttes, el puerto más importante, se conoce como Red Bay, y los restos arqueológicos de sus bases así como la presencia de galeones vascos hundidos en 1565 aquellas aguas, entre ellos el San Juan una embarcación transoceánica y una txalupa que fueron construidos en Pasaia dos años antes.

Su trayectoria científica ha quedado referenciada en multitud de publicaciones, conferencias y ha estado reconocida con numerosos galardones recibidos Entre ellos el Gobierno canadiense en 1981 reconoció a Selma Huxley tan excepcional trabajo como «una de las más brillantes contribuciones, en años recientes, a la historia de esta nación.» y le otorgó su mayor galardón civil, la Order of Canada. Entre la numerosa distinciones recibidas destacamos, la de 1981 Amiga de número de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, en 1992 fue denominada Cónsul Honorario de Bilbao por la Cámara de Comercio Industria y Navegación de Bilbao siendo secretario el activo y culto Jose Maria Gorordo. Posteriormente en septiembre de 2015 recibió la Orden de Newfoundland (Terranova) y Labrador, el mayor honor concedido por el Gobierno de esa provincia canadiense. En junio 2013 recibió Medalla de Oro del Aquarium de Donostia y finalmente en febrero de 2014 Eusko Jaurlaritza le concedió la distinción “Lagun Onari”, cuando al fin alguien supo de quién se trataba.

Asimismo, en este proceso se debe resaltar la esencial implicación de Robert Grenier (Canadá, 1937) un reconocidísimo arqueólogo marítimo director de investigación de Parks Canada que basado en los documentos investigados inició el trabajo de prospección submarina y con la posterior total colaboración con Manu Izaguirre (Donostia, 1949) asimismo experto investigador subacuático entre 1978 y 1984. Con sucesivas expediciones e inmersiones lograron inicialmente la localización precisa del pecio San Juan, en un sorprendente buen estado, estudiar su estructura para una vez desmontado bajo el agua poderlo analizar fidedignamente en tierra haciendo detallados planos y fotos para posteriormente devolver todas sus piezas al fondo marino, convenientemente aseguradas, en el que permanecieron durante cuatro siglos.

Actualmente en Albaola Itsas Kultur Faktoria de Pasai San Pedro, antiguo Astillero Ascorreta, con dichos planos, criterio de restauración científica y recursos artesanales propios de aquella época se procede a la construcción de una réplica idéntica tanto en su forma, barco con tres puentes y dimensiones, 28 metros de eslora, 7,5 de manga y 6 de puntal, así como en los materiales, con diversos tipos de maderas según su función trabajados con métodos de carpintería de ribera, forja para piezas de sujeción como clavos, calafateado, velas y sogas de cáñamo, etc. Un proceso que por el habitual desinterés y desidia cultural de la organización de la Capitalidad Cultural Europea de Donostia 2016, año en el que debía haber emprendido un viaje conmemorativo, no se supo empezar el trabajo entre 2011 y 2014, y que cuando finalice hacia 2020 constituirá una metodología constructiva y cultural de rango internacional, motivo por el que UNESCO patrocina el proyecto.

Reconocimiento mundial y ridículo universal

Uno de esos puertos balleneros documentados fue Red Bay Basque Whaling Station, la estación ballenera vasca del siglo XVI y entonces la más grande del mundo ubicada en la península de Labrador en el estrecho de Belle Isle frente a Terranova está considerada como uno de los vestigios más antiguos, integral y mejor conservados de la presencia europea en Canadá. En 1979 declarado National Historic Site of Canada (Sitio Histórico Nacional de Canadá).

Dado su valor cultural excepcional todo el conjunto arqueológico fue inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial por el Comité de Patrimonio Mundial de la UNESCO el 22 de junio de 2013 en la sesión 37ª que tuvo lugar en Nom Pen, Camboya.

Un año después, el 23 de julio de 2014, este reconocimiento que significa ser un lugar cultural de interés universal excepcional y una aportación a la historia canadiense fue muy celebrado por los habitantes de Red Bay participando en un acto junto con el senador David Wells, el ministro Sandy Collins representantes del Gobierno de Canadá y la alcaldesa del lugar Wanita Stone. Se colocaron tres placas conmemorativas por la UNESCO en inglés, francés y euskera, en las que se destaca su importancia internacional.

La no asistencia de ninguna personalidad cultural y autoridad política vasca es sumamente significativa. Se conformaron con que se leyeran dos cartas de salutación de la consejera vasca Ana Oregi, usurpando funciones propias de cultura que no le correspondían y del presidente de Unesco Etxea y se proyectó un breve vídeo con un saludo del lehendakari Iñigo Urkullu. Esta gigantesca, grosería diplomática, pobreza intelectual y miseria cultural es un ridículo universal que fue muy criticado en ambientes científicos y universitarios especialmente en Canadá, y que debería avergonzar a Eusko Jaurlaritza, fue silenciado por la prensa leal.

Red Bay 23 julio 2014

Ningún país pequeño con una cultura y lengua tan antigua, singular y minorizada hubiese despreciado esta gran y excepcional oportunidad de destacar la etnografía y el euskera en el mundo. Si se tratase de un partido de futbol habría acudido un enorme séquito empezando por ETB.

El desprecio del Gobierno vasco presidido por Urkullu a UNESCO, Canadá y la cultura universal, que se trató de ocultar, es de suma gravedad y denota, una vez más, que estamos gobernados por gente básicamente insensible sino ignorante, olvidadiza y frívola de su propia historia a la que les sobra la cultura, con el ocio, el espectáculo y la dichosa gastronomía es suficiente. La caza de la ballena, épico episodio ingeniado por pescadores vascos en el siglo XVI es probablemente por su enorme trascendencia para la humanidad en aquella época y siglos posteriores, el hecho más importante de la cultura vasca en la historia universal. Parece que no han conocido el significativo lema italiano, Una nazione é viva quando é viva la sua cultura. (Una nación está viva cuando su cultura está viva)

De todos modos no es ninguna novedad esta catástrofe cultural de un gobierno como el PNV que lo sustenta tantos años después de la dictadura todavía no ha entendido el sentido y valor de la creatividad propia. Gobernante en tantas instituciones, el patrimonio y la cultura, excepto y parcialmente el euskera, le produce pánico y consecuentemente nuestra nación avanza lenta e irremediablemente a la desintegración nacional por su auto destrucción identitaria.

Saint-Pierre-et-Miquelon

Es un archipiélago compuesto por dos pequeñas islas principales, la de Saint-Pierre y la de Miquelon-Langlade, más una decena otras más pequeñas situadas al sur de Terranova. Constituye uno de los cuatro departamentos franceses de ultramar en América (junto con Guadalupe, la Guayana y Martinica y el único en Norteamérica. Una herencia de la antigua Nueva Francia que posee un estatuto singular dentro de la República Francesa. Como detalle singular en su bandera se representan un barco junto con las armas de Bretaña, Normandía y la ikurriña.

Un notable testimonio de esta presencia vasca fue la construcción en 1906 de un frontón en piedra Zazpiak Bat que sustituyó al original de madera, y con cuyo centenario el Estado francés edito un sello postal. Anualmente se celebran festivales vascos gracias a la existencia de una Euskal Etxea en Quebec.

Muy próximo se encuentra Placentia una población portuaria cuyo nombre se puso en recuerdo a Plentzia, con rango de villa desde 1239, por sus similitudes geográficas y dedicación a la captura de ballenas y cuya bandera se muestra en el municipio canadiense.

Este apasionante capítulo de la historia de Euskal Herria fue rememorado en junio de 2017 por la expedición Tras las huellas de los balleneros vascos, con un atractivo recorrido de ocho días en barco y escalas con la colaboración de los expertos antes citados, entorno a Terranova y Labrador donde existen otros interesantes testimonios de la presencia vasca. Aquí quizá si se embarque algún oportunista político.

Traité général des pesches et histoire des poissons qu’elles fournissent. Duhamel Du Monceau, Henri-Louis (1700-1782). Euskal Itsas Museoa Donostia

 

Legado cultural

Afortunadamente este episodio de la captura de ballenas y la navegación tiene su reconocida expresión en los emblemas de varios municipios vascos, de este a oeste, en Lapurdi, Miarritze, Bidarte antiguamente, Getaria, Hendaia; en Gipuzkoa, Hondarribia, Donostia antiguamente, Getaria, Mutriku; y en Bizkaia, Ondarroa, Lekeitio, Bermeo y Plentzia antiguamente. Estos ayuntamientos deberían considerar la colosal labor de Selma Huxley trascendental en la historia vasca con algún tipo de dedicatoria. Especialmente Oñati debe memorarle un especial reconocimiento desde una placa en la casa donde residió hasta un nombramiento de oñatiarra honorífica o similar. No podemos ser un pueblo indiferente y desagradecido con quien tanto hizo por nuestra cultura y patrimonio.

La ballena este gigantesco cetáceo, el animal más grande de la tierra en la actualidad, motiva una especial devoción popular y más en las civilizaciones pesqueras como la vasca quizá por todo lo que en el pasado ofrecía a la humanidad y la irracionalidad con la que se les trata por algunos países con su salvaje matanza, no suficientemente contestada, que puede concluir con su extinción.

Asimismo, de modo genérico la épica y grandeza del hombre frente a la mar se expresa especialmente en los tres grandes murales Pueblo de navegantes, Pueblo de pescadores, y Pueblo de armadores que Josep Maria Sert (1874-1945) pintó en 1932 en el templo del convento de San Telmo, actual San Telmo Museoa de Donostia.

Existe al menos un documental Apaizac Obeto (2006) que narra este episodio de los balleneros y también entre otras la tradicional canción popular Balearen Bertsoak interpretada por Benito Lertxundi donde emite bellas alusiones a este antaño tradicional trabajo del arrantzale de ultramar. Más recientemente el 22 de junio de 2017 el compositor Gabriel Loidi estrenó en Madrid (España) Euskal baleazaleak (Balleneros vascos), una historia de estos marineros principalmente del siglo XVI compuesta a partir de un texto de Agustín Arrazola, en forma de cantata profana para coro, quinteto de viento, percusión y narrador dirigida por Javier Corcuera. Algún día, deseable que no muy lejano, merecerá un riguroso documental que contribuya a difundir socialmente su gigantesca investigación y difusión esta faceta antropològica del patrimonio inmaterial vasco.

Selma Huxley debió tener un enorme disgusto y decepción por la ofensa indirecta e inconcebible recibida por parte de Eusko Jaurlaritza en el acto de Red Bay en 2014.

Su fallecimiento el pasado 4 de mayo ha entristecido también a las personas que conocimos y nos entusiasmamos con su enorme aportación a la cultura de Euskal Herria.

*Arquitecto

Bilbao, 23 julio 2016

Ampliado 4 de mayo de 2020

Selma Hasley, 2014