Pido perdón por si a algún lector le resulta duro ver la palabra España en un titular. Lo hago porque es lo que ha sucedido a José cuando le he dicho que pensaba titular así, «Santiago y cierra, España», que es la frase que acuñó Alfonso VIII de Castilla durante la batalla de las Navas de Tolosa contra los moros. Después, cayó en desuso porque se estimaba que era un cerrar filas ante la modernidad. Los falangistas y más tarde los franquistas, la recuperaron como no podía ser menos.
Dicen que los restos del apóstol Santiago, si es cierto que existió, reposan en la catedral de Santiago de Compostela, hecho que dudan casi todos los gallegos cultos y que niegan no pocos eruditos. Tal fue la fama que adquirió Santiago, al que se le atribuían notables matanzas de moros, después de muerto, claro, que es el patrón de España, como indudable favorecedor de su construcción.
La patrona de Francia es Juana de Arco, que también ayudó, con las armas, a la liberación de
Pocos medios españoles se hicieron eco hace cuatro años de la noticia de que en el museo de Chinon (Francia), en la archidiócesis de Tours donde se custodiaban, habían exhumado los restos de Juana de Arco. Los estudiosos, tras el análisis y suficientes pruebas, comprobaron que Juana de Arco era en realidad una momia egipcia de hace entre 2.300 y 2.600 años. Cosas de la historia y de la investigación.
Pues dice Matías que los estudiosos españoles,