Los medios de comunicación de ámbito estatal no han querido reflejar en sus titulares esta noticia. Por eso creo conveniente dar mis impresiones al respecto:
El Gobierno escocés quiere convocar un referéndum sobre la independencia de su nación en 2010. Escocia quiere tener las mismas responsabilidades y oportunidades que otras naciones y si el electorado vota la independencia el Parlamento escocés, al no tener la autoridad de proclamarla unilateralmente como Estado, iniciaría una negociación con Londres. Observo que la diferencia de la democracia británica y la española es abismal. Cada cual puede exponer sus ideas libremente y por eso no es condenado al fuego eterno político por anticonstitucional.
Lo lógico es que Escocia sea reconocida como Estado tanto a nivel del Reino Unido como por el resto de las organizaciones internacionales.
La propuesta no es un brindis al sol, como lo presenta algún medio de comunicación de ámbito estatal. Lo importante es que sus aspiraciones las pueden plantear sin ser considerados como extraterrestres. Los escoceses tienen opinión y opinan. Recordemos las absurdas decisiones de los checos y eslovacos, de los croatas, de los letones, lituanos y estonios.
El tiempo pondrá las cosas en su sitio. Si tengo que apostar, lo hago por Escocia como Estado soberano, sin violencia, con diálogo y, sobre todo, con sentido común, el menos común de todos los sentidos. A los ingleses, según las encuestas, no les importa e incluso les gusta que Escocia sea considerada un Estado dentro de
Las naciones sin Estado propio tienen el derecho a decidir su futuro. Escocia, Islas Feroe, Québec, Catalunya, Euskal Herria, Bretaña, Tirol, Córcega, Flandes, Laponia, Gibraltar, Puerto Rico, Ulster, Kosovo, Kurdistán, Palestina, Sáhara…