El presidente anuncia que este verano se han hecho los deberes y que la crisis del parlamento ya se ha resuelto
El 4 de septiembre, el presidente Quim Torra tiene prevista una conferencia que debe marcar el rumbo de los próximos meses. Se titula ‘Nuestro momento’. Aunque no quiere adelantar el contenido, en las respuestas de esta entrevista se vislumbra una línea clara de cambio de ciclo político. No hay medias tintas. Torra desgrana su pensamiento con un lenguaje directo, poco corriente en un político. Y da algunas noticias importantes: los políticos del país han hecho los deberes este verano y se puede hablar de unidad en lo esencial, con reuniones sistemáticas en todos los ámbitos. También asegura que la crisis de parlamento ya se ha resuelto. Un buen anclaje para empezar.
Visto lo que explica, el cambio de Torra no es sutil. No haber sido un profesional de la política le configura una libertad de estilo y de pensamiento nueva. Refrescante para algunos, seguramente irritante para otros. No hay ejes, ni hoja de ruta, ni estructuras de Estado. Hay convicción de ir a por todas, a ganar, sin improvisar. Crítico con el 27 de octubre, sabe qué factores son decisivos y sabe también que la organización es imprescindible y que las posibles opciones no pueden tener preguntas sin respuesta.
Interpela a la conciencia del 80% que no quiere represión, que quiere referéndum y que no tiene rey frente a unas sentencias que antes del juicio se saben injustas. Y su visión incluye un triplete de acción que deja fuera tan sólo a los reaccionarios: derechos civiles, derechos sociales, derechos nacionales. Derribando barreras, Torra apunta a que a los comunes les podría interesar apoyar su presupuesto. El 4 está cerca. Ese día se podrán valorar las expectativas que esta entrevista despierta y sabremos si la línea del horizonte se convierte nítida para muchos.
– Con una sola respuesta a muchos lectores ya les bastaría. ¿Como se hará efectiva la República?
– ¡Trabajando! Cuando hablamos de hacer efectiva la República es que damos valor a lo que pasó el primero de octubre y el 27. Si no, no tiene sentido. Estos meses he dicho que había que crear otro momento. Esta expresión a veces se ha entendido como: ‘¿Tenemos que volver a hacer otro referéndum?’ Creo que no. Nosotros ya hemos pasado esta pantalla. Debemos ser capaces de levantar la mirada y ver qué es lo que nos permite unir y focalizar esfuerzos. Encontrar la palanca que nos permita este momento para hacer efectiva la República.
– ¿El gobierno intervendrá para que este momento llegue?
– Este gobierno está comprometido en hacer efectiva la República. Es un gobierno independentista y trabaja por la independencia. No es un gobierno que aspire a restituir las cosas como antes del primero de octubre, porque entonces no cumpliríamos el mandato que tenemos. En la conferencia que haré el 4 de septiembre, que se titula ‘Nuestro momento’ ya daré unas pistas de cómo pensamos encarar estos próximos meses. Pero, sin que el gobierno se lo proponga, tenemos un calendario que representará un desafío colectivo para el país. Aquí no se trata de hacer ninguna conmemoración nostálgica, ni melancólica de los hechos ocurridos, sino de aprovechar la fuerza de estos hechos para seguir avanzando. En definitiva, como decía el maestro Fabra, tendremos lo que nos sepamos ganar.
– ¿Esto nos lo contará el 4 de septiembre?
– Ese día diremos muchas más cosas.
– ¿Pero no habrá una nueva hoja de ruta?
– No será una hoja de ruta.
– ¿Qué será?
– Primero haré un análisis de dónde estamos, qué ha pasado. Para mí es muy importante, hacer la autocrítica que haya que hacer. Durante este verano ha habido muchas voces que han pensado y reflexionado sobre cómo lo teníamos que encarar, y eso es bueno. El independentismo ha exigido entender por qué no habíamos hecho la República. Ha querido ser consciente de las cosas que hicimos bien y de las que no hicimos suficientemente bien para que cuando llegue ese otro momento no nos vuelva a pasar.
– Hablando de autocrítica, cuando aún no era president, en una entrevista dijo que había faltado estrategia. Visto ese momento desde ahora y desde su posición actual, cuál sería la principal crítica.
– El primero de octubre fue un éxito indiscutible de una estrategia política. En cambio, el 27 de octubre no se llega con el mismo grado de estrategia, habiéndolo pensado todo bien. Cuando el presidente Puigdemont reconoce que aquel 10 de octubre tenía que haber proclamado la República da en el clavo. Le agradezco esta reflexión porque tiene mucho valor. Esto significa que del 10 al 27 de octubre hay unas grandes turbulencias, que seguramente volveremos a tener.
– ¡…!
– Pero ocurre que si estas turbulencias las has anticipadas, si has previsto opciones diversas plausibles, puedes ganar o perder, pero, al menos, no habrás pensado en aquellas opciones una semana antes. Tú tienes que estar preparado para todas las opciones desde meses antes. Por lo tanto, da la sensación de que el problema no es tener que decidir en un momento determinado una de las opciones -pienso que se debe decidir entre todos como se hizo entonces-; el problema es que debes tener los planes de contingencia para todas las opciones. Esta manera de verlo me debe venir de mis años de trabajar en Suiza. Quiere decir que las cosas se deben hacer al modo suizo.
– ¿Este análisis repercutirá en cambios estratégicos actuales? Menos hojas de ruta, menos estructuras de Estado, más opciones posibles… Hay una voluntad de cambiar en este sentido.
– Por mi parte, sí. Cuando hablo de momentos, en el fondo hablo de eso. Llegado el momento, debemos tener las situaciones estudiadas, previstas y con garantías de éxito.
– Aparte esta autocrítica, ¿la conferencia contendrá propuestas?
– Es una conferencia que quiere retomar la iniciativa, pasar de la fase de la restitución a otra fase. Esto para mí es muy importante porque este movimiento siempre ha ido adelante y después de estos últimos meses -por el 155, por la represión, por todo lo que ha pasado- hay que volver a marcar la línea porque el independentismo es la fuerza mayoritaria del país. Tiene una mayoría social que pide una respuesta, una concreción que en esta conferencia podemos dar.
– ¿Concretará?
– En la conferencia hablaremos mucho de las vías de acción republicana, es decir, el exilio, el parlamento, el gobierno, los ayuntamientos y de una manera especial de la sociedad civil organizada adulta que se ha enfrentado a unos hechos extraordinarios, que la han fortalecido y le han dado el temple necesario para abordar seguramente los meses cruciales que nos faltan, con toda la capacidad de sacrificio y de esperanza que haga falta. La paradoja es que tener compañeros en el exilio y en la cárcel podía parecer a algunos que debilitaría la opción independentista. En cambio, podemos afirmar que justamente esto ha reforzado el movimiento allí donde era necesario. Ahora sabemos hasta dónde está dispuesto a llegar el Estado español. Y, por otra parte, los catalanes ahora ya debemos saber hasta dónde tenemos que estar dispuestos a llegar si queremos vencerle. La conferencia desarrollará todo esto.
– ¿Hasta donde tenemos que estar dispuestos a ir para conseguir la independencia?
– Los pueblos que quieren ser libres normalmente se exigen un respeto mínimo a sí mismos. Este respeto implica defender con todas las consecuencias su libertad. Esta es la clave de todos los pueblos que han alcanzado la libertad. Debemos ser conscientes de que nos encontramos en una causa general contra el independentismo que provoca el Estado español. Debemos tener muy presente esta situación de excepcionalidad y debemos ser capaces de poner todo el énfasis, toda la movilización, toda la energía en favor de los derechos civiles, los derechos sociales y los derechos nacionales del país. Las encuestas nos dan unos resultados muy interesantes: un 80% es favorable al referéndum, un 80% va contra la represión y un 80% no siente la monarquía como una institución propia. Estos datos nos dan una imagen del país que debemos saber percibir y trabajar en estos meses próximos.
– Pero es mucho más complejo.
– Nuestro éxito depende de muchos factores y si los alineamos y somos capaces de avanzar a la vez tenemos opciones de ganar. Estos factores son la capacidad que ya ha demostrado el independentismo de resistencia y persistencia, junto con un alto grado de organización. También la unidad, entendida como la capacidad de focalizar los esfuerzos de todos en un punto concreto que nos permita crear el momento y llegar a él con todas las fuerzas. Asimismo, entre estos factores decisivos está el de ser capaces de aumentar el grado de internacionalización. Y aquí es fundamental el papel que haga el Consejo de la República con el presidente Puigdemont y todos los exiliados a la cabeza. A esta lista de factores hay que añadir que el Estado español insiste en evitar este movimiento democrático. Y, finalmente, la defensa política que se haga desde las cárceles de la causa contra el independentismo.
– … Yo tengo plena confianza en el pueblo de Cataluña y creo que vamos a ganar. Si avanzamos juntos y somos capaces de crear el momento y luchamos y lo defendemos bien podemos ganar.
– ¿Y perder?
– También podemos perder, pero si hacemos bien todo esto, tal vez nos será más fácil explicar lo que pueda pasar y no nos pasará lo que decía antes, de cuando no hicimos efectiva la república. No sé si me explico: es una de las lecciones del 27 de octubre.
– Entre los factores decisivos ha hablado de unidad, pero hoy por hoy esto parece una quimera.
– Es una obviedad que hay maneras diferentes de presentar el objetivo de hacer efectiva la República por los diferentes grupos políticos. Es complicado, pero también diré que pienso que los partidos políticos hemos hecho los deberes este verano. Encaramos el curso con un gobierno muy fuerte, con un parlamento muy fuerte y con todos los actores políticos muy conscientes de la encrucijada histórica en la que nos encontramos.
– Esto que dice de los deberes, ¿significa que ha realizado reuniones para conseguir una unidad estratégica?
– Quiere decir que este verano me he visto con muchísima gente. Era evidente que, visto lo que pasó en el Parlamento en la última sesión, era necesario que se perfilaran algunas cosas que no habían funcionado lo bastante bien entre ERC y nosotros. En este sentido, esto son buenas noticias. Hoy hemos tenido un consejo ejecutivo en el que hemos hablado de todo. Pienso que también aquellos problemas que hemos tenido en el parlamento están bien encarados y se resolverán.
– La situación del parlamento ha sido muy difícil y compleja…
– La situación del parlamento había llevado a unas desavenencias que no se pueden producir. Insisto, creo que hemos encontrado la manera de que esto no ocurra. Aparte, tanto nosotros como ERC nos hemos comprometido a tener reuniones. Reuniones sistemáticas desde todos los puntos de vista y estamentos: parlamento, gobierno e incluso a escala de partido. Todo debe ir alineado. Puedo decir que en este sentido veo el horizonte limpio, veo que lo conseguiremos.
– ¿La crisis de la renuncia de los diputados se ha resuelto?
– Sí.
– ¿Hay un acuerdo? ¿Cómo quedará la situación de Puigdemont?
– Sí, hay acuerdo, la cuestión se ha resuelto. Pero permitanme que hoy no lo concrete, porque sería una deslealtad hacia los socios.
– Hay quien dice que hay tres gobiernos: el de Esquerra, el del PDECat y los de los dos presidentes. ¿Esta imagen se repetirá?
– Los gobiernos de coalición tienen voces diversas. A mí eso no me preocupa especialmente si tenemos claro cuál es el objetivo por el que trabajamos. Me parece muy positivo que los consejeros estén apoderados en los ámbitos de su responsabilidad o que en el Parlamento podamos tener discrepancias. No me parece mal si cuando hay en juego puntos esenciales, cuando está en juego el objetivo común, todos vamos a una.
– ¿La manifestación del Once de Septiembre es decisiva?
– Como cada año, es decisiva. Nos da esa fraterna fuerza de ver que somos muchos detrás de este proyecto. Por tanto, apelo a quienes crean que no lo hacemos bien o tan bien como creen que se debería hacer que vayan.
– ¿Con qué ánimo tenemos que afrontar el 20 de septiembre?
– El 20 de septiembre comenzó la gran farsa, la gran mentira. Debemos hacer un homenaje a dos personas extraordinarias, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart. Debemos decir: ¡Basta de mentiras!, y reivindicar la paz.
– ¿Y el primero de octubre?
– Yo volveré a mi colegio electoral. Fuimos muchos los que ese viernes entramos en los colegios para garantizar que se pudiera votar. Yo, con mi familia y mis vecinos, pasamos el sábado y votamos el domingo. Protegimos este voto. Nuestra fuerza es la democracia, nuestros baluartes son los votos. El primero de octubre no debe ser nostálgico, ni melancólico. Debe ser una jornada reivindicativa porque es un momento fundacional. No podemos correr el riesgo de mitificar el primero de octubre. Este día nos tiene que empujar, nos debe interpelar.
– ¿Y el 27 de octubre?
– Lo veo como una gran jornada internacional del derecho a la autodeterminación, siguiendo el hilo que he comentado antes de la importancia que tiene internacionalizar la causa catalana.
– Joan Ramon Resina, en una entrevista, le decía: ‘Presidente, ponga las urnas’. ¿Qué le responde?
– Me interesó mucho lo que decía Joan Ramon Resina en aquella entrevista. Era de esas que hacen pensar y meditar, pero no entiendo por qué decía eso de las elecciones. Yo no veo que se tengan que convocar.
– ¿Había dicho que no le daban miedo las elecciones, pero piensa que no debe haberlas?
– Yo no veo que sean necesarias estas elecciones porque hay una dirección clara y estamos de acuerdo en los puntos esenciales de lo que tenemos que hacer estos próximos meses.
– ¿La CUP y la aprobación del presupuesto le preocupan?
– Nunca me ha preocupado la CUP. Siempre hace el papel que tiene que hacer y siempre le agradezco que estire y que pegue. Debemos respetar los roles que ocupamos cada uno de nosotros. Es tan importante el espacio que ocupa la CUP, como el espacio central que ocupa Juntos por Cataluña y ERC. Sin toda la gente, de unos y otros, no lo lograríamos. Yo insistiré siempre en que si tenemos claro el objetivo y el consenso para lograrlo a mí no me dan miedo las otras discrepancias.
– En este 80% de los que hablaba están los comunes e incluso una parte del PSC. ¿Tiene que haber ningún cambio de la política independentista hacia los comunes? ¿Son los comunes los que tienen que cambiar?
– En estos meses próximos seguramente cambiaremos todos porque este país vive una situación gravísima. Más de mil personas han sido investigadas o citadas a declarar por un acto democrático, que es ir a votar. Cuando digo: ‘Empecemos una movilización permanente por los derechos civiles, sociales y nacionales de este país’, esto nos debe traer unas consecuencias. Debemos poner sobre la mesa las conciencias de cada uno de nosotros en este momento porque yo no pienso que se juzguen o estén en el exilio unos miembros del gobierno. Se juzga al pueblo de Cataluña. Estos representantes políticos hicieron lo que la ciudadanía dijo que quería que hicieran. Me siento tan culpable como ellos, tan en prisión como ellos, tan en el exilio como ellos. Aquí hay un consenso enorme. Llegados a este punto, que con las sentencias se puede poner más de manifiesto, apelo a las conciencies de cada uno de nosotros.
– Pero ahora mismo la distancia entre los comunes y el independentismo sigue siendo grande, a veces parece que incluso se haya ampliado desde el primero de octubre.
– Es posible: hubo las elecciones autonómicas y las elecciones tienen eso. Ahora, yo a los comunes les digo, primero, que presentaremos a votación en el parlamento todo el contenido de las leyes suspendidas; segundo, que tenemos un plan social y de progreso sobre el que queremos centrar la acción de gobierno porque creemos que no es la República la que nos llevará a los derechos sociales, civiles y nacionales que anhelamos, sino que es la lucha por estos derechos lo que nos llevará la República. En este camino no creo que los comunes puedan no estar. Hablamos de la misma cosa, de este 80% que compartimos. A mí me gustaría pensar que este camino lo hagamos juntos. Es evidente que hay cosas que nos distancian mucho, pero también hay cosas en las que los siento muy cerca, me siento muy cerca de Jaume Asens. Con la aprobación de las leyes suspendidas, con la ley de universalización de la sanidad de Cataluña, con las leyes de medio (ambiente?), ¿no debemos tener el apoyo de los comunes? Si creen que debemos avanzar más, hablemos: nosotros también queremos hablar con ellos del presupuesto. Nuestro socio preferente es la CUP, pero creemos que los comunes pueden entender muy bien nuestras acciones de gobierno y pensamos que las pueden apoyar.
– Ada Colau parece que le ve lejos.
– Sí, pero seguramente están las municipales por medio. Yo también le he dicho que me hubiera gustado que durante todos estos meses al frente del Ayuntamiento de Barcelona hubiera habido una voz independentista. Y que si estamos en un proceso de hacer efectiva la República nos interesa tener un alcalde independentista en Barcelona. ¿Esto quiere decir que con Ada Colau no podemos coincidir en otras cosas? Pues no, seguro que coincidimos en muchas otras cosas, pero en esta no.
– Por cierto, ¿cuándo se aprobarán estas leyes?
– Aprobamos la resolución de la CUP y nos marcamos unos calendarios muy concretos. El primer plazo acaba el 5 de noviembre. Nosotros aprobamos los acuerdos para cumplirlos.
– El último día que fue a la cárcel fue para ver a Carme Forcadell que sintió cuando salía?
– Yo me siento muy mal cuando salgo de una cárcel catalana donde hay presos independentistas. Es un sentimiento que tengo desde el primer día que llegaron aquí. Formo parte de un gobierno independentista y por tanto eso, a mí mismo, me causa una angustia, una dificultad de comprensión. Aunque también me da más fuerzas para tumbar esta situación. Sólo la volveremos ganando la República.
– ¿Quieren que sea Vichy?
– Hay muchos que nos quieren Vichy, hay quienes nos quieren desunidos con el presidente Puigdemont… Esto que quieren ya no me enfada. Aquí lo importante es que cada uno se pregunte si sus ideales le permiten aceptar unas sentencias del juicio como las que saldrán.
– Respecto a los presos, también hay quien lo puede interpretar a la inversa. Seamos buenos, no movamos ficha, que todo será más fácil para los presos. ¿Esto condiciona?
– Eso que sería más fácil para los presos se ha demostrado que es una tesis infundada, esto no ha pasado nunca. En todo caso no debería depender de nosotros. Depende de la posición de los presos políticos. Y en estos momentos salgo de la cárcel siempre muy animado. Veo que hay una clara decisión de defensa política de la causa. Como decía antes, si esta defensa política la hacemos desde las cárceles, desde el exilio, desde el gobierno y desde la ciudadanía y avanzamos todos, los cuatro grupos, al mismo tiempo, esto es muy importante. Nos ha costado a todos llegar hasta aquí, pero insisto: ¡es muy importante!
– ¿Por qué ha sido difícil?
– Creo normal que nos haya costado porque los hechos de octubre, el 27 de octubre, las entradas a las cárceles, aquella llegada de Quim Forn al aeropuerto… El hecho de ver a compañeros tuyos que entraban en las cárceles y desaparecían de tu vida… Todo esto ha sido una sacudida brutal al pueblo de Cataluña. Recuerdo que los primeros días de estar en el Parlamento de Cataluña te llegaba a afectar a ti mismo todo lo que pasaba. Había como una especie de autocensura: ¿podrás decir esto? ¿Es mejor que no lo diga? Pero, visto con perspectiva, me parece normal que todo fuera difícil porque veníamos de un gran descalabro. Si han tenido ninguna virtud los meses que han pasado, incluso porque optamos por recuperar un gobierno, es que todos alzamos la voz a la vez y defendemos las mismas cosas a la vez. Esto ahora lo tenemos y nos da una gran fuerza.
– Miremos hacia España. ¿Qué confianza tiene en el gobierno del PSOE, tras las últimas decisiones que ha tomado?
– Nosotros mantendremos siempre abierta la puerta a la negociación y a cualquier encuentro que, de manera bilateral, pueda llevarnos a resolver este conflicto gravísimo que tiene Cataluña. Pero que no se engañe nadie: la bandera del diálogo y la negociación la hemos defendida nosotros. Quién no se ha sentado en la mesa de negociación durante años ha sido el gobierno español. Ahora se ha sentado, pero queda mudo ante las propuestas que hacemos. Nosotros hemos dicho perfectamente al gobierno español que partimos de un primero de octubre y de un 27 de octubre. ¿Cuál es su solución, cómo pretende abordar el gobierno de España no sólo la crisis catalana, sino la crisis constitucional que tienen? Hasta ahora no hemos tenido ninguna noticia. ‘Sin noticias de Gurb’. Si es así, tampoco vamos a hacernos fotos, ni a continuar en retóricas que no nos lleven a ninguna parte. Hay que ir a trabajar, a poner sobre la mesa todos los temas que se deben tratar. Se aceptó que fuera así y yo tuve la oportunidad de explicarlo. En la segunda reunión el Presidente Sánchez debe explicar muy bien a los catalanes cuál es el proyecto que tiene el gobierno español socialista que sea diferente del proyecto que tenía Mariano Rajoy. De momento parece el mismo.
– Esto significa que tal vez no se haga esta segunda reunión si continúan estos gestos como el de Borrell…. ¿La reunión está en juego?
– Yo, como siempre, me sentaré. Me es difícil decir que no a esta pregunta, pero también insisto en que hay un reloj que avanza. Yo fui muy claro y le dije: ‘Presidente, ¡tenemos esto en frente! O aplicamos la máxima inteligencia política, ¿o usted cree que un pueblo que se siente juzgado puede aceptar unas sentencias como éstas que prevemos?’.
– Y…
– De momento, silencio.
– ¿Silencio?, ¿silencio?
– Sí, ahora me dicen que hoy han hecho unas declaraciones que la propuesta debe ser dentro del autogobierno. Sí hay alguien que piense que después de todo lo que ha pasado, ahora la cuestión es una reforma del estatuto o una competencia aquí o allá no interpreta de una manera muy razonable dónde está el pueblo de Cataluña.
– ¿Hasta qué punto ha llegado la hora de apelar al republicanismo español, hasta qué punto existe la necesidad de una especie de pacto de San Sebastián, de romper este monolitismo que hay en el otro lado, con una oferta que recupere el espíritu de los años treinta?
– Aquellos años treinta también nos dan lecciones muy interesantes, con las declaraciones de Azaña y de Negrín sobre Cataluña, deben tenerse muy presentes. El movimiento independentista viene de abajo y yo deseo al pueblo español que se apodere de soberanía y sea capaz de formularse el desafío democrático más importante que es la lucha por la república. Cuando me entrevisto con las izquierdas españolas e incluso con el presidente Sánchez le digo: ¿cuando se decidirán a avanzar por la vía de la república en España? Veo una península Ibérica con las repúblicas portuguesa, española y catalana. Me parece una solución peninsular que podía dar una respuesta a los desafíos que tiene la península entera. Para mí, ahora mismo, mi prioridad es la República de Cataluña, pero sí deseo la libertad de todos los pueblos del mundo. Estos días en España vemos, a raíz de la exhumación del general Franco, cómo aún persisten rémoras franquistas incrustadas en aparatos del Estado. Pienso que la única manera que tiene España de resolver su crisis de Estado es avanzando por la vía de la república. Los republicanos españoles tendrán siempre a su lado a los republicanos catalanes.
– ¿Qué piensa de la manera como Ciudadanos intenta provocar una situación de violencia?
– Este verano me ha preocupado muchísimo. Tanto, que escribí un artículo para que saliera en todos los periódicos expresando la necesidad de que, como un solo pueblo, estuviéramos unidos frente a estos brotes fascistas, de estos grupos intolerantes, que actúan de noche, encapuchados y con armas y que cualquier policía normal del mundo detiene e identifica. Y resulta que ahora la fiscalía quiere investigar a los Mossos por haber hecho el trabajo que les toca hacer. Esto indica hasta qué punto malvivimos en un Estado que no nos toca. No puede ser que la fiscalía investigue a los Mossos y no investigue la violencia del primero de octubre, no investigue qué pasa en las manifestaciones fascistas en el Valle de los Caídos.
– Y el ministro también…
– El ministro dice que quiere hablar de la convivencia en nuestras plazas. Yo le respondo que en las juntas de seguridad se habla de seguridad. Nosotros tenemos ganas de hacer un pleno sobre la convivencia en el Parlamento de Cataluña. Tenemos que ser muy conscientes de lo que pasa, de qué grupos políticos aprovechan y manipulan cualquier ocasión para su intención de fractura social. Como dijo el presidente Puigdemont, que abandonen toda esperanza de que la sociedad catalana se fracture. La sociedad catalana no se fracturará nunca por un debate político. Esto es no entender nuestra sociedad. Se puede fracturar porque haya una brecha social entre ricos y pobres, una gran desigualdad que haga que la gente no tenga las oportunidades que debe tener. Hay partidos que se equivocan mucho de objetivo.
– ¿Qué respondería a los que le dicen que no gobierna?
– Dedicarse a la independencia es gobernar, porque soy un político independentista que tiene que trabajar por la República. Durante muchos meses no pudimos empezar a trabajar por todos los obstáculos que nos fuimos encontrando. Gobernamos excepcionalmente y hemos hecho la primera fase de restitución. ¿Saben cuántos millones de euros se encontró el consejero de Trabajo paralizados que tenían que ir a las entidades sociales del tercer sector? Pues más de novecientos millones. Y así con muchos apartados. Durante el 155, no sólo ha habido la indecencia de la causa contra el independentismo, sino que a ello hay que añadir un auténtico descuido de no gobernar. Encima, el señor Millo se pasea tan tranquilo y pretende darnos lecciones.
– ¿Estos meses de presidente le han cambiado?
– Pienso que soy el mismo, con los mismos defectos. Pero lo que me ha cambiado es la pérdida absoluta de privacidad. Esto es algo que no he digerido muy bien. No puedes dejar la presidencia aquí sentada y salir a la calle. No puedes salir sólo como Quim Torra, sino que sales siempre como presidente de la Generalitat, siempre, día y noche. Esto es complicado para mí, y complicadísimo para mi familia. Todos lo tenemos que ir encajando.
– No era un hombre del sistema. ¿Siente la presión del poder?
– Vivir en el ojo del huracán te hace vivir diferente del resto. Quizás lo perciben más que tú, que ya estás, los que no están. Como ya vives en medio de esta presión no la notas. Es casi inherente. En cambio, cuando estás en este palacio, sí notas es el peso de la historia y de la responsabilidad. ¡Esto sí que es un peso!
– ¿Su carácter apasionado le ayuda? ¿Quizá no le gusta que le llamemos apasionado?
– Es curioso porque yo me identifico más como uno de los últimos novecentistas supervivientes. Probablemente, tengo un carácter que se revuelve en algunos momentos y que necesita la reflexión. Pero durante todos estos meses de presidencia he intentado mantener un tono, no sé si lo he conseguido. Creo que también va con el cargo mantener un tono de dignidad y de respeto. Lo he intentado, pero no soy yo quien puede juzgarme.
– Su Xammar admirado, ¿quizá también tenía estas dos cosas: orden y apasionamiento?
– Pienso con pasión nuestro país y, aunque tengas una posición moderada y que quizás en un Estado normal defenderías posiciones liberales y socialdemócratas, te sientes radical defendiendo radicalmente la libertad de tu país. Un pueblo que no tiene esta libertad, si quiere ser libre, es radical o no lo será.
– ¿Su carácter abierto le ayuda a hacer política?
– Eso lo tendrían que decir los demás.
– A nosotros nos han dicho que sí…
– Intento no cambiar de carácter y ser muy sincero. Quizás una de las cosas que nos han pasado estos últimos años es que no nos explicábamos bien qué queríamos hacer y qué no. Y no debe ser así, porque tenemos un pueblo adulto que tomará sus decisiones y que se siente responsable. Cualquier ciudadano que me encuentro es tan responsable como lo puedo ser yo. En este momento no veo mucha diferencia en lo que pueda hacer él desde cualquier lugar o lo que pueda hacer yo. Yo no creo en órdenes mágicas desde despachos oscuros.
– ¿Con qué político de los años treinta le identificaríamos?
– Quisiera ser la síntesis perfecta de dos políticos, que son Francesc Macià y Carrasco i Formiguera. Para mí esta suma es Lluis Nicolau d’Olwer. Esta ecuación me gusta mucho. Yo ya lo digo, Acció Catalana, sin saberlo y ochenta años después, ha colocado un president de la Generalitat. En una de las discusiones que a mí me encantan con Xavier Domènech, con quien hacemos discusiones históricas interesantes, yo le recordaba que en las elecciones de 1936 -cuando fueron juntos Acción Catalana y ERC, con los socialistas y todo un grupo de grupos- el que tiene más votos es Lluís Nicolau d’Olwer. Y, como diría Boye, ‘¡ahí lo dejo!’.
– ¿Tiene tiempo para leer?
– Sí, cada día, antes de ir a dormir leo un rato y gracias a la consejera Borràs leo poetas que no había leído, como es el caso de Zoraida Burgos, una poeta sensacional.
– Siempre tiene su experiencia suiza como referente. ¿Tendremos una independencia a ‘la suiza’?
– Tú puedes ganar o perder la independencia, pero no puedes no ir preparado. Cuando hablo de organización hablo de eso. Puede pasar de todo, pero lo tenemos que dar todo y nos hemos de haber preparado bien.
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