Los familiares de las víctimas reciben satisfechos el reconocimiento de la inocencia de sus seres queridos
Leo Young, que ahora tiene 65 aos, nunca olvidar ese «cuida de l», la ltima frase que le dijo su madre aquel 30 de enero de 1972 cuando se dispona a salir de casa para acompaar a su hermano pequeo, John, a la manifestacin convocada ese domingo que acabara bautizado como Bloody Sunday (Domingo Sangriento). En las calles de la ciudad norirlandesa de Derry se concentraron 20.000 personas, segn los organizadores, mientras que las autoridades hablaban de 5.000, un gento que llev a que Leo perdiese de vista a su hermano.
Cuando empezaron los disparos de los soldados britnicos, uno de los manifestantes, William Nash, de 19 aos, recibi uno. John, de 17, estaba a su lado y se arrastr para intentar ayudarle, pero recibi un tiro que lo mat. «Era buena gente», cuenta su hermano. «Estaba haciendo lo que quera, formarse como aprendiz de sastre. No se mereca ser disparado. Ahora ir al cementerio donde mis padres y John estn enterrados para asegurarles que cuando muri era inocente».
Los familiares de las catorce vctimas, algunas tiroteadas por la espalda, y de los trece heridos siempre han estado seguros de la inocencia de sus seres queridos, pero durante los ltimos 38 aos han vivido con la angustia de sentir que no se haba hecho justicia. No han dejado de hacer campaa desde que el Gobierno del conservador Edward Heath publicase, poco despus de la masacre, un informe oficial que acusaba a las vctimas de ir armadas y de disparar primero. Para Jean Hegarty, cuyo hermano fue asesinado, como para el resto de familiares, «ese informe destruy la buena reputacin de nuestros seres queridos». Ahora, con la investigacin pblica encargada en 1998 y publicada esta semana sienten que por fin se les ha librado de toda culpa, aunque algunos lamentan que llega tarde porque slo uno de los padres de los fallecidos est vivo y ha podido compartir una alegra que se ha sentido mucho ms all de las murallas de Derry.
Ambiente previo En enero de 1972 la situacin en la ciudad era «grave», segn describi en su informe de 5.000 pginas Lord Saville, el juez que dirigi la investigacin, que cuenta cmo «la comunidad nacionalista (catlica) se haba puesto en su mayora en contra de los soldados, parte de la ciudad estaba en ruinas, como resultado de las acciones del IRA y de jvenes alborotadores, y la violencia armada haba provocado muchas muertes (…) En agosto de 1971, el Gobierno introdujo el internamiento sin juicio para sospechosos de terrorismo y, al mismo tiempo, haba prohibido las manifestaciones». En Derry, donde la poblacin era mayoritariamente catlica, la gente se senta especialmente discriminada por parte del Gobierno britnico y de quienes le apoyaban: los protestantes unionistas. Ante este panorama, la Asociacin por los Derechos Civiles de Irlanda del Norte decidi desafiar la prohibicin de las autoridades y convocar una manifestacin pacfica.
Poco antes de las 3 de la tarde comenz la marcha y menos de una hora despus se escucharon los primeros tiros. Segn la investigacin, ms o menos al mismo tiempo que el encargado del Primer Batalln del Regimiento de Paracaidistas, Derek Wilford, ordenaba que se detuviesen a algunos alborotadores, dos soldados disparaban entre los dos cinco disparos. Su objetivo era Damien Donaghey, de 15 aos, al que hirieron en un muslo. Poco despus, un miembro del IRA dispar contra los soldados. Fue aproximadamente una hora de reloj durante la que rein el miedo y la confusin en el barrio de Bogside: se escuchaban gritos en las calles y se vea a personas que enarbolaban pauelos blancos, mientras intentaban localizar a sus seres queridos entre los muertos y heridos. Alexander Nash estaba precisamente buscando a su hijo, William. Lo encontr junto a una barricada y, cuando lo meca, recibi una bala.
Las mentiras Los soldados siempre han defendido que no dispararon primero, pero la investigacin pblica confirm esta semana que algunos mintieron. El juez Saville intent determinar qu soldado mat a qu civil, pero en algunos casos no fue posible. Sin embargo, el informe destaca que el «soldado F», que al parecer ya no vive en el Reino Unido, dispar contra al menos cuatro de las vctimas. Segn el magistrado, no se deberan haber enviado soldados a Bogside y menos an a paracaidistas, una fuerza conocida por su violencia, ya que su mera presencia poda aumentar la tensin entre los soldados y los nacionalistas de Derry. «Lo que pas ese domingo reforz al IRA Provisional, increment el resentimiento nacionalista hacia el Ejrcito y exacerb el conflicto violento. El Domingo Sangriento fue una tragedia para los que perdieron a un ser querido y para los heridos, y una catstrofe para la gente de Irlanda del Norte», concluy Saville.
Los familiares de las vctimas se han sentido siempre identificados con aquellos que han muerto de manera injusta. El periodista del diario britnico Independent, Robert Fisk, enviado especial a Oriente Medio, recordaba esta semana cmo unos das despus de la matanza en la ciudad iraqu de Fallujah en 2003, en la que catorce iraques murieron a manos del Ejrcito de Estados Unidos, un amigo de Derry le llam porque una delegacin de familiares del Domingo Sangriento quera viajar a Irak para mostrar su apoyo a los parientes de los asesinados, que fueron tiroteados cuando se manifestaban en contra de la invasin estadounidense.
Siete aos despus, cuando el martes pasado los vecinos de la ciudad explotaban de jbilo al escuchar cmo el primer ministro britnico, David Cameron, les peda perdn, las familias de las vctimas hicieron una dedicatoria a «la gente corriente que se atreve a resistir ante la injusticia: Sharpville (Sudfrica), Grozny (Chechenia), la plaza de Tiananmen (China), Dafur (Sudn), Fallujah (Irak), Gaza (Palestina). Que nuestra verdad sea tambin su verdad».