La persistente presencia de los estados español y francés sobre nuestras cabezas ha conseguido que interioricemos de tal manera sus líneas maginot que sin apenas darnos cuenta caemos en sus redes geográficas. El último temporal de frío ha sido un buen ejemplo de ello. «Cortada la carretera de Isaba a Francia», repetían los boletines horarios, sin más distingos. Poco importa que esa vía conduzca por la izquierda a Santa-Garazi y por la derecha al Bearn, que para algunos cuantos, entre los que me encuentro, no es sinónimo de Francia. Si nos vamos hacia la costa, resulta que «se produce densidad de tráfico en la A-8, sentido Cantabria», o «que existen retenciones a la altura del peaje de Biriatu, sentido Francia». Por supuesto que si cogemos la N-1, los problemas se acrecientan «al aproximarnos a Nanclares, dirección Burgos», y así sucesivamente.
Todas estas frases hechas, que parecen no tener mayor importancia, calan como un sirimiri en quien las escucha, que acaba confundiendo las cosas y los casos. Es evidente que si salimos de Baiona hacia el norte iremos a Francia y que si tras dejar atrás Gasteiz nos dirigimos por la N-1 hacia el sur, iremos a España. No cabe duda en ello, pero no se expresa así en ningún caso. Como no cabe hablar de la costa de Iparralde, sino de Lapurdi, pues Zuberoa y Nafarroa Beherea no la tienen, ni es de recibo hablar de Filipe Bidart como preso de Iparralde, siendo como es navarro de Baigorri.
A veces, es en las cuestiones que a primera vista parecen más sencillas en las que más nos equivocamos. Denominamos selección vasca a un combinado autonómico de la CAV con incrustaciones navarras y sin presencia de labortanos o suletinos. Y nos enorgullecemos de portar sus verdes camisetas, muy bonitas por cierto. Y así contribuimos, de forma inconsciente si se quiere, a sostener el muro construido con tenacidad por Madrid y París para tenernos enredados en sus parámetros geográficos, que al fin y a la postre terminan siendo ideológicos.
Cuando los habitantes de este país seamos conscientes de nuestra propia dimensión, incluido el mapa de carreteras, habremos dado un notable paso adelante y los informativos de radio y televisión dejarán de confundir Lapurdi con Francia y de sustituir a Burgos por España; de limitar los puertos vascos a los que se encuentran entre Santurtzi y Hondarribia y de pensar que ciudades como Maule o Donibane Garazi se encuentran al norte de Donostia.
17.01.2005
Publicado por Gara-k argitaratua