Pregón 2006


Un año más, hemos conmemorado en Salinas de Pamplona/Getze un hecho de enorme trascendencia histórica, política y cultural para Euskalherria, como fue perder el núcleo principal del único Estado europeo que durante siglos hemos tenido los vascos: el Reino de Navarra.

Castilla ya había conquistado tres siglos antes la Navarra marítima, La Rioja y otros territorios y hoy, casi cinco siglos más tarde, seguimos reclamando la libertad y el Estado que nos arrebataron en 1512, y en 1620 por Francia, sin olvidar que el sometimiento puede ser tarea de siglos, como lo demuestra que en 1841 Navarra fuera obligada a perder su condición de Reino diferenciado de España, o que hoy mismo sigamos reclamando nuestra independencia.

Solo un Estado política, social y culturalmente muy bien asentado pudo resistir tres siglos de presión del reino castellano, conquistador de numerosos países. De hecho, el mismo año 1521 conquistó México.

Nuestro Estado compone un pequeño país europeo, rico en su diversidad geográfica, humana y cultural, donde destacan dos monumentos de la cultura europea: el Euskera y el Derecho Pirenaico.

Durante siglos hemos sufrido el saqueo de nuestro Patrimonio, con la finalidad de erradicar la memoria de lo que hemos sido, y tratar de que adoptemos como propia la cultura que se nos impone. Hagamos un breve repaso:

El Euskera, la lengua más antigua de Europa, ha sido calificada como «el único bien cultural vivo de la prehistoria», sufre el acoso continuo de una clase política que oculta su profundo desprecio hacia Navarra, abanderando un falso navarrismo, siervo del centralismo. Operación tan burda que es posible gracias a la dejación que las fuerzas políticas hacen de nuestro Estado ocupado, facilitando el falso navarrismo de quienes son la única administración europea que legisla contra su propia lengua, la que nuestro euskaldun Sancho VI el Sabio denominó lingua navarrorum.

El Derecho navarro, Derecho pirenaico, es anterior al Derecho romano, y caso único entre las creaciones culturales europeas. Junto con el Euskera deben ser declarados Patrimonio de la Humanidad. Un propósito en el que todos deberíamos trabajar juntos para conseguirlo.

Patrimonio natural y ecológico. Nuestro territorio es el lugar del saqueo permanente, y sólo la lucha de la ciudadanía lo ha impedido en ocasiones, como la instalación de dos centrales nucleares, la construcción de algunos pantanos, la construcción en Belagua de un complejo hotelero alrededor de una estación de esquí. O el intento de destrucción de una de las Dos hermanas, en Irurtzun.

Estos antinavarros llevan décadas destruyendo magníficos ejemplos de arquitectura popular, palacios de cabo de armería, ermitas, puentes, ferrerías, molinos, hórreos, o la memoria de nuestra arquitectura industrial, llevando a cabo un desarrollo urbanístico basado en la destrucción de los núcleos urbanos tradicionales e históricos y los modos de convivencia ciudadana, y del espacio rural.

Patromonio hidrológico y eólico. El agua es uno de los fundamentos del desarrollo económico, pero explotan esos recursos con actuaciones como Itoiz y Yesa, al servicio de la especulación inmobiliaria de la costa mediterránea y otros similares.

Con la energía eólica ocurre lo mismo, poniendo en manos de los intereses económicos privados empresas publicas, como EHN, puntera en Europa.

Patrimonio histórico. La maquinaria educativa y cultural trabaja con la finalidad de aceptar las consecuencias de la conquista de 1512-1521, y dar por buena la realidad actual, marginando a quienes tratan de recuperar la historia de Navarra como país independiente en Europa.

Patrimonio documental. Corre similar suerte a los anteriores. Sin dotarle de una entidad propia, solamente se usa ocasionalmente para organizar eventos en los que la documentación aparece formando parte del acervo cultural español. La reciente exposición, «Las edades del Reyno», ha sido un ejemplo de manipulación descarada para españolizar la historia de Navarra, presentando a Sancho III el Mayor como el padre de la hispanidad. O no existimos o somos la cumbre de la españolidad.

Patrimonio arqueológico. La destrucción del mayor yacimiento arqueológico de nuestro País, en la Plaza del Castillo, ha supuesto un punto de inflexión en el trabajo mercenario de las empresas de arqueología, subordinadas a las decisiones del Departamento de Cultura de Juan Ramón Corpas, que es quien tiene la facultad de darles o negarles el trabajo, y del servilimo de un funcionarado cuyo cometido y obligación es la defensa y conservación del Patrimonio. Ver a los arqueólogos guardar silencio mientras destruyen sin pausa nuestro patrimonio es un espectáculo denigrante. Solamente en los últimos años, junto con la Plaza del Castillo, han destruido el palacio de los Reyes de Navarra, los yacimientos aparecidos en la construcción de la autovía a Logroño, como romano-vascón de Legarda o el más antiguo en Lorca; la muralla romana en la calle La Merced; las necrópolis aparecidas en Amatriain, Artajona, Arre, Azuelo, Bardenas, Beriain, Cáseda, Castejón, Zirauki, Etxauri, Lizarra, Fitero, Iturmendi, Jabier, Gorraiz, Mañeru, Medigorria, Muruzabal, Iruña, Tafalla, Tudela, Uharte Arakil o Villamayor de Monjardín, etre otras.

Han destruido gratuitamente los pueblos de Itoiz, Artozki, Gorriz, Ezkai, Muniain y Orbaiz, como una operación de castigo. Acaban de destruir la importantísima necrópolis vascona del Palacio del Condestable, de los siglos VI al VIII, con importantes ajuares de armas, anillos, cerámicas, etc., a pesar de pertenecer a los llamados siglos oscuros, por la escasez de los yacimientos existentes, y de estar catalogada como Bien de Interés Cultural. Y todo ello con el beneplácito de los responsables de Príncipe de Viana y los arquólogos del Museo de Navarra, que algún día deberán responder por ello ante la Justicia. ¿Que hubiera pasado si, por ejemplo, los textosen euskera aparecidos en Irña-Veleia hubiesen aparecido en la actual Navarra? ¿Qué habrían hecho con ellos quienes vienen legislando y obrando a diario contra el euskera? ¿Cuántos vestigios arqueológicos molestos no habrán destruido hasta ahora?

Pero si hasta el Olentzero es perseguido aquí por un cuerpo armado, con expedientes y multas. Con todo, el mayor patrimonio del pueblo son sus gentes y hoy, igual que hace 500 años, se ha asesinado civilmente a miles de vascos y se ha expoliado un patrimonio popular como Egin, Egin Irratia y Egunkaria.

Desde la época de Cisneros no han dejado de destrozar nuestro Patrimonio, porque un pueblo sin memoria es un pueblo más sumiso, o más manejable en sus reivindicaciones, si no conoce lo que ha sido.

Cinco siglos de ocupación han conseguido, incluso, robarnos el patrimonio de nuestro nombre; así, no sólo parte de los navarros ignoran que son vascos, sino que una buena parte de los vascos ignoran que políticamente son navarros. Nuestro nombre no es una denominación geográfica o regional, sino la expresión política que nos dimos como expresión de soberanía como pueblo libre, y ante las agresiones crecientes de Castilla. Confundir los términos supone seguir el juego de quien ha decidido con su sometimiento cuáles deben ser nuestras delimitaciones territoriales. Creer que Navarra es una provincia o un herrialde más, es hacerle el juego a quienes nos lo han impuesto, para borrar la memoria de lo que fuimos. Nuestra bandera más antigua, la de todos, es la que durante siglos, sin cadenas de ningún tipo, representó y defendió nuestra independencia, como las que enarbolaban en estos campos de Noain, en Amaiur u Hondarribia, los que dieron su vida por defender nuestras instituciones políticas libres.

Sólo en los últimos años han surgido en Europa 13 nuevos Estados, y en el esperanzador horizonte que se dibuja, solamente reivindicando el Estado que ya tuvimos podremos recuperar la libertad y ocupar el lugar que nos corresponde.

Sólo con la independencia, nuestro Patrimonio, nuestra cultura, nuestro pasado y presente, tendrán un futuro, y nuestro futuro tendrá un pasado.

Publicado por Nabarralde-k argitaratua