«El nacionalismo español, como se demuestra estos días, es una ideología ciega, fanática, irracional»
En 1961 Manuel de Pedrolo escribió ‘Acto de violencia’, una novela extraordinaria que no pudo ser publicada, por culpa de la censura, hasta 1975. Retrata, en medio de la dureza de la dictadura, una solidaridad simple pero potente que crece dentro de la ciudadanía a partir de la extensión de la consigna ‘Es muy sencillo: quedaos todos en casa’. La novela, de carácter futurista, retoma el eco de la exitosa huelga de los tranvías de 1951 y demuestra cómo la autoorganización popular puede combatir eficazmente la tiranía.
Ayer el presidente de la Generalitat de Cataluña habría podido apelar perfectamente a Pedrolo como antecedente. En su discurso expresó de manera documentada su crítica a la declaración ineficaz y populista del estado de alarma de Pedro Sánchez y convocó, precisamente, a esta autoorganización popular que Pedrolo había dibujado en su libro. La decisión del gobierno español de recentralizar a la fuerza competencias deja muy pocas opciones políticas y administrativas en la gestión autonómica, pero lo que Sánchez no puede ni podrá recentralizar es la fuerza es la población y su voluntad.
La Generalitat de Cataluña y el gobierno de las Illes han pedido repetidamente al Gobierno que cierre los dos territorios en vista de que Sánchez rechaza cerrar Madrid. Pero Sánchez ni hace ni deja hacer. No cierra Madrid y tampoco deja cerrar allí donde todavía se podría controlar la crisis, algo que ya no puede hacer Madrid. Los datos de ayer son terribles y deberían mover a la reflexión incluso los españolistas más obtusos: en un solo día, de sábado a mediodía a domingo a la misma hora, en el Estado español se ha pasado de 152 muertos a 288. en veinticuatro horas, pues, hay 136 muertos más, casi el doble que hasta ahora. Y, atención, de los 288 muertos totales, la Comunidad de Madrid tiene 213, es decir, el 73%. El 73%! Pero a pesar de ello, Madrid sigue sin ser cerrado.
Lo explicaré aún mejor con una comparación: la comunidad de Madrid tiene 3.544 casos positivos de Covidien-19, casi la mitad de los que hay en todo el Estado español, que son 7.753, según los datos el Ministerio de Sanidad. Con estas cifras en la mano podemos afirmar que en la comunidad de Madrid (6,6 millones de habitantes) hay 536 casos por cada millón. Pues bien, China decidió confinar Wuhan y la provincia de Hubei (59 millones de habitantes) cuando tenía 761 casos confirmados, es decir, un promedio de 13 casos por cada millón de habitantes. Y el gobierno italiano ordenó el cierre de la Lombardía, de dieciséis millones de habitantes, cuando había 3.420. Esto significa una cifra de 340 infectados por cada millón de habitantes. Con 13 casos por millón China cerró Wuhan y la provincia, con 340 casos por millón Italia cerró Milán y Venecia, pero con 536 casos por millón Madrid no se cierra.
Por si fuera poco, el número de casos se ha más que duplicado en un solo día en Valencia: de 189 a 409, y la consejera Ana Barceló, socialista, no ha dudado en culpar a la llegada en masa de turistas madrileños.
Decir que esta situación es indignante es decir poco. Pero ahora mismo lo más importante es saber cómo podemos evitar que esta irresponsabilidad nos cause un daño irreparable a todos. Dado que nosotros también ya nos movemos en la frontera crítica de la pérdida de control sobre el contagio y con la expectativa de un colapso hospitalario que hay que evitar como sea. Es por ello que hay que hacer una mención especial del enorme sacrificio y esfuerzo social de la población de Igualada.
A la autonomía catalana, y la balear y la valenciana, las han dejado sin recursos para hacer nada. Se acabó. Pero sin herramientas institucionales, aunque está la gente y la capacidad de organización y solidaridad extraordinaria que ha demostrado en esta última década. Y esta puede ser la clave de los próximos días. Si tenemos al Estado español en contra, tenemos que hacer más nosotros, con más conciencia que nunca de lo que hacemos y de por qué lo hacemos.
El nacionalismo español, como se demuestra estos días, es una ideología ciega, fanática, irracional. El discurso de Sánchez según el cual la crisis sanitaria no debe tratarse a partir de los territorios sino de los individuos no es más que la adaptación de las inconsistentes tesis políticas, basadas en el odio, de Ciudadanos. Pero en un contexto en el que se juega con la vida de la gente. Y en las próximas semanas estoy seguro de que se demostrará la clase de político y de persona que es Pedro Sánchez. Todavía no somos plenamente conscientes, pero ya ha hecho otra de sus zigzags volviendo a abrazar a la derecha y la extrema derecha y pegándose al patriotismo español como tabla de salvación personal. Después de esto ya veremos cómo acaba su alianza con Podemos, que ha sido absolutamente apartado de la gestión de la crisis, y veremos si los partidos soberanistas que le daban apoyo parlamentario, sobre todo ERC, PNV y Bildu, se lo podrán dar todavía.
Si esto continúa por este camino, los partidos catalanes tendrán una oportunidad única de reconciliarse y volver a fijar el Estado propio como objetivo inmediato, porque no podremos resistir muchas crisis como ésta. Pero esto será así, sobre todo y muy especialmente, si ahora los ciudadanos, el pueblo, son capaces de dar una nueva lección a todos, a ellos también; si nosotros somos capaces de autoconfinarnos, ejerciendo de esta manera la soberanía que la Generalitat ya no tiene, pero que el gran Manuel de Pedrolo nos enseñó que reside finalmente en nosotros. Es muy sencillo: quedaos todos en casa.
PS1. ‘Acto de violencia’ lo volvió a publicar en 2016 la editorial valenciana Sembra (1). J.J. Isern hizo esta crítica en VilaWeb (2), muy interesante, y también publicamos un fragmento de la misma (3).
PS2. Como periodista y como director de VilaWeb me encuentro obligado a hablar también hoy de periodismo y espero que me sepan disculpar, si no lo creen conveniente. Pero es que estos días también se ponen a prueba los medios y los profesionales.
Yo siempre he admirado y he compartido el concepto según el cual el periodismo es una forma de combate social, una batalla para mejorar la sociedad misma, concepto que aprendí sobre todo de los grandes profesionales franceses, de Hubert Beuve-Méry a Serge July o Jean Daniel, y especialmente de Albert Camus.
Y esta idea del periodismo como un combate social implica necesariamente que el periodismo no tiene ningún sentido, que el periodismo no es nada, si no sirve para explicar a la sociedad los graves problemas que tiene y animarla a luchar por los cambios necesarios que los podrían solucionar, cuesten el precio que cuesten.
Estos días veremos mucho cómo el poder trata de esconder la gravedad de la crisis con llamadas más o menos explícitas a no ser críticos, a no apartarse de la línea oficial, a no hablar ‘de lo que no toca ahora’, a cerrar filas e ir ‘todos unidos’. Yo no lo haré. VilaWeb no lo hará. Y aviso ahora que no temblaremos ni un instante frente a las acusaciones demagógicas e interesadas que nos puedan llegar, que nos llegarán seguro, del nacionalismo español -sea consciente o banal, malvado o voluntarioso, civil o militar-. Os animo, pues, a no temblar tampoco vosotros, como sociedad, frente a la propaganda y a no renunciar ni por un segundo a pensar libremente, a hablar con plena libertad y a seguir siendo críticos.
(1) https://sembrallibres.com/llibres/acte-de-violencia/
(2) https://www.vilaweb.cat/noticies/pedrolo-contra-els-murs-de-vidre/
(3) https://www.vilaweb.cat/noticies/avancament-editorial-acte-de-violencia-un-dels-millors-pedrolo-de-la-ma-de-sembra-llibres/
VILAWEB