Con el presente artículo pretendo iniciar, aportando datos, una vía de investigación sobre la que poder empezar a trazar caminos, para que en posteriores trabajos se completen y den la conclusión que corresponda. La historia de la Bizkaia actual sólo se conoce a partir de su desmembración de Araba, cuando el conde de Castilla e hijo de Sancho III el Mayor se apropió de su territorio. Su nominación presente, Bizkaia, fue desconocida hasta la crónica de Alfonso III (848. Rey entre 866 y 912), y las referencias del Códice de Rodas (siglo X), cuando en éste se hace genealogía de los primeros reyes que gobernaron en el Pirineo.
Pero dicha designación ya se citaba en los dominios de los primeros señores vascones conocidos: en la Navarra del Pirineo oriental. Lo recogen citas musulmanas, aunque concreten escasamente el lugar, al que nos referiremos. Según éstas, en el año 843 García Iñiguez (Garsiya ibn Wannaqo, emir de los bascunis) pactó un acuerdo militar con Orduño I de Asturias, mientras las disensiones y apaños que se suceden revelan los problemas que se producen entre las ambiciones familiares .
Ubieto y Lacarra sitúan a esta familia en el siglo IX dominando»las tierras comprendidas entre el monasterio de Leire, Sangüesa, el valle de Aibar, Liédena y quizás Lumbier». En la campaña islamista del 924, «llevaron sus tropas por lugares donde jamás habían penetrado (…) hasta que llegó a la aldea de Bizcaya» (escrito Bachkunsa). Según estos autores podría tratarse de la localidad de Fagnan. Así mismo señalan que en Aibar existen todavía un término comunal y un arroyo que se denominan Vizcaya.
El lugar que Lacarra descubre es el nominado por los árabes como Bachkunsa o Bizkaia, y se sitúa en el territorio del rey Sancho, según relato de Ibn Idhari. Las rutas que se conciben a través de los datos llevan a la conclusión de que el emir entró por el río Aragón , en el límite con Navarra.
El nombre Bizkaia es muy antiguo y conocido en Navarra. El apellido es numeroso y muy extendido, probablemente debido a sus múltiples ubicaciones. Como término aparece también en una extensa cantidad de nominaciones. Así se denomina un barranco de la Navarra Media Oriental, en la localidad de Moriones y cercano a las localidades de Loya y Gardalain, en una extensión de 16 kms., entre las localidades de Ezprogi, Leatxe, Aibar, Sada de Sangüesa y Cáseda, desembocando en la margen izquierda del río Aragón. Es también una franja de Eskabarte, «Vizcanne», y en el alto de Arakil se recoge la nominación de «Vizcay» .
En el libro que publiqué el año 1983 (Alduides…), recojo la facería hecha entre el monasterio de Roncesvalles y el valle de Erro, el año 1313. En ella se citan como términos conocidos, desde que la memoria los recuerda, los de «Garazvizcay», con más de sesenta bustalizas, la de Baigorri-Bizcaycoa, y otras.
¿Un rey de Bizkaia en el siglo VIII?
Como hemos visto, pues, el origen de la nominación de Vizcaya en sus diversas acepciones se localiza en lo mas abrupto de la Navarra oriental. Así lo relataron los musulmanes después que en el año 843 García Iñiguez, el emir de los bascunis, pactara su acuerdo militar con el rey de Asturias, ante la amenaza que el emir musulmán representaba para el naciente reino. Los matrimonios entre las familias de ambos monarcas revelan estrechas relaciones y comunicaciones entre ambos países.
La historia astur relata también los pactos con reyes navarros, aunque en el siglo VIII son parcos. En las componendas entre ambas jerarquías, un velo espeso cubre los límites de sus dominios, lo que revela una vida en libertad de los pueblos alejados de las urbes de gobierno. Alfonso I (738-757) fue descendiente de godos y se tituló también duque de Cantabria; pero no define los límites que podía tener dicho territorio
Posteriormente le sucedió Fruela I, que casó con la vascona Munia, y a los cuales sucedió su hijo Alfonso II (789-842), en cuyo tiempo se cita a un rey de Bizkaia. El primer análisis que sobresale, dadas las alianzas matrimoniales y convenios militares entre ambas monarquías, es que existían abundantes relaciones humanas, y también sociales, entre vascones y asturianos.
Durante el reinado de este Alfonso se sitúa, a partir del año 796, la noticia de Ibn Idhari: «Alfonso había pedido ayuda a los países vascos y a las poblaciones vecinas». Esto nos lleva a concluir que todos los vascos formaban cuerpo de etnia y país, y así eran vistos desde la costa cántabra al Pirineo.
Por su parte Ibn Al-Athir dice: «Alfonso había logrado la ayuda del rey de Vizcaya, su vecino, y de los normandos que vivían por esa zona, y de los habitantes de esas regiones», lo que nos lleva a deducir que los vilipendiados normandos convivían en la zona con sus naturales, y que éstos tenían un rey. Finamente ‘Ibn Jaldun habla del «rey de los vascos» . Entre tanto toma fuerza el nacimiento del reino de Pamplona, en el que figuran, aún sin confirmación segura, Iñigo Jiménez (sin fechas), e Iñigo Iñiguez Arista, como el rey vascón que le sucedió (775. Gobernó entre ¿816? y 851).
Ya en el siglo X (924), las correrías musulmanas seguían ubicando Bizkaia en los confines del Pirineo oriental, al relatar su paso por el bajo Pirineo vascón: «llevaron sus tropas por lugares donde jamás habían penetrado, incendió los castillos, arruinó las viviendas hasta que llegó a la aldea de Bizcaya, de donde el (rey) cristiano era originario y donde fueron destruidas todas las casas, y todo lo que se encontró fue incendiado» .
Finalmente, vemos el término Vizcaya ubicado en la costa cántabra, denominado como señorío desgajado del condado de Araba, cuando Eneco López Ezquerra (1043-1076) aparece como primer señor de Bizkaia hasta ahora conocido, sucedido por el conde Lope Iñiguez (1076-1092, primer miembro de la familia de los Haro), que se pasó con el territorio que administraba al servicio de Alfonso VI de Castilla.
Con estos datos, pues, podemos aproximar que el origen de la palabra Bizkaia tuvo su origen en la cuenca Navarra de los ríos Aragón y Gallego, a la espera de otros estudios. Incluso podríamos suponer que la familia de los Lope, Lupo o López, fueran transpirenaicos de Iparralde; probablemente «tenentes» del rey navarro, como lo fueron sus sucesores, en el señorío de Bizkaia, territorio al que uno de sus primigenios le dio el apelativo que cuajó en el entonces señorío navarro, como territorio de gobierno. Más difícil resulta suponer la existencia de un rey vizcaíno, que correspondiera al territorio actual de la región. La investigación del tema se encuentra en este punto.
29.12.2009