Òmnium, herramienta para construir el futuro

A día de hoy Òmnium Cultural avanza progresiva y regularmente hacia dos metas: la de disfrutar de 50.000 socios y de poderse autofinanciar. Esta evolución de Òmnium es la consecuencia de la continuidad de más de una década de la entidad en la que se han vivido dos etapas muy definidas: la presidida por Jordi Porta, quien eliminó las «telarañas del pasado» y el resistencialismo construyendo una asociación nueva, moderna y renovada generacionalmente; y la etapa presidida por Muriel Casals.

Jordi Porta alcanzó todos estos objetivos mencionados y comenzó así el camino que después continuó Muriel Casals. En la etapa de Porta, Òmnium supo construir una estrategia con tres eslóganes: lengua, cultura y país. Unos eslóganes que supusieron sus máximas de actuación y que alcanzaron un gran consenso en el seno del asociacionismo cultural y de la sociedad civil catalana.

En la época de Casals, sin embargo, Òmnium tuvo momentos de dudas sobre cuál era su función en el momento en que apareció la Asamblea Nacional Catalana (ANC). Pero la asociación tuvo la madurez y la responsabilidad de entender que la ANC es un organismo provisional de movilización popular y que tiene fecha de caducidad: al día siguiente de alcanzar la plena soberanía nacional.

Y Òmnium, actualmente, debe llegar más allá, debe alcanzar el futuro y permitir su continuidad para llegar a ser la conciencia y el corazón de la sociedad civil catalana que late hacia su lengua, su cultura y su construcción nacional.

Por eso Òmnium empuja, ahora y en el futuro, nuestras instituciones. No hay, pues, duplicidades: la ANC tiene una función y Òmnium tiene otra. Y ambas, junto con la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI) son la herramienta fundamental de movilización popular para alcanzar nuestra soberanía.

La nueva junta de Òmnium Cultural, encabezada por la reelegida presidenta Muriel Casals, tendrá una gran responsabilidad a partir de ahora: ser la asociación cultural más importante y plural del país en el momento más álgido y decisivo de los últimos 300 años de nuestra historia.

Òmnium Cultural ha de estar preparada, pues, para recibir una fuerte ofensiva de los poderes fácticos del Estado y de los que querrían una asociación vasalla que piense más en el folklore y en la defensa de una lengua minorizada y una cultura de segunda. Pero estos no entienden que Òmnium y sus casi 50.000 socios son los que verdaderamente empujan y son el futuro.

Esto nos obliga a todos los catalanes que creemos en la plenitud nacional del país a colocarnos detrás de Òmnium para apoyar la asociación tanto económica como cívicamente para que Òmnium pueda hacer su trabajo blindada por el amor y la protección de la buena gente del país.

TRIBUNA CATALANA