Nouriel Roubini (Economista e investigador en NYU; pronosticó la recesión del 2008)
Tengo 59 años: las megaamenazas para nuestra libertad de aprender, comerciar y vivir en un planeta vivo tienen en común que nos exigen actuar ya; de forma organizada y colectiva. Los últimos 75 años han sido prósperos, pero solo nuestra acción asegurará que los próximos lo sean. Publico ‘Megamenazas’
Al anticipar con precisión la recesión del 2008, Roubini se ganó prestigio mundial; pero también el apodo de Doctor Doom y el privilegio de ser invitado, por ejemplo, del presidente chino Xi Jinping, con quien discutió la “Trampa de Tucídides” por la que el hegemón mundial (hoy EE.UU.) siempre acaba guerreando, como Atenas contra Esparta, con la potencia en ascenso. China cuenta hoy con aliados que rivalizan en arsenal con la OTAN, como Rusia, Irán, Pakistán, Venezuela, Cuba o Nicaragua; pero está más abierta que ellos, porque nos vende de todo, al mundo (la hija de Jinping estudia en Harvard). La pregunta del futuro geopolítico es si podemos confiar en que Jinping no emule a su amigo Putin e invada Taiwán, porque ya no nos necesite para seguir prosperando. O sí nos necesita, y por ello sea cada vez más abierta y pacífica.
-De todas sus previsiones, ¿cuál no le deja dormir?
-Pronto viviremos 120 años…
-¿Y no es estupendo?
-Es una oportunidad, pero también un enorme riesgo para quienes han llevado una vida agradable en un país próspero como ustedes, la España moderna…
-¿Por qué?
-Porque esos 120 años de vida hay que financiarlos y nuestras economías hoy no pueden.
-¿Y si ahorramos cada uno cada día?
-Esa sería la parte fácil. El problema es que incluso con la educación financiera requerida, que no suele tener la mayoría, ahorrar la cantidad necesaria para dormir tranquilo cuando aún no tienes 100 es difícil y arriesgado.
-¿No cree en la Seguridad Social pública y en los fondos de pensiones?
-El problema es que para ahorrar y gestionar esa cantidad necesaria para mantenerte hasta los 120 años sin depender de otros se requiere mantener un intelecto en forma y la medicina moderna puede garantizar mucho más la duración de la vida que su calidad, incluyendo la de nuestras facultades mentales.
-Entonces, ¿significa que seremos centenarios, pero pobres, tontos y viejos?
-Esa es una de las megaamenazas –la bomba demográfica que implosiona en todo el mundo desarrollado– que investigo: quién pagará nuestra dependencia. Y eso contando con que los próximos 75 años de historia mundial sean tan buenos como los últimos.
-¿Qué puede impedir que también lo sean?
-Los riesgos geopolíticos de guerra nuclear o simplemente el fin de la globalización y la regresión al nacionalismo económico autárquico –mire la historia de España– se convertirían también en desastres económicos, pero no pueden preverse solo desde la economía.
-¿Como otra pandemia, la crisis climática a nuevas bombas como la de Hiroshima?
-Pero para anticiparlos debes pensar no en una crisis sino en policrisis y adoptar una óptica de polímata para cruzar saberes.
-¡Bienvenido a La Contra !
-Y, desde esa perspectiva holística, detectar lo que esas megaamenazas tienen en común.
-¡Adelante!
-Lo que las une es que no podemos prevenirlas si no actuamos no solo antes, sino mucho antes de que se materialicen.
-¿Qué podemos hacer ya para prevenirlas?
-Es la gran pregunta, y la gran respuesta es que nada relevante si no nos unimos y nos anticipamos colectivamente como seres humanos organizados al cambio climático y demás amenazas que parecen aún lejanas.
-¿Y si cada uno recicla, ahorra agua, combate el odio y ama a otros países y grupos…?
-Está muy bien y es justo y necesario, pero solo comenzará a ser efectivo cuando logremos convertirlo en respuestas colectivas organizadas.
-¿Y en lo de financiarse los 120 años?
-La otra gran respuesta es educación a cualquier edad; capacidad de adaptación a los desafíos del medio laboral, financiero, natural, familiar… Aprender, aprender, aprender y no dejar nunca que otros decidan tu vida por ti. Y eso incluye, claro, educación financiera.
-¿Por dónde empezaría?
-Cuando reciba sus ingresos mensuales, antes de gastar nada descuente de un 10% al 20% –depende de la cantidad que ingrese y de su edad– para prevenir esa posibilidad de que dure más que su capacidad de ganar dinero.
-¿Y después?
-Asegure y diversifique sus ahorros como sus saberes y organícese ya como ciudadano para fiscalizar las políticas de sus políticos: vote para que cuenten con usted y sus intereses. Y espere cada día lo mejor, pero prepárese, en fin, para lo peor.
-¿Qué espera usted?
-Los últimos 75 años de progreso pueden dividirse en dos partes: desde el fin de la II Guerra Mundial hasta los ochenta, en que cambiaron las amenazas, y desde los ochenta hasta hoy, en que empieza una era digital que debemos evitar que se convierta en la del aislamiento por tensión geopolítica y en la de la catástrofe por el clima.
-¿De verdad podemos hacer algo cada uno?
-¡Claro que sí! Opinar, organizarnos, votar, influir en el voto de todos para que no se impongan soluciones nacionalistas egoístas o agresivas como las que han llevado tantas veces al mundo a la guerra y la pobreza: mi familia es judía y viajó por Irán, Turquía, Italia, al fin, huyendo de nacionalismos militares.
-¿Qué buscaban?
-Lo mismo que sigue haciendo nuestras vidas prósperas hoy: paz, estabilidad financiera y libre comercio. Y las megaamenazas que estudio son las que ponen en peligro esa libertad, empezando por salvar el planeta para nuestros hijos.
-¿El libre comercio y la globalización no hace ricos solo a unos pocos?
-Ha sacado del hambre y la miseria a China, India, casi toda Asia, España, en fin, en su día… Organicémonos para aprender, comerciar, viajar, amar, entendernos… sin barreras. Soy globalista convencido.
LA VANGUARDIA