Navarra, contra el euskera como los monos

RECIENTEMENTE se ha celebrado una manifestación en Navarra para solicitar la enseñanza del euskera en la zona no vascófona de la comunidad. Es destacable que dicha movilización fuera promovida por padres y madres sin ninguna filiación política. Deleznable era escuchar aquello de Ya están los de siempre.

Ayer mismo (domingo 4 de abril) este mismo periódico destaca en portada, ampliando la noticia en paginas interiores, que la ley ampara lo que pedían los convocantes de la manifestación. Otra cosa es que se cumpla.

Que el Gobierno foral haga oídos sordos no ha de extrañarnos, pues es algo que pasa día sí, día también. No entiendo yo aquello de que representantes de cualquier ámbito político en su comunidad se puedan expresar en la lengua propia (léase Piqué en català o Fraga en galego…), mientras que a nuestros dirigentes con el idioma propio se les irritan las gónadas , surgiéndoles de repente un sarpullido foral que les deja la materia gris como cualquier basamortu bardenero. ¿Cómo si no puede entenderse la sarta de estolideces que vomitan?

Pese a esto, hay algo que todavía causa más sorpresa. El rechazo del euskera por parte de un sector de la población de a pie. Ya me gustaría a mí que sólo uno diera alguna razón de peso ante esta conducta. Solamente una.

¿Qué tienen que ver los monos en todo esto? Voy a tratar de explicarlo de la forma mas clara posible con un experimento realizado por científicos que el amigo Alfredo me relató al abrigo de una terraza en la cálida Ribera. Con esto se podrían explicar muchas conductas humanas que nos parecen absurdas, irracionales, incomprendibles y que vemos a diario.

Supongamos que tenemos seis monos en una jaula donde cuelga un racimo de plátanos. Justo debajo de él hay una escalera. Enseguida uno de los monos sube las escaleras para cogerlos. En el mismo momento en que toca la escalera, todos los monos son rociados con agua helada. Naturalmente, eso detiene al mono. Cuando este proceso se repite un par de veces más, los monos ya están advertidos. Si alguno de ellos quiere intentarlo, los otros tratan de evitarlo a golpes si es necesario. Una vez que llegamos a este estadio, retiramos uno de los monos de la jaula y lo sustituimos por uno nuevo (que, obviamente, no participó del experimento hasta aquí). El nuevo mono ve los plátanos e inmediatamente trata de subir por las escaleras. Para su horror, todos los otros monos lo atacan. Y, obviamente, se lo impiden. Después de un par de intentos más, el nuevo mono ya aprendió: si intenta subir por las escaleras lo van a golpear sin piedad. Luego, se repite el procedimiento: se retira un segundo mono y se incluye uno nuevo otra vez. El recién llegado va hacia las escaleras y el proceso se repite: tan pronto toca la escalera, es atacado masivamente. No sólo eso: el mono que había entrado justo antes que él (¡que nunca había experimentado el agua helada!) participaba del episodio de violencia con gran entusiasmo. Un tercer mono es reemplazado y en cuanto intenta subir las escaleras los otros cinco lo golpean. Con todo, dos de los monos que lo golpean no tienen ni idea de porqué uno no puede subir las escaleras. Se reemplaza un cuarto mono, luego el quinto y por último el sexto, que a esta altura es el único que quedaba del grupo original. Al sacar a éste ya no queda ninguno que haya experimentado el episodio del agua helada. Sin embargo, una vez que el último lo intenta un par de veces y es golpeado furiosamente por los otros cinco, queda establecida la regla: no se puede subir por las escaleras. Quien lo hace se expone a una represión brutal. Sólo que ahora ninguno de los seis tiene argumentos para sostener tal barbarie.

¿Queda ahora claro por qué se ataca compulsivamente y sin razón al euskera? Piensen un poco y den algún motivo válido en la lucha foral contra su propio idioma. Pero, eso sí, utilizando el raciocinio que es, precisamente, lo que nos diferencia de nuestros parientes los primates.

Como dijo Albert Einstein, «¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio.»

Ondo izan

Erriberan eta alde erdian ere, euskaraz!!!

Publicado por Noticas de Navarra-k argitaratua