Miguel Servet o Villanueva, el que fuera considerado aragonés de Sigena, de toda la vida, hoy se puede afirmar, sin falsas susceptibilidades que nació accidentalmente en Cascante, pero que fue de familia tudelana y así lo demostrarán los documentos y descubrimientos que en las últimas décadas han ido apareciendo y las propias afirmaciones del propio “Miguel Servet”.
En Tudela residía el tejedor Ximeno de Villanueva, judío converso que tenía dos hijas y un hijo, y en el padrón de los judíos de Tudela de 1510 aparecerá Ximeno. Las hijas se llamaban Graciana, Ana y el hijo Nicolás de Villanueva.
En el invierno de 1506, el 17 de diciembre, Nicolás de Villanueva, médico, estaba ejerciendo en Cascante, y solicitó ante notario y dos testigos que se diese fe que su hijo había nacido con malformaciones, concretamente una hispopadía, que provocará hernias inguinales. Este hecho coincidirá con las declaraciones del defecto genital o hernia que Miguel Servet declara en su juicio de 1553 en Ginebra. Miguel Servet conocía la cultura judía y el idioma hebreo.
De la familia Conesa, la familia de la madre de Miguel Servet, sería en propiedad la casa donde es posible que desde su nacimiento en Cascante estuvo Miguel, ya que sería bautizado en Tudela, y esa casa como atestigua la placa que en su puerta aparece, sería la actual sede social de la Peña Beterri de Tudela, en la calle Serralta, de la antigua Parroquia de San Nicolás, junto a la Parroquia de San Salvador, donde estaría la familia de su padre.
Está documentado que en el año 1513 el padre de Miguel, Nicolás de Villanueva, fue requerido por las familias del fallecido vicario de la Iglesia de San Salvador para abonarle las cantidades de los cuidados que le habría proporcionado al Vicario.
La Inquisición perseguirá al padre de Miguel, y este hecho marcará que tenga que buscar refugio en una familia de adopción en Sigena, la familia Serveto, de alias “Revés”, y que luego acompañe a las hijas de esta familia a Zaragoza para seguir sus estudios.
Existe un personaje clave e importantísimo que se cruzará en medio de la vida de Miguel Servet y al mismo tiempo Miguel de Villanueva, que supone otra muestra esencial para determinar el origen cascantino-tudelano del mundialmente conocido Miguel Servet.
El padre de Miguel, Nicolás de Villanueva, era una persona hacendada, compró numerosas viñas y posesiones en Tudela y alrededores, y cuando tiene que huir de Tudela a Francia por la persecución inquisitorial, el procurador de Cascante, Sancho Ximenez Alcalde, será quien compre todas las tierras, y se quede con las propiedades de la familia Villanueva. Sumado a este dato, hay que destacar que Sancho Ximenez será procurador del vecino de Tarazona, Juan de la Mata.
Pues bien, tanto Sancho Ximenez como Juan de la Mata serán los abogados defensores de Miguel Servet en juicios posteriores en Zaragoza, en los que se verá envuelto Miguel Servet, y además otro dato clave será que Sancho Ximenez tendrá relación con el Impresor Gaspar Trechel, quien será a su vez quien ayude a Servet a llegar a Basilea.
En la época en que estuvo en Paris, y donde empezará a fraguarse la primera vez que fue quemado, conocerá a Xabier de Jaso y Azpilicueta (San Francisco Javier), y a Ignacio de Loyola.
Después de París recorrerá varias ciudades francesas, y ya para entonces se ha creado enemigos muy importantes por sus críticas a la jerarquía de la Iglesia y por sus escritos. En abril de 1553 la Inquisición francesa lo detendrá en su casa, se negará a confesar y conseguirá fugarse saltando por una letrina, y escapará por el tejado.
La Inquisición francesa lo condenará a la hoguera, a fuego lento y en su ausencia, se colocará una efigie suya y con parte de sus libros, y será quemado por primera vez.
Después de cuatro meses desaparecido, el 13 de agosto aparecerá en Suiza, en Ginebra, y acudirá a escuchar a Juan Calvino, su enemigo número uno, y en la misma Catedral de Ginebra será reconocido y detenido.
Su proceso judicial durará dos meses, sin defensa, sin abogado, se realizará un juicio político, será tratado de forma humillante, pasando frío y miseria, no le daban de comer. El 27 de octubre de 1553, se lee su sentencia donde es condenado a la hoguera, a ser quemado junto a sus obras, atado a una estaca; se buscaron las ramas más verdes de Ginebra, por orden expresa de Calvino, para que sufriera de forma cruel. Dicen que último de grito de Miguel recorrió toda Ginebra.
Sobre las dudas del nacimiento de Miguel Servet, que algunos las utilizan para negar su origen navarro, decir que Juan de Quintana, confesor del Emperador, afirma que es en 1506, coincidiendo con el acta de nacimiento ante notario que Nicolás de Villanueva, su padre hizo redactar.
Doscientos años después de su muerte apareció una publicación de Dártigny en la que aparece Tudela unida al nuevo apellido de Miguel, Villanueva.
Henri Tollin, a finales del Siglo XIX, transcribe el empadronamiento parisino de Miguel, donde afirma que era de la Diócesis de Zaragoza, donde figuraba como Miguel Villanueva.
En 1901, Peix Ordeix publica la declaración de Jean Tagualt, Decano de Medicina de la Universidad de París en 1538, donde habla de Miguel de Villanueva.
En 1923, Gustave Vellein pública parcialmente la nacionalización francesa de Miguel de Villanueva, 1548, donde afirma que es nativo de Tudela.
Ahora solo nos queda a tudelanos y cascantinos dedicarle el recuerdo que se merece, y que reconozcamos a esta eminencia mundial, descubridor de la circulación menor de la sangre, y autor de muchísimas obras científicas, filosóficas, morales y religiosas.
Fue quemado por cristianos, lo quemaron los luteranos, que no seamos por olvido, los que de nuevo lo asemos, cascantinos y tudelanos, sus primeros paisanos.