LOS TEÓRICOS DEL ESLAVISMO IMPERIAL
Cada vez que le han preguntado a Vladímir Putin qué libros tiene en su mesilla de noche, el presidente ruso ha citado a los escritores más clásicos de la literatura rusa. Pero además de Tolstói, Dostoyevski o Pushkin, también ha recomendado la lectura del filósofo y religioso Iván Ilín (1883-1954), cuyas ideas han podido inspirar parte de la política del jefe del Kremlin en las últimas décadas.
Ilín era un ruso blanco. Con sus posiciones contrarrevolucionarias, entró en conflicto con los bolcheviques, que le expulsaron en 1922. Patriota y nacionalista, crítico con la democracia occidental, prefería una Rusia autocrática.
Sus ideas han marcado a intelectuales conservadores en la Rusia postsoviética, como el Nobel Alexánder Solzhenytsin (1918-2008). A Putin le han podido atraer su defensa de la “democracia soberana”, de “un poder estatal fuerte y unido”, con Rusia como centro de todo. En un momento en el que el conflicto en Ucrania se plantea como una lucha entre Rusia y Occidente, el concepto se antoja muy actual. Putin cree que Rusia tiene su propio camino y que su civilización es única, nada que ver con el neoliberalismo occidental.
El presidente ruso ha incluido en ocasiones citas de Ilín en artículos y discursos. En 2005, organizó el retorno y entierro en Rusia de los restos de su pensador de cabecera.
Las obras de Iván Ilín (Nuestras tareas, Sobre la Rusia del futuro) pueden ser una referencia silenciosa en el Kremlin. Pero en medio de la guerra de Ucrania, hay otros intelectuales conservadores rusos que hacen más ruido. Fueron muy activos en televisión en 2014, el año de la anexión de Crimea. Con el conflicto de Ucrania su voz se vuelve a escuchar, aumentada por las redes sociales.
El más conocido de todos ellos es Alexánder Duguin, ideólogo del neoeurasianismo. Algunos le han descrito como “el ideólogo de Putin”, otros opinan que es una “figura de culto” sin influencia real en el presidente. De hecho, nunca ha ocupado un alto cargo oficial y se desconoce si el mandatario y el filósofo se han encontrado en persona en alguna ocasión.
Duguin, que hoy tiene 60 años, comenzó a darse a conocer en los primeros años 90, en medio de la desintegración de la URSS. Era una pluma prolífica del periódico de extrema derecha Den (El Día). En un manifiesto publicado en este medio, llamado La gran guerra de los continentes, planteaba ya su visión ultranacionalista de Rusia como líder de un imperio euroasiático destinado a plantar cara a un “Occidente decadente”.
Sus ideas quedan planteadas en su obra principal, de 1997, Fundamentos de geopolítica. El futuro geopolítico de Rusia, cuyo impacto sí llegó a las élites rusas y a algunos altos funcionarios. En él llama a Rusia a reconstruir la influencia que tuvo la URSS en el mundo, aunque excluyendo la ideología comunista. Para ello, deberá hacer alianzas y anexionarse territorio, incluyendo Ucrania, que según él, “no tiene significado geopolítico”. La cuarta teoría política (2009) viene a ser una segunda parte de su propuesta. En este ensayo sostiene que el orden mundial contemporáneo es una batalla entre las fuerzas “atlánticas”, Estados Unidos y los países europeos, y la cultura rusa “euroasiática”, capaz de honrar los pilares de la vida humana: “Dios, tradición, comunidad, etnicidad, imperios y reinos”.
Aunque mantienen diferencias sobre el futuro de Rusia y el mundo global, Duguin comparte con otros escritores las ideas de “reintegrar” Ucrania y enfrentarse a Occidente. Entre otros, Zajar Prilepin, Yegor Jolmogórov y también Alexánder Projánov, a quien Duguin llegó a considerar el “padrino” del movimiento de oposición Nueva Rusia en tiempos en los que Projánov dirigía Den.
Director del periódico ultranacionalista Zavtra (Mañana), que fundó en 1993, Projánov ha llamado a una nueva guerra fría, como si volver a esos tiempos fuera un objetivo deseable y no un peligroso retorno a la política de bloques. “He esperado durante 20 años. He hecho todo lo que he podido para esta guerra comenzase”, dijo en 2014 a The New York Times.
Ese año acusó a los judíos de apoyar las protestas antirrusas en Ucrania durante la revolución prooccidental del Maidán, según él “acelerando un segundo Holocausto” con el regreso de los “fascistas” reformadores occidentales.
Corresponsal de guerra para los medios soviéticos en los años 1970, Projánov, de 84 años, es un prolífico escritor. Entre sus novelas podemos citar el thriller surrealista Sr. Hexógeno (2002), que fue éxito de ventas; y La tríada del triunfo ruso (2012), donde lleva a la ficción la doctrina del “quinto imperio” que él mismo promueve y que sostiene que Rusia será el centro de un gigante geopolítico euroasiático que sucederá a los cuatro imperios anteriores: la Rus de Kyiv, el Principado y Zarato de Moscú, el Imperio Ruso de los Romanov y la Unión Soviética de Stalin.
Todos estos autores van mucho más allá que el Kremlin. Sostienen que Ucrania deje de ser un estado independiente, objetivo que sobrepasa los anunciados por el Kremlin cuando Putin envió los tanques al país vecino, en febrero pasado.
Por eso se han unido a las críticas a los mandos militares rusos cuando en estos meses han sufrido reveses en el campo de batalla. Retroceder para ellos no es una opción. Tras la retirada de las tropas rusas de Jersón, la única capital de provincia ucraniana que el Ejército ruso ha ocupado en su intervención, Duguin publicó en Telegram un mensaje en el que hacía referencia a La rama dorada (FCE), obra sobre mitología y religión de James Frazer. “La autocracia tiene un inconveniente. Plenitud de poder en caso de éxito, pero también total responsabilidad en caso de fracaso”, escribió, lo que enseguida se interpretó como un recado a Putin. Poco después, Duguin, cuya hija fue asesinada en agosto en un atentado con coche bomba que se cree iba dirigido contra él, borró el mensaje.
Yegor Jolmogórov, de 47 años, es uno de los principales ideólogos del “mundo ruso”, es decir, la unión de todos los países eslavos orientales bajo la identidad nacional-religiosa rusa, y se le atribuye la creación del término “primavera rusa” para referirse a las protestas prorrusas de 2014 en Ucrania, opuestas al Maidán prooccidental. Esta idea la ha formalizado en una decena de libros. También es muy activo en la web de RT, canal de televisión donde presenta un programa.
Sostiene que “Ucrania es Rusia” y califica a las autoridades de Kyiv de “separatistas” y “ocupantes”, llegados al poder tras “el golpe de estado de 2014”.
Más conocido fuera de las fronteras rusas es Zajar Prilepin (47 años). Autor de best sellers como Sankya (2006), una autobiografía sobre la guerra de Chechenia, y Pecado (2007), novela galardonada con varios premios, su carrera literaria ha ido siempre paralela a su activismo político. Sajalín ha traducido su Patologías, novela ambientada en la guerra chechena.
Desde los años noventa militó en el Partido Nacional-Bolchevique formación fundada por del también escritor Eduard Limónov (1943-2020), y entre cuyos primeros miembros figuraba Duguin, aunque luego lo abandonó. El partido fue ilegalizado por extremista en 2007.
Además de la pluma, Limónov llegó a empuñar las armas en la ex Yugoslavia del lado serbio. Siguiendo esas huellas, Prilepin participó en los combates del Donbás. Rusia estará siempre en guerra, sostiene el escritor, porque según él es un problema para Occidente.
En 2020 Prilepin creó el partido Por la Verdad, que el año pasado se unió a Rusia Justa, uno de los partidos de la “oposición sistémica”.
En diciembre de 2014, Prilepin publicó en la red social LiveJournal un texto en el que pone en cuestión la pertenencia de Rusia a la cultura europea. “Antes de que la cultura viniera de Europa, el país estaba en pie durante 700 años y en los monasterios se guardaban enormes bibliotecas. Bizancio y la Horda influyeron decisivamente en la Rusia anterior a Pedro (el Grande). Si en el siglo XIX toda la aristocracia sabía francés, en el siglo XIII los príncipes hablaban el idioma de Genghis Khan”, escribió.
En 2020 no descartó que la pandemia de covid fuera un castigo divino contra Occidente. El pasado mes de agosto, pidió una purga dentro de la cultura rusa y creó en la Duma (Cámara Baja del parlamento) un grupo llamado GRAD (Grupo de investigación sobre actividades antirrusas en el campo de la cultura) para fomentar la denuncia de artistas opuestos a la guerra.
Los principales pensadores que influencian al líder del Kremlin
VLADÍMIR PUTIN
(San Petersburgo, 1952)
Presidente de Rusia
IVÁN ILÍN
(1883-1954)
Filósofo
Contrarrevolucionario nacionalista, prefería una Rusia autocrática a la democracia occidental
ALEXÁNDER PROJÁNOV
(Tiflis, 1938)
Escritor
Ultranacionalista, propugna el retorno a la ‘guerra fría’
EDUARD LIMÓNOV
(1943-2020)
Fundador del Partido Nacional Bolchevique, que fusionaba fascismo y comunismo. Inmortalizado por Emmanuel Carrère en el libro ‘Limónov’
ALEXÁNDER DUGUIN
(Moscú, 1962)
Filósofo
Defiende que Rusia lidere un nuevo imperio euroasiático frente a la decadencia de Occidente
ZAJAR PRILEPIN
(Riazán, 1975)
Escritor
Ha combatido en Chechenia y Daguestán, y también en el frente de Ucrania. Autor de varias novelas
YEGOR JOLMOGÓROV
(Moscú, 1975)
Periodista
Propugna la unión nacional-religiosa de todos los países eslavos occidentales
Fuente: Elaboración propia. LA VANGUARDIA
LA VANGUARDIA