¿Levantar la DUI? Cinco propuestas concretas a los partidos independentistas

Los grupos independentistas han liado estas últimas horas en una controversia sobre el formalismo de levantar o dejar de levantar la famosa DUI, la declaración de independencia proclamada por el Parlament de Cataluña el 27 de octubre de 2017. Como si este gesto fuera el nivel que tuviera que marcar la diferencia real entre ellos. El debate es tan curioso como irreal.

Entendámonos: las declaraciones como la del 27 de octubre no se levantan mientras están vigentes. Y el Parlament, que es la única institución del mundo que con la ley internacional en la mano la podría derogar, nunca la ha derogado. De manera que tiene vigencia. La declaración se suspendió el 10 de octubre y entre ese día y el 27 sí hubo una situación que reclamaba un alzamiento. Y precisamente haberlo hecho es una acción que todos debemos reconocer y valorar a los diputados de la legislatura anterior. Especialmente, porque lo hicieron unas personas que habían decidido -creo que erróneamente, pero ahora tanto da- que esta declaración no la podrían defender y que deberían irse al exilio o a la cárcel para continuar intentando de llegar al objetivo. Todo lo que ha pasado estos tres años y lo que cada uno ha hecho desde entonces, ahora lo podemos interpretar como quieran, pero no es correcto que olvidemos ni el momento concreto ni las condiciones de entonces. Ni el precio que han pagado todos.

De cualquier modo, ahora ya no es cuestión de levantar ninguna DUI, sino de aplicarla. Y esta es la cuestión real que no se debería esquivar, que no deberíamos dejar que los partidos independentistas esquivasen. Puedo entender que sería interesante y reconfortante que el nuevo parlamento -si hay mayoría independentista, si esa mayoría se puede poner de acuerdo o si se supera el 50% de los votos, por ejemplo- emitiera una declaración recordando la validez del acto político y jurídico que la cámara hizo en 2017. No digo que no. Pero insisto: el problema ya no es el mismo. La cuestión es cómo se hace efectiva la república. Que tienen razón, sí, los que dicen que no se puede hacer de un día para otro. Pero es necesario que recuerden que si no se da el primer paso hoy, simplemente nunca habrá ningún mañana.

Y aquí yo sí creo que hay acciones, algunas calcadas de las que ha habido en varios países europeos en sendos procesos de independencia, que son mucho más definitorias y aclaratorias que hacer otra declaración. Acciones, gestos, que tienen el potencial de marcar un cambio de tono de los ciudadanos, una vuelco del debate y un nuevo marco de expectativas de una manera inmediata. Que serían un revulsivo completo. De modo que explicaré algunas de ellas, de más sencilla a más compleja, por si acaso algún partido las considera interesantes y las quiere asumir.

 

  1. Retirar los diputados de Madrid. Es un gesto sencillo, de carácter político y suficiente, que no compromete legalmente a nadie, que no puede ser reprimido y que marcaría un antes y un después clarísisimo. Para todo el mundo. Si los partidos independentistas retiran los diputados en Madrid envían un mensaje poderoso a el país, a España y a la comunidad internacional. Es como decir que estamos decididos a hacer el camino, sin retroceder y asumiendo el riesgo que sea necesario, que la cosa que va en serio. Asimismo, es un mensaje que originaría una crisis monumental a escala española y que sería interpretado como una deslegitimación total de las instituciones españolas a escala europea.

 

  1. Publicar la declaración del 27 de octubre de 2017 en el Diario Oficial, lo que no se hizo entonces y que todavía está pendiente. Y algo que sólo se puede hacer, obviamente, sobreponiéndose a las amenazas y a los boicots, como no se ha hecho en la legislatura que ahora acaba. Aún más: sería muy conveniente publicarla de manera simultánea en el Diario Oficial de la Generalitat y en un Diario Oficial que el Consejo para la República, como representación del govern en el exilio y que guarda y custodia la legitimidad del Primer de Octubre, debería tener ya hace tiempo. Insisto en el detalle: no se trata de publicar una declaración recogiendo lo que se dijo, sino de publicar el documento original. Y dejando claro, al publicarlo en ambos sitios, que la institucionalización republicana ya es un hecho que no tiene marcha atrás.

 

  1. Solicitar oficial y solemnemente a las instituciones europeas, por los canales oficiales, la mediación entre Cataluña y España, explicando la voluntad de negociar la aplicación de los resultados del referéndum de autodeterminación. La respuesta pública, obviamente, será que no quieren saber nada, porque es un problema interno. Pero la respuesta pública será poco determinante si el govern y el parlament son contundentes y si la escalada del conflicto se hace visible, lo que evidenciarían los dos gestos anteriores, si se hicieran simultáneamente a la demanda de mediación.

 

  1. Formar un gobierno independentista en el que algunas de las funciones, muy particularmente las de política exterior, recayesen directamente en el Consejo por la República o en un órgano que hiciera de puente entre el Consejo y el govern, o en las mismas personas que haya en ambos lados y formen parte, por tanto, del ámbito de construcción de la institucionalización republicana.

 

  1. Convocar y activar las elecciones a la Asamblea de Representantes del Consejo por la República a la mayor brevedad posible y constituir este órgano parlamentario de legitimidad republicana, de modo que las instituciones autonómicas le reconozcan el papel de autoridad nacional que está destinado a tener.

 

Son cinco acciones que, evidentemente, no significan la aplicación inmediata de la DUI, pero que es muy fácil de entender que cambiarían radical y completamente la situación de hoy y abrirían una nueva etapa de confrontación con el Estado español. Con la vista puesta en el momento en que desde la calle se puedan llevar a cabo aquellas otras acciones que conduzcan al cumplimiento del nuevo Estado. Acciones que, muy probablemente, se deberán hacer en una segunda fase, cuando se pueda demostrar de forma continuada que España es incapaz de controlar el territorio y la población. Y esta fase, con toda probabilidad, hay vincularla a la anulación del juicio del proceso por los tribunales europeos. Con esta decisión se invocaría la razón del pueblo catalán en la defensa de una causa justa, por la grave y demostrable discriminación de la minoría nacional catalana.

 

  1. ¿Puede suceder que, dentro del independentismo, unos partidos lo quieran y otros no? Puede pasar. Como ha ocurrido casi siempre estos últimos años. Y no ha sido ni una vez ni dos en las que la actitud firme de los unos ha forzado a los otros a no quedarse atrás. Es evidente que el resultado, quién queda primero y quién queda segundo, sobre todo si hay distancia, influirá mucho, pero hay que decir que no lo será todo. Ahora ya no. Por ello, el independentismo, sobre todo el independentismo rupturista, plural en el Parlamento y fuera del parlamento, tiene en estas elecciones una gran oportunidad de dejar atrás estos decepcionantes tres años. Y es ésta la razón que yo veo para ir a votar, a pesar de todo.

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