Sebastià Alzamora
Ángel Berrueta era un panadero de Pamplona que murió asesinado por un policía nacional, Valeriano de la Peña, y su hijo José Miguel, con la colaboración como instigadora de la mujer de Valeriano y madre de José Miguel, María Pilar Rubio. Este domingo 13 de marzo se cumplieron dieciocho años. En la misma fecha del año 2004, María Pilar recorría los comercios del barrio de Donibane pidiendo colgar unos carteles según los cuales ETA era la autora de los atentados del 11-M en Madrid, perpetrados apenas dos días antes. Ángel Berrueta se negó a colgar ese cartel en su horno de pan, lo que le valió una discusión con María Pilar, que era vecina suya y con la que ya habían tenido otros encontronazos en ocasiones anteriores: de hecho, era evidente que María Pilar había acudido al horno de Ángel con el propósito de provocar la bronca. Ella salió del establecimiento gritando que el panadero era un etarra y prometiendo que lo mataría. Al poco rato, bajaron Valeriano y José Miguel. El hijo le dio un navajazo a Ángel Berrueta, y Valeriano le disparó cuatro tiros con su arma de policía. Aquel 13 de marzo de 2004 era un sábado, jornada de reflexión porque al día siguiente había elecciones generales en España. Desde el primer momento en que Al Qaeda cometió los atentados (como revancha por la participación de España en la Guerra de Irak), el gobierno de José María Aznar había insistido en atribuir su autoría a ETA, porque era lo que convenía a sus intereses electorales. Sin embargo el PP perdió las elecciones, Zapatero fue el presidente del gobierno y el PP y su prensa se pasaron los cuatro años siguientes insistiendo en que ETA había cometido los atentados, y acusando a Zapatero de conexiones filoetarras.
(Valeriano y Miguel José fueron condenados a 20 y 15 años de cárcel; María Pilar a 10 años por instigar el crimen, pero fue absuelta por el Tribunal Supremo a petición del fiscal Javier Muñoz, que calificó el asesinato de “bronca” entre vecinos». Esto impidió que los familiares de Berrueta pudieran cobrar el seguro, ya que el supuesto de muerte por «bronca entre vecinos» no estaba cubierto. Miguel José salió en libertad condicional en el año 2014, y ni él ni sus padres han expresado nunca una sombra de arrepentimiento por el crimen que cometieron (Javier Muñoz es, actualmente, fiscal del Supremo).
He pensado a menudo en el panadero Ángel Berrueta, porque todo lo que rodea su muerte representa bien lo que se puede esperar del partido más importante del sistema político español, el Partido Popular. Si la familia del policía nacional actuó como lo hizo, fue porque se sintieron animados, y por supuesto defendidos, por el PP y sus altavoces. Ya entonces se habían vuelto hacia lo que ahora llamamos ‘fake news’, y ya entonces fomentaban lo que ahora mencionamos tan a menudo: la fractura social y el delito de odio, siempre presentando a los agresores como víctimas, y viceversa. La muerte de Ángel Berrueta representa el fin del mandato de Aznar, y el inicio de la carrera del PP hacia el pozo negro que ahora les lleva a gobernar con Vox.
ARA