La fascinación por el ‘Spanish true crime’

Aún hay quien analiza el ‘true crime’ con cierta displicencia, como si se tratara del cuñado feo de la novela negra. Se equivoca. Cuando el género de la no ficción que disecciona un suceso logra aunar un caso atractivo con un buen contador de historias, la fórmula es imbatible. El número de títulos producidos en los últimos años es inabarcable y cada vez son más los periodistas que se liberan de los límites de la crónica para dar rienda suelta a los hechos en un libro.

Las dos últimas firmas en enriquecer estanterías son las periodistas Cruz Morcillo y Tura Soler. La primera, periodista en ABC, publica ‘La hermandad del mal’, el último de la colección ‘Sin Ficción’ que dirige la también periodista y novelista Marta Robles para la editorial Alrevés. “El mal nos perturba, sí, pero necesitamos saber de él, entenderlo, descubrir qué lo provoca y, en definitiva, saber si es solo cosa de otros o si también podría ser cosa nuestra”, repite Robles en las cubiertas.

“¿Sabes coser? Cuando llegues a casa, tienes que bordar la palabra ER en una toalla o en una tela. Cuando nos veamos, me dices lo que pasa”. Esas fueron las últimas palabras que Bruno Hernández Vega, conocido como el descuartizador de Majadahonda, le soltó a Morcillo cuando lo visitó en prisión. En ese momento, la periodista se enfrentaba a los últimos renglones de un libro donde se atrevía con la mente compleja y enferma de un asesino que acabó con la vida de dos mujeres y que fue capaz de triturar a sus víctimas en una picadora.

Bruno Hernández Vega fue condenado a 27 años, tres meses y un día de prisión. Los tribunales reconocieron que sufre esquizofrenia paranoide, pero consideraron que la preparación de sus crímenes y su capacidad para encubrirlos eran incompatibles con “una anulación o alteración grave de las capacidades mentales”. Morcillo se adentra en las turbulencias de las enfermedades mentales. “Si te hubieras tomado la medicación, tal vez hoy no estarías aquí”, le advirtió la periodista que tiene también en las librerías ‘Departamento de Homicidios’, una excelente recopilación de la crónica negra de España a través de las confesiones y recuerdos de dos policías nacionales y dos guardias civiles, que investigaron algunos de los homicidios más mediáticos, trágicos y misteriosos.

Truman Capote publicó en 1965 ‘A sangre fría’, una novela de no ficción a partir del trabajo que el periodista norteamericano realizó durante seis años sobre los crímenes cometidos por Richard Hickock y Perry Smith. La novela marcó un antes y un después en la literatura norteamericana y definió las bases de la literatura de no ficción y del nuevo periodismo.

Lo habitual es que los autores esperen a que su caso llegue al final del proceso judicial. Aunque algunos, como el periodista de ‘La Vanguardia’ Toni Muñoz, sacó a la luz ‘Solo tú me tendrás: Celos, mentiras y muerte en el crimen de la Guardia Urbana’ antes de que los acusados se sentaran en el banquillo. Un adictivo relato de personajes complejos para el que el autor aprovechó el juicio para escribir nuevos capítulos.

Ediciones Península, que apostó por el triángulo de los protagonistas del crimen de la Guardia Urbana, buscó a la periodista Tura Soler, que ya trabajaba en un libro sobre los crímenes de Susqueda. ‘A orillas del pantano’ (La Campana, en catalán), es el resultado de decenas de visitas al escenario de los asesinatos de Marc Hernández y Paula Mas en 2017.

La veterana periodista de ‘El Punt Avui’ sostiene que quedan demasiadas incógnitas por resolver y que por más veces que regresa al pantano “sigo sin verlo claro”. Los Mossos d’Esquadra detuvieron a Jordi Magentí, un vecino de la zona que ya había asesinado a su mujer en 1997, y que estaba en el pantano el día de los crímenes.

Soler se niega a aceptar como un mantra la versión policial de lo que ocurrió ese día y, a pesar de no contar con la versión de las familias de las víctimas, apuesta por la necesidad de seguir investigando qué pasó y saber “¿por qué los mataron?”. El libro está dedicado a un “amigo invisible, confidente secreto”, una garganta profunda que sin saber su identidad, “me guió a buscar la verdad”.

Soler es uno de los rostros habituales de ‘Crims’, la franquicia de ‘true crimen’ creada por el periodista Carles Porta en formato televisivo, radiofónico y literario que ha roto los esquemas arrastrando hordas de seguidores enganchados a su particular manera de “poner luz en la oscuridad”.

Tras el éxito del libro ‘Crims’, un recopilatorio de algunos de los casos, este año publicó ‘La farmacéutica. 492 días secuestradas’ (Reservoir Books / La Campana). Un trabajo riguroso del calvario que sufrió Maria Àngels Feliu, durante y después de su cautiverio.

Muchos son los que definen el primer libro de Porta, ‘Tor’ (Anagrama / La Campana), como una de las piezas más brillantes del ‘true crimen’ de proximidad. La historia no ha pasado de moda. Trece vecinos son propietarios de una montaña: Tor, un virginal enclave en el Pirineo leridano. Hay de todo. Poderosos que se enfrentan, intereses, contrabando, unos extraños asesinatos y unos personajes fascinantes. De ese libro, Llucia Ramis escribió: “Tenemos que comparar el resultado con el periodismo novelado de Capote. Una buena historia, una manera de explicarla, y aquella característica humana tan incomprensible como inexplicable. El morbo. Esa atracción por lo que, en realidad, queremos siempre muy lejos”. Desde 2005, se han vendido más de 50.000 ejemplares.

A esa atracción innata del ser humano ante el crimen trata de dar forma el criminólogo Vicente Garrido en su último trabajo: ‘True crime, la fascinación del mal’ (Ariel). ¿Por qué nos atrapa la violencia y en particular el asesinato? Al buscar la respuesta, Garrido ofrece un extraordinario análisis del crimen a partir del relato característico del ‘true crime’.

Manuel Marlasca y Luis Rendueles llevan ya más de media vida dedicados a contar “historias de malos”. Para la colección de Marta Robles, Marlasca, investigador en La Sexta, se adentró en la maldad del pederasta de Ciudad Lineal en el angustioso ‘Cazaré el monstruo por ti’; mientras que Rendueles, periodista en Prensa Ibérica, hizo un fascinante trabajo histórico para dar vida al robo del ‘Códice calixtino’ de la catedral de Santigo de Compostela en ‘Los ratones de Dios’.

Ahora a cuatro manos los periodistas recorren España a partir de trece crímenes de este siglo. Rendueles reivindica a los buenos. Y echa mano de una idea de la filósofa Simone Weil: La maldad en la ficción es aventura, variedad y riesgo; mientras que la bondad la pintan aburrida y monótona. Pero la maldad real, de la que nos toca escribir a los que la contamos, es mediocre y vulgar. Mientras que la bondad en nuestras vidas es única y diferente. El ‘true crimen’ saca también lo mejor de los buenos. Que son mayoría.

LA VANGUARDIA