Recientemente hemos podido leer unas declaraciones del Presidente de la Diputación Provincial de Burgos en las que afirmaba que «los electores han reconocido con su voto que Treviño es de Burgos». También hemos leído otras de la minoritaria alcaldesa de Condado de Treviño que respaldaban a su correligionario del Partido Popular: «Con su voto los ciudadanos han dicho que quieren un alcalde que trabaje por ellos, día a día, y que no quieren disgregarse ni de la comunidad ni de la provincia» (de Castilla y de Burgos, claro).
Para que luego digan que la política de hoy es puro pragmatismo. Pues aquí tenemos un gran ejemplo de una tarea utópica titánica. Don Vicente y Doña Inmaculada se proponer anexiona Trebiñu a Burgos. No se conforman con sujetar el mango. Quieren lo de dentro de la sartén. Casi nada la del ojo y lo traía en la mano.
Para anexionar Trebiñu a Burgos lo primero y más difícil va a ser mover los 230 km² de tierra, ríos, pueblos, gente, desde el interior de Araba hasta algún lugar del territorio burgalés. Eso acarreará problemas como un gran agujero en Araba (como el que nos enseñan en muchos mapas), con la subsiguiente dificultad de ubicar un territorio dentro de otro sin ampliar el perímetro. Así que -por aquello de la impenetrabilidad de los cuerpos- sólo les quedará la posibilidad de situarlo sobre pilares o bajo el suelo. Difícil lo veo. Quizás sería más fácil levantar un muro como el que levanta Israel en Palestina y un puente levadizo que comunique esta isla alavesa con tierra burgalesa.
Después de tan colosal obra tendrán que superar la oposición política a sus pretensiones en su propio partido. Oposición que encontrarán en el mismo Trebiñu, en Araba, en Euskal Herria e incluso en otras partes de su proyectada España. También tendrán que convencer al PSOE e IU de lo mismo.
Terminada la obra de geo-ingeniería tendrán que sumergirnos, empaparnos, de la vida burgalesa y castellana a la población trebiñesa. Tendrán que comenzar por difundir de forma concienzuda y machacona las fechas institucionales claves como la del Día de la Provincia en las que realizaron las declaraciones que dejaban entrever estas intenciones anexionistas. Habrán de hacer una gran labor divulgativa para que aprendamos los nombres, las fechas, las personas que en Burgos tienen relevancia en lo político, social, económico, cultural. Tendrán que convencer a los medios de comunicación de Burgos y de Castilla que inviertan en infraestructuras de difusión en Trebiñu. A los medios de comunicación alaveses y vascos les exigirán que no invadan el enclave con su prensa y ondas herzianas. Habrá que cortar con Osakidetza para comenzar a recibir la atención sanitaria especializada en Miranda de Ebro (en la Junta de Castilla y León se les pondrá de morros porque hoy no pagan ni un céntimo de ese servicio ni de otros). A Telefónica le deberán exigir que cambie el actual prefijo telefónico 945, por el 947 y deberán buscar subvenciones para compensar el coste que le supondrá el cambio a quien use ese servicio. Tendrán que limitar el radio de acción del teléfono de emergencias 112 pues en Trebiñu atiende el de SOS Deiak. Habrá que ampliar las escuelas e institutos de Miranda para que acojan a toda la población escolar trebiñesa que ahora asiste a los centros educativos en Vitoria-Gasteiz. Deberán diseñar un curso de burgalesismo a quienes lleguen desde Araba para vivir en el enclave. A la Iglesia Católica le deberán pedir que a su feligresía trebiñesa la atienda la diócesis burgalesa y no la gasteiztarra. A la Comandancia de Álava de la Guardia Civil le deberán pedir lo propio. Será más fácil aunque arduo y costoso acabar con los archivos históricos donde se narran los múltiples intentos de integrarnos ideológicamente en Burgos. Habrán de multiplicar las obras de regadío agrícola en la provincia Burgos y en Castilla para que su extensión se acerque a las proporciones de las realizadas en el enclave para comprar voluntades.
Les voy a regalar una idea que quizás pueda servirles para iniciar la integración de Trebiñu en Burgos (antes de dotar ese proyecto de partida presupuestaria): enviarnos a toda la población trebiñesa una tarjeta postal con vuestras fotos, biografía (para que se enteré todo el personal quienes sois), vuestros planes anexionistas, con acuse de recibo para que la población podamos contestar una vez más con nuestra opinión contraria a semejante aberración, expresada en ese sentido en cuantas ocasiones ha habido oportunidad para hacerlo.