Daniel Turp (Montreal, 1955), profesor de Derecho Internacional en la Universidad de Montreal, uno de los expertos consultados por la comisión parlamentaria por el derecho a decidir, es exdiputado del Partido Quebequés en el Parlamento canadiense y la Asamblea Nacional.
– ¿Sólo las colonias tienen derecho a la autodeterminación?
Los que lo dicen no han leído bien los tratados y las declaraciones de la ONU o la OSCE, porque está claro que todos los pueblos tienen el derecho universal a la autodeterminación, no sólo las colonias. Y este es el derecho a crear un Estado independiente. Incluso la Constitución española ha integrado tales compromisos, los catalanes pueden confiar en los tratados y en el derecho de autodeterminación.
– Pero también existe el principio de integridad territorial…
Lo alegaron muchos países durante las comparecencias que pidió Serbia, pero el Tribunal Internacional de Justicia, y fue muy sorprendente, dijo inequívocamente que el principio de integridad territorial sólo es aplicable en relaciones interestatales, no puede ir contra el derecho de autodeterminación. Y también dijo otra cosa: que una declaración unilateral no es ilegal dentro de la ley internacional.
– ¿Y está por encima de las leyes domésticas, como la Constitución?
El ordenamiento legal internacional siempre está por encima de las constituciones y las leyes. En el ordenamiento doméstico depende de cada país si está por debajo o por encima, pero si firmas un tratado se supone que lo respetas, y la gente tiene derecho a exigir al Estado que cumpla sus compromisos. La Constitución viola el derecho de autodeterminación, y esto es inaceptable. Sería tan fácil hacerlo compatible… No es sobre leyes, sino sobre democracia. Incluso en Canadá el principio democrático es constitucional.
– Pero el gobierno estatal niega que haya un pueblo catalán. ¿Quién decide qué es un pueblo y qué no?
El mismo pueblo. Los catalanes deciden que son un pueblo. Puede haber un Estado español, pero el derecho de autodeterminación no pertenece a los estados, sino a los pueblos. Si en un Estado hay varios pueblos, porque ellos mismos han dicho que lo son, esa es la clave del debate. Cuando España dice que «sólo hay un pueblo español» no es consistente, no sólo con la realidad política sino con la ley, que dice que son los pueblos los que se definen como tales.
– ¿Cataluña debe explicar en el extranjero que es un pueblo?
Sí, la gente sabe, y ahora aún más, lo que está pasando aquí. Resulta obvio que hay un pueblo cuando tienes más de un millón y medio de personas dándose las manos en una cadena humana. No es ya ni sobre la lengua o los orígenes, es sobre la voluntad de ser un pueblo, de querer vivir juntos. Y es importante afirmarse como nación, hacerlo saber a otras naciones y compartir con estas tu cultura… Así es como puedes enriquecer el patrimonio de la humanidad.
– En Escocia hace tiempo que debaten ventajas e inconvenientes de la independencia, y en Cataluña se habla de si tiene derecho a votar. ¿Está perdiendo el tiempo?
No pierde el tiempo porque puede hacer las dos cosas, las debe hacer ambas. Puede seguir afirmando su derecho, y debe hacerlo porque el gobierno español no lo quiere entender, aceptar ni respetar. No puede decir: «Hay temas más importantes, como los sociales, la educación, la economía… Olvidémonos de hablar del derecho a votar». Pero estoy seguro de que el gobierno da pasos en ambos sentidos afuera, y al mismo tiempo trabaja por estos desafíos económicos, culturales y sociales. Por suerte los gobiernos, obviamente, la aceptan como nación que puede votar, y si vota sí aceptarán el resultado y este trabajo ya habrá servido.
– ¿Pasaría lo mismo en Quebec?
Quebec estaría entre Escocia y Cataluña. Nuestro derecho a la autodeterminación no es negociable, pero el gobierno federal seguramente no quiere negociar un acuerdo democrático como el escocés, aunque el presidente tampoco dirá lo que dijo Rajoy, que mientras él sea presidente no habrá consulta ni independencia. El gobierno canadiense tuvo que aceptar el dictamen del Tribunal Supremo, pero la ley de la claridad no es clara, no la podrán aplicar y al final se impondrá la democracia. En Quebec tenemos nuestra propia ley, el gobierno de Canadá nunca nos ha prohibido hacer un referéndum y no nos puede obligar a mantener una autonomía federal. Nos puede tratar de asustar diciendo que la economía retrocederá, que la moneda canadiense no estará disponible… Ellos intentan esto, y les fue bien la última vez, porque nos quedamos en el 49,5% de votos.
– Los que se oponen dicen que una consulta divide a la sociedad. ¿Pasó en Quebec?
Sí. ¡Y eso es la democracia! Mantengo muy buenas relaciones con gente que votó no en 1980 y 1995, aún somos amigos, aunque nos pongamos de acuerdo o no… Una democracia real va de esto, de afrontar los debates, y en un punto aceptar la decisión de la mayoría. No puedes simplemente decidir no organizar un referéndum sobre el futuro político porque haya gente con opiniones diferentes, que no esté contenta o haya discusiones en comidas o en cumpleaños.
– ¿Y si el gobierno canadiense dijera que tiene que votar todo el país?
Nunca lo dirá. La Corte Suprema dijo que Quebec tenía el derecho a secesión, no habló de los canadienses… Que España diga que todos los españoles tienen que decidir es contrario al derecho de autodeterminación. España, como Canadá, será parte de la negociación posterior para intentar salvaguardar el interés de todos. Es entonces cuando el pueblo español tendrá algo que decir.
– El Estado prohibirá la consulta. ¿Qué debe hacer el gobierno catalán?
Hacer la consulta, porque lo importante es la voluntad de los catalanes, es la que debe prevalecer frente a las amenazas, que son incompatibles con los principios de democracia y de autodeterminación. Los catalanes deben recordar constantemente que tienen el derecho y quieren ejercerlo, adoptar una ley en el Parlamento, como hicimos en Quebec, y decir: «Esta es la manera de hacerlo, en un momento dado lo habrían de aceptar».
– ¿Aceptaría una declaración unilateral de independencia?
No sería ilegal ante la ley internacional. Pero nadie quiere hacer una declaración unilateral, queremos que la gente decida y llegar a la independencia por medio de un referéndum. No puedes privar a un pueblo de decidir su futuro.
EL PUNT-AVUI