Una de las grandes frases que se han dicho sobre la Revolución de los Claveles portuguesa es la siguiente: lo que parecía imposible se convirtió en inevitable. Y es que la revolución del 25 de abril de 1974 en Portugal por parte del ejército portugués en contra del régimen salazarista fue durante demasiado tiempo de todo menos posible. Este hecho inevitable causó una gran conmoción en la Cataluña de la época, creó en las fuerzas democráticas catalanas una esperanza cierta en el cambio, en la mejora, en la libertad que podía derribar el régimen franquista como ya había pasado con el régimen salazarista. Creo que esto podría haber sido posible en Cataluña si ésta no estuviera todavía ligada a Castilla.
Y es que lo que provoca nuestra distorsión es la influencia centralista que nos viene de Castilla y de sus maneras de hacer, aunque sabemos que de quien deberíamos aprender sería de Portugal y no de Castilla. Durante muchos años, decíamos medio en coña que la autonomía que necesitábamos era la de Portugal (‘la autonomía que ens cal, es la de Portugal’), que sí, pero también deberíamos aprender de su defensa de los derechos cívicos y nacionales, del patrimonio y de la historia, de cómo salir de la crisis o de cómo convertir imposibles en inevitables…
El modelo, en muchas cosas, debe ser Portugal. No podemos olvidar las semejanzas y coincidencias que tenemos estas dos naciones, aunque entre ambas esté Castilla, que en el fondo y en el detalle, es una nación más distanciada de sus vecinas directas que éstas entre sí. Necesitamos a Portugal, ir reencontrando lazos rotos y olvidados injustamente. Necesitamos ser los que siempre somos y siempre seremos optimistas, los buscadores de lejanas esperanzas, los soñadores de sueños improbables. Debemos ser pueblos que busquen lo imposible con todas sus energías a fin de convertirlos en hechos inevitables. Creemos puntos fijos en nuestra historia y aprendamos de las naciones hermanas que ya lo hicieron.
https://www.lrp.cat/opinio/article/1594296-l-autonomia-que-ens-cal.html