¿Qué está pasando en Catalunya?

Palacio de Miramar. 26.9.2009
Hamaikabat

Egun on denori. Mila esker konbidatzeagatik. Gaur Kataluinako prentsari buruz zerbait esateko eskatu dit Hamaikabatak eta, egia esateko, oso denbora eskasa izan dut zerbait onargarri prestatzeko. Gainera, jakin dut gero zeinek izango ziren nire ondean parte hartu beharko dutenek… eta jakina, beldurteko zen pasa dut unea. Abibidez, zerbait esatea Kataluinako prentsari buruz Salva Cardús aurre aurrean dagonean, oso ausarti egon behar zara! Berak da “Política de Paper” liburu ospetxu hori idatzi zuenak, oraindela 14 urte, eta bera da ere Catalunyako prentsari buruz erreferenzia ezinobea, noski. Eta zer ez esan Jaume Renyé eta Francesc Oms-i buruz? Behintzat haiek erakurtzen edo entzuten dute egunero Kataluinako prentsa. Nik ez! Baina tira, zerbait esango dut. Interesatuko zaizuela espero dut.

Como decía, hoy tengo delante un considerable reto. Hablarles de medios de comunicación en Catalunya en presencia, seguramente, de gente que saben bastante más que yo y que por lo menos están en contacto con ellos a diario. Yo no. Tratándose de la prensa, sólo hay que recordar el libro de un de ellos, Salva Cardús, con el título “Política de Paper”, publicado en 1995, para echarse a temblar. Por lo tanto, aun a sabiendas de que estas nobles salas suelen albergar muy informativas y rabiosamente documentadas lecciones sobre los temas universitarios más diversos, optaré por darles una visión más de estar por casa, más subjetiva que la que sin duda se merecen. Creo que alguien dijo alguna vez que la única prensa que valía la pena era la que tenía una dosis identificable de subjetividad. Espero que eso sirva también para cuando esa prensa hay que describirla. Allá vamos pues.

En un primer instante se me pasó por la cabeza preparar datos en power point y explicarles las cifras y los números del mundo mediático catalán. Pero aparte de asegurarles que esto lo tienen mejor y más cómodamente disponible en Internet, tendría que añadir que desde el momento que supimos que la decana de la Facultad de Económicas, la catedrática Elisenda Paluzie, no les iba a poder hablar hoy, estaba visto que los números iban a ser los grandes perdedores de la jornada.

Quisiera empezar mi aproximación a la situación de los medios de comunicación catalanes con un aspecto clave cuando se plantea este tema visto desde Euskal Herria. Entre vascos no es extraño de oír, en determinados círculos bienpensantes, que las cosas de la cultura – en que incluiremos, claro está, la prensa- siempre están mejor en Catalunya. Y aquí es, creo yo, donde deberíamos empezar a hacer importantes matizaciones, sobre todo ante las dificultades que siempre conlleva decir qué es mejor, y que peor.

Si vamos con criterios estrictamente lingüísticos, es verdad que Catalunya tiene dos diarios y medio en catalán que cubren la mayor parte del territorio del Principat en ediciones diarias. Como sin duda saben, se trata de los diarios Avui, el Punt y la edición catalana de El Periódico, que cuento como medio periódico ya que simplemente es la versión en catalán de un diario pensado y hecho en castellano. En este sentido, y abusando de una complicidad no sé si del todo merecida, cabe recordar que el actual lema publicitario de Avui és “el diari fet i pensat en català”. Cogen la directa? Verdad que sí? Bien, a pesar de considerar un poco despectivamente El Períodico hasta aquí, lo cierto es que nuestras críticas no deben hacer sangre porqué realmente lo que ha hecho este diario, promovido por el Grupo Zeta, es tan extraño como meritorio.

Resulta que el diario un catalán hecho por no nacionalistas, y con exiguas dosis de catalanidad y catalanismo, resulta que vende significativamente más que los otros dos diarios en catalán juntos. Es sorprendente, claro está, hasta el momento en que nos ponemos a pensar en los recursos disponibles para promocionar unos y otros proyectos respectivamente. Puestos a criticar, desde una optica más catalana, un blanco mucho más asequible debería ser La Vanguardia, campeona de la prensa en castellano. En Catalunya no hay debate sobre cuando va a construirse el nuevo San Mamés o si Donosti supera en atractivos a Bilbao. Pero si se debate con un morbo incansable sobre cuando hará su aparición una edición en catalán de este periódico. Siempre amenazan los rumores, pero nunca se acaban de concretar. Los más pesimistas recuerdan como hace unos años el Grupo Godó no tuvo empacho en dejar con la miel en la boca a los catalanistas con el anuncio de una entrega semanal sobre cultura de título “Cultura/s”. “Ahora sí!” pensamos muchos, “con esa “s” pluralizante de “Culturas” por fin el Conde de Godó nos va a abrir un hueco para la prensa en catalán en su empresa”. Poco duró la alegría. Era un amago más, este rayando en el insulto, porque son muchas las semanas seguidas en que en su revista no sale una sola palabra en catalán como no sea en algún apellido.

Pero para ser justos, cabe decir, en honor al buen y tenístico conde, que su grupo sí compró el diario Avui. He hablado con Vicent Sanchis, su ex Director, sobre el tema que significaba esta compra en el panorama mediático catalán. El defendió el paso en una entrevista que le hice hace un mes y que saldrá en parte en mi siguiente libro. Lo puedo citar sin miedo a enrabietar a ningún editor porque todavía no tengo! Otra cosa es que yo sostenga todo lo que dice Sanchis.  En todo caso, él opina esto:

“Muchos se enfadaron con la compra del AVU” dice. “ Incluso se dice la estupidez de que Godó compró el diario para hacerlo desparecer. No. Lo que debe saber la gente es que hoy el concepto de “concentración” es clave en el campo de los medios. La pureza es una entelequia. Una fórmula para la desaparición. Unas cuantas empresas controlan todo el mercado. Es así. Estas concentraciones puede que tengan aspectos malos, pero también buenos. Hay propietarios de derechas que promocionan y se hacen ricos con medios de izquierda moderada. Y vice-versa. Es lo que hay. Godó no es catalanista, apoyó a Franco hasta el final. Pero con la compra de Avui, y sobre todo de la radio privada RAC1, puede sacar muchas ventajas tanto él como el medio comprado. Godó sabe que si los descatalaniza, los echará a perder. En estos tiempos de concentración pues, hay que valorar que los productos catalanes se hagan un hueco en los catálogos de productos de los poderosos. Porqué así no sólo se sigue el patrón que domina actualmente, aquí y en la China, sino que aseguramos el futuro de estos productos altamente frágiles pero que, bien llevados, pueden dar muchos frutos y ayudar a potenciar nuestra cultura.”

Mucho de lo que dice Sanchís sobre la concentración y la necesidad de llegar a unos acuerdos que a menudo carecen de estética, podríamos aplicarlo al caso de Mediapro. El ex director de Avui recuerda, con sin razón, que en los años 90 en Madrid se hablaba del hub mediático madrileño como el gran futuro español que barrería a las alternativas periféricas como la catalana. Pensaban, con la clásica arrogancia que les caracteriza, que todos los medios serios estarían radicados en Madrid. OK. Las grandes cadenas de TV, Tele5, Antena 3, TVE, lo están. Prisa lo está. Pero les fallo el plan. Grupos como el Godó y Mediapro se salvaron de la quema. Resisten en esa “periferia”. Incluso, mejor que algunas vacas sagradas del pasado, como Prisa, que ahora se las ve y se las desea ante el poderío de Mediapro, que no será todo lo catalán que quisiéramos, pero al menos existe, cosa que no todos pueden decir. Y produce películas catalanas, y en catalán, cosa que no siempre ha sido capaz de asegurar la propia administración catalana. Habrá que esperar como queda todo el tema de la TDT, donde seguramente habrá oportunidades para más canales en catalán. Esperémoslo al menos. Pero no olvidemos las reservas que hace Josep Gifreu, catedrático de Comunicación de la Universidad Pompeu Fabra, que ve el peligro de que todos los chavales catalanes acaben viendo Disney Channel en castellano, como seguramente amenaza de ocurrir aquí en Euskal Herria. Habrá que estar muy atento, pues, a las normativas y evoluciones. En todo caso las espadas siguen en alto. Habrá que seguir luchando para que un día estén blindados los medios en catalán y en euskera, como lo son los medios en idiomas de Estado. Pero pienso que con lo que acabo de decir, la letra está bien claramente escrita en la pared para el que la quiera ver. El mensaje es: el estado propio es la única garantía real. Nos lo recuerdan a diario.

Ha salido inevitablemente el nombre de Gifreu. En relación con los medios, quisiera mencionar de pasada un tema que poco investiga y denuncia con preocupación el catedrático de la Universitat Pompeu Fabra. El tema de la dificultad que hay en transmitir un mundo emocional catalán a través de los medios. Seguro que Salva también diría la suya en este ámbito. Para los medios españoles, no existe una emotividad catalana sana, ni una cultura popular, ni un universo lingüístico. Y esto en los canales televisivos que tienen el 80% de la audiencia en Catalunya, y el 100 en España. Un excelente trabajo de Xavier Ruiz Collantes, de la UAB, lo denuncia en toda su crudeza al comprar el torrente emocional que sí proyectan estos medios para con la identidad andaluza. Y Gifreu se centra más a fondo en los efectos que esto tiene. Por si alguien no acaba de entender a lo que me refiero, piensen en una noticia producida ayer mismo en la prensa. El catalanísmo ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, denunciaba al PP por que con sus ataques a Catalunya, “hacía daño a Espanya”. Es decir, el mundo al revés. Resulta que no es dañado el que recibe el ataque sino el país de donde nace el ataque. ¿O no es así? Como dice el monólogo de Shylock, de Shakespeare, en que se queja que se piense que los judíos no sangran si se les pincha, los catalanes tampoco parece que sean capaces de sentir, ni de sufrir. Solo son capaces de causar problemas a España, cosa que debe compensar, lógicamente, vaciando sus bolsillos. Es evidente que estamos ante un hecho muy dañino para la creación de opinión pública no solo en Catalunya sino en España, con un resultado siempre nefasto para el primero. Sin embargo es un tema que rara vez manejan los políticos, y que queda lejos del debate general. Como tantas cosas vitales.

Pero antes de perdernos en tema complejos y antes de perder del todo el hilo de lo que venía describiendo, quisiera volver atrás y añadir cuatro palabras más sobre otros medios escritos en catalán. El Punt, es actualmente, el segundo más leído en catalán, según el control de medios. Es un diario joven, muy abierto ideológicamente. Tiene una fuerte implantación en ese territorio que la actual lider del PP Catalán, Alicia Sanchez Camacho, describió como “difícil”, es decir Girona. Allí es el medio más leído en un territorio, por cierto, tan difícil, que los únicos dos diarios que hay son en lengua comanche, ay perdón, en catalán, uno con vocación nacional, el otro –Diari de Girona- regional. Digno de apuntar también es que El Punt tiene o ha tenido ediciones menos regulares en Catalunya Nord y València. Además tiene un magnífico dominical, de un origen muy parecido a Argia, por cierto, que comparte con otros periódicos de Catalunya, les Illes y Andorra. Se llama “Presencia” y tiene ventas por encima de los 100.000 ejemplares, lo cual es todo un éxito. Quizás el “problema” para El Punt, en un país tan centralista como Catalunya –digamos la verdad– es que al haber surgido en Girona, y a pesar del traslado logístico de algunas secciones clave a Barcelona, sigue siendo percibido como un diario gerundense. Ante esto cabría preguntarse si comprarían los bilbaínos un diario alabés…

Volviendo a las comparaciones con Euskal Herria, una debe haber quedado implícita en mi pobre descripción. La distribución o implantación del proyecto con respecto al conjunto del territorio catalanohablante. Comparados con Gara, Deia o Berria, que llegan, bien o mal, a todos los territorios euskaldunes, ni Avui ni El Periódico tienen esa vocación actualmente. Por cierto, el haber escogido precisamente el nombre “Avui”, cuando arrancó en abril en 1976, por mucho que se proclamara de Països Catalans, demuestra, una vez más, ese tendencia al centralismo porque se da la casualidad de que una de esas pocas palabras que varían del catalán de Barcelona al de València es “avui”, que en València dicen “ui”. Ui, ui, ui. Ya era un mal nombre pues. Y lo que mal arranca, mal futuro tiene.

En revancha hay que decir que la gran revista semanal de actualidad, de nombre El Temps, nace y se produce desde Valencia, aunque su financiación seguramente tiene bastante que ver con el Principado y sus instituciones. Semanalmente cuenta con firmas de prestigio y es un referente importante. De la administración autonómica valenciana, ni que decir, no recibe un euro. No es extraño como no lo es que el País Valenciano es la única comunidad de lengua propia que ha perdido cuantitativa y proporcionalmente hablantes desde 1976. Unos 200,000 se calcula, una auténtica barbaridad achacable sin duda a la gran sintonía existente entre populares y socialistas en el tema lingüístico.

Una palabra también creo que sería interesante de añadir respecto al color político de las diferentes cabeceras. Quizás es donde más me arriesgue a dar mis opiniones porqué seguro que los venidos de Catalunya tendrán información más fresca y profunda. En todo caso permítanme apuntar algunos fenómenos y algunos episodios que ayudan a dar con el traste con el tópico de las lealtades políticas. Quizás sea otra cara de ese engendro que algunos gustan de llamar “hecho diferencial catalán”.

De hecho en Catalunya no hay una prensa de partido, o de clara marca política: Incluso me atrevería a decir que la falta de un hermetismo sectario absoluto da interesantes derivas. Quizás sorprenda de ver, por ejemplo, que dos de los diarios que más contribuyeron, con sangrantes editoriales, a la caída y eventual defenestración de Pasqual Maragall fueron El País y El Periódico, medios aparentemente encuadrados en la propia órbita socialista. Sin embargo es evidente que cabe preguntar, sin tempo de responder por falta de tiempo, ¿a qué socialistas exactamente nos estamos refiriendo? ¿A los de Madrid o los de Barcelona? ¿Y a cuáles de Barcelona? Los matices, evidentemente, son claves. Y las contradicciones también. ¿Por qué este diario regaló, como quien dice, páginas casi gratis para promocionar un gran acto en el Palau Sant Jordi de protesta por la impuntualidad socialista en la devolución de los famosos papeles de Salamanca a finales de 2007? Si era un acto claramente perjudicial para los socialistas. Para saltar a otro medio tradicionalmente ligado a una opción, Avui, también cabe destacar algunos prontos editoriales inesperados como fue el apoyo dado al acuerdo de financiación firmado últimamente. Era el previsible zarpazo godoista contra una Convergencia i Unió que el sistema decidía castigar por su aproximación al radicalismo? En todo caso viene a subrayar la debilidad que tiene el nacionalismo catalán para encontrar plataformas que expresen sus ideas y posiciones. ERC aparentemente ha tenido control del área de comunicación del Tripartito, pero brilla por su ausencia la capacidad de este grupo por hacerse oir. Un último apunte para insistir en la relativa falta de ortodoxia partidista de la actual prensa, en comparación con la vasca o la Francesa por ejemplo. Esto da casos tan curiosos como la portada de La Vanguardia al día siguiente del referendum de Arenys de Munt. Se destacaba en ella el triunfo del civismo que había significado. Quizás no sea más que la inevitabilidad de la prensa a hablar bien de lo que se ha hecho bien, abstracción hecha de los cachetes y reubicaciones que pueden seguir en días subsiguientes. Tendemos a decir que La Vanguardia es todo conservadurismo y españolismo, pero con eso damos una imagen simplista y tópica. Recordemos que Salvador Cardús publica regularmente sus excelentes artículos, a pesar de la insistencia por suprimir su colaboración por parte de algún partido tenido por muy catalanista. Igualmente hay que recordar que La Vanguardia, con el mismo propietario que hoy, fue el medio que capitaneó mediaticamente, y no sin simpatía por la operación, el anuncio de la Tregua de 1998 bajo la batuta de Juan Tapia y el cerebro y corazón del periodista y escritor Antoni Batista. Y también fue el diario que permitió, en marzo de 2007, la extraordinaria exposición que hizo Jordi Barbeta del documento jurídico del PSOE, entonces secreto, en que – en teoria – se recogían argumentos para “desmontar” las alegaciones del PP contra el Estatut. Lo que revelaba ese documento, aparte del cinismo del PSOE, era que al gobierno le constaba que ninguna de los artículos sensibles del Estatut iban a tener ningún tipo de virtualidad y que los reivindicaciones claves de Catalunya iban a ser papel mojado. Igualmente hay que recordar que este incidente tuvo muy graves consecuencias con amenazas contra Barbeta procedentes del entorno del propio Montilla, episodio que acabó en sonadas dimisiones, aunque también tuviera alguna repercusión para el propio periodista. No se debe acusar demasiado alegremente, pues, a La Vanguardia de amarillismo ni españolismo del más rancio en todas las ocasiones. Solo en algunas. En todo caso, lo que suele prevaler es su gubernamentalismo español desbaratado en esta ocasión y en alguna más.

Pero supongo que los presentes también tendrán curiosidad por conocer la suerte de otros medios públicos de comunicación bajo control tripartito, bajo control socialista en definitiva, para hacer comparaciones con lo que se está dando en Euskal Herria ahora bajo el control del turno pacífico PP-PSOE. Pues bien quizás haríamos bien en hablar de un término que puede resultar nuevo para alguno: la palabra “crosta”. Fue introducido en el panorama por el portavoz, nada menos, del PSC en el Parlament, Joan Ferran. Algunos dicen que el PSC es un partido con dos almas. Quizás lo fue. Creo que actualmente cabría hablar de un partido con dos furgones. El de primera y el de la cola. Creo que se confunde quien dice que el PSC es un partido catalanista, si por catalanismo entendemos algo mínimamente político y serio. En todo caso el PSC es hoy un partido que alguien ayer me definió como una ramificación del Estado con una cierta inercia catalanista. Nunca una iniciativa catalanista. Un partido que siempre ha considerado los medios de la CCRTV como algo ajeno. Un representante del sector cultural del PSC me definió su modelo ideal de radio como el de “una Cadena Ser con algo más de catalán”. No da para más. No nos engañemos, hoy es el dia en que el PSC está votando pueblo a pueblo contra el derecho más sagrado que tienen los pueblos, es decir el de decidir, incluso en poblaciones donde algún despistado del PP al menos se abstiene. Volviendo a lo de la “crosta”, Joan Ferran dijo que de los medios de comunicación públicos catalanes había que quitarle la crosta, la corteza, la capa superior, como si se tratara de un pan o de un arroz con leche. Qué era eso de la crosta? Se debía referir el buen hombre al acento nacionalista que tenían, en su opinión, algunos programas y presentadores de programas en TV3 y Catalunya Ràdio. Esto no era una opinión de un franco tirador cercano a al Partido de los Ciudadanos de Boadella. Lo decía el portavoz del partido. Es pues la cara pública del partido, que ni ha sido sustituido ni expedientado. Porqué es lo que piensan. Les da igual que el dial y las ondas televisivas catalanas estén repletos de castellano. Incluso que una TV como Telecinco se haya adherido a la campaña “Por la lengua común” que era un ataque frontal a la cooficialidad efectiva del catalán. Eso les trae sin cuidado. Ese partido que durante años, cuando hablaba de cultura popular, a través de su grupo Crisol, se interesaba mucho más por la cultura andaluza en Catalunya. En mi último libro, que para Durango saca Ttarttalo en castellano, hago una análisis de esta realidad actual del PSC. Las comparaciones con el proyecto de Patxi López quizás no son tan lejanas como dicen los tópicos. Por que la españolización del PSC, que cada día ve sectores como el de Nadal o Castells como crecientemente “exóticos”, está avanzando a un ritmo apreciable. No en vano dijo no hace mucho Raimon Obiols, ex primer secretario del PSC, que su partido corría el riesgo de convertirse en una Peña Rociera. Si lo dicen ellos…

Pero volvamos a los medios. ¿Qué hay de esto de la crosta? ¿Podemos hablar de depuración? Yo creo que sí hay una laminación de la presencia de lo catalanista en los medios públicos de la CCRTV aunque es difícil de medir y seguramente la razón exacta por la cual han saltado tantos nombres destacados habrá que esperar más tiempo para conocerla. Aunque los telenoticias de TV3 i Catalunya Ràdio todavía distan de los partes ministeriales en que se han convertido los de Radio Euskadi, es significativo que la CCRTV no haya tenido ningú reparo en cargarse profesionales que daban enormes audiencias a la casa. Es el caso de Antoni Bassas, que era un institución en Catalunya Ràdio. Su traslado a Estados Unidos, donde hace de reportero adocenado de crónica sociopolitica, muerte de Michael Jackson incluida, es de lo más insultante. Parece un castigo. ¿Tendría que ver con ello su moderado catalanismo o episodios como su aceptación de presentar actos de inclinación nacionalista pocos meses antes de su destitución, hecho presentado en términos de una simple falta de acuerdo en el capítulo de horarios y honorarios? No les tembló la mano a la hora de cargarse un presenbtador con 14 años de éxitos a la espalda. Su apartamento de los micrófonos significó una caída de audiencia de 70.000 oyentes para la cadena que en poco tiempo pasó de cadena estrella a disputarse el tercer puesto con la SER. La gente se pasó en masa a RAC1. También levanta sospechas en el mismo sentido -pero inconcluso por el hermetismo que da la exquisitez de los apartados- los casos de Albert Oms en la TV3 donde conducía con brillantez un magazine de la tarde seguido por centenares de miles de amas de casa. Era un programa bien distinto a los amarillos circos mediáticos de Madrid y en donde lo políticamente incorrecto y reivindicativo era sin duda presente. Curiosamente, Oms dejó el programa a los pocos meses de verse finalmente sobreseido el caso en que los tribunales españoles investigaban su responsabilidad, como entrevistador, en las declaraciones hechas contra la derecha españolista por el actor Pepe Rubianes. ¿Casualidad? ¿O quizás Albert Oms realmente quería cambiar de aires? Pero Bassas y Oms son solo dos de la larga nómina de periodistas apartados de estos medios como denunció en 2006 en su magnífico libro “TV3 a traició” el también destituido periodista Víctor Alexandre.

En cuanto a los perjuicios a la capacidad de TV3 de ser una herramienta de concienciación y disfrute más, como las televisiones que tienen todos los países del mundo, hay un capítulo de otro cariz, y mucho más oscuro todavía, que afecta el conjunto de los Països Catalans. Un episodio que si ocurriera en otros países de Europa, seguramente constituiría uno de los grandes escándalos genocidas de nuestros tiempos, al menos en la acepción cultural de la palabra “genocidio”. Me estoy refiriendo al desmantelamiento por parte del sistema judicial español, Guardia Civil y gobierno valenciano del PP, de los repetidores televisivos de la señal de TV3 en todo el País Valencià. No me estoy refiriendo a algo ocurrido en el franquismo, ni en Bosnia, ni a consecuencia del estalinismo. Me estoy refiriendo a lo que ocurre hoy, en septiembre de 2009. Los repetidores, heroicamente colocados, con mucho gasto, en las sierras de Valencia por entidades populares como Acció Cultural del País Valencia, están siendo cerradas en este mismo momento. De uno en uno. Lo más grave es que fuera de nuestras fronteras nadie protesta. Hay veinte ONGs en París para protestar por el veto chino a los medios tibetanos. Pero que a 1500 kms de Paris pase exactamente lo mismo les trae sin cuidado. ¿Por qué no hay lamas catalanes? Habrá que improvisarlos.  El problema es muy parecido a lo que ocurre con Euskal Herria Irratia en Iruñaaldea y las noticias de ayer nos hablaron de pintadas de la Falange en repetidores de ETB en algún monte navarro. De lo que se trata es de aniquilar toda opción de respeto a  la diversidad, fortaleciendo al fuerte, que gozo del apoyo del estado, y machacando al débil. Por fortuna hay

Quizás deba decir algo sobre medios de comunicación en Catalunya en relación al enunciado de esta jornada. Efectivamente, ¿qué está pasando en Catalunya? Bien, aquí también tendré que recurrir a la subjetividad, a la opinión personal. Aquí estamos intentando explicar cosas que están ocurriendo en Catalunya no tienen fácil explicación. Cosas como que un President de la Generalitat absolutamente proespañol, por partido y cultura, haya ido dos veces a Madrid a avisar de la desafección catalana. Que dos expresidents de la Generalitat hayan participado en una movilización convocada por una entidad de nombre tan sugerente como Plataforma por el Derecho a Decidir. Que destacados miembros del sector pro-socialista como Lopez Burniol, Ferran Masacarell, Xavier Rubert de Ventós, o Josep Ramoneda hayan progresado a posiciones públicas próximas al nacionalismo, e incluso el independentismo, llegando a afirmar el periodista de El País que en un referéndum probablemente votaría sí. Pero hay otras cosas. Lógicamente los procesos de referéndum como el celebrado, que pronto serán una avalancha más. Y de todo esto creo que podríamos apuntar a un gran paradigma, por lo que hace a la prensa, a los medios. Su práctica completa . Un ex Conseller de la Generalitat ha llamado a favor de la creación de un opción  electoral abiertamente independentista en las siguientes elecciones. El hecho no tendría nada de particular si no fuera que las presentaciones de esta idea, en un sinfín de actos, están encontrando un respaldo muy considerable con salas llenas en un país donde los actos políticos son sinónimo de soponcio y sillas vacias. Algo está pasando, efectivamente, pero se enteran los medios. De estos actos, solo El Punt da ninguna reseña. El nerviosismo de ERC, al respecto, ya sería noticiable. Es pues de esta capacidad de despiste de los medios, por no decir su desbordamiento silencioso, que creo que hay que hablar.  Lo haré con una anécdota.

Durante la primera masiva manifestación celebrada el 18 de febrero de 2006, por el derecho a decidir, me llamó un reportero de TV3 por el móbil. Una hora y cuarto después del arranques de la manifestació, me preguntó donde me encontraba. Yo dije que en la Plaza España en medio de una inmensa masa de gente incapaz de desplazarse en ninguna dirección. Su respuesta fue muy de país: “Collons”, palabra que el mojigato corrector de mi ordenador se emperra en dejar en Collins. El arrebato de mi interlocutor se debía al hecho de que le habían hecho bajar de Girona con una cámara y un micro a cubrir una manifestación en que los cálculos más conservadores hablaron de 350,000 manifestantes. Y yo digo. Si una oscura entidad por el derecho a decidir es capaz de desbordar el principal medio de comunicación público, ¿que no será capaz de desbordar ese mismo pueblo que se ha manifestado? El 1 de diciembre del 2007 se repitió la movilización, sólo que ahora los partidos no madrileños no volvieron a hacer el ridículo de esconder la cabeza, y enviaron sus primeras espadas. ¿Y qué más podemos decir de la prensa en este fértil y movedizo momento? Poco más que reconocer que los artículos de independentistas y soberanistas, si es que hay diferencia, te pueden aparecer por cualquier lado. Se acabó la cobardía de los 80, la parsimonia de los 90, y el globalismo falsamente cosmopolizante del nuevo milenio. Con todo el afer del nuevo Estatut y, añadiría, con la incapacidad española de superar el franquismo como ha documentado tan fielmente la versión final de la Ley de la Memoria, algo ha hecho “clac!” en Catalunya.  Ha contribuido a todo ello aspectos físicos como el clopaso de las infrastructuras o el déficil fiscal tan citados. Pero tambien el alud de documentos y evidencias de tipo incriminatorio que han ido apareciendo sobre el franquismo –documentales, la revelación tanto de los crímenes franquistas como de la absoluta falta de ganas de los españoles de investigarlos, la constancia de la enorme incompatibilidad con la manera española de ver las cosas etc- siendo todas estas cosas que han hecho cristalizar una nueva conciencia, un nuevo cabreo, es el famoso sindrome del “català emprenyat”. El miedo se va evaporando y las encuestas sobre independentismo que a veces reflejan algunos medios hacen frotar los ojos incluso a los entendidos en estas materias. Hechos como el mal trato dispensado y la incomprensión sistemática que Madrid ha esgrimido como única respuesta a todo lo catalán, contrariamente a lo que auguraban los más conciliadores, no ha pasado en balde. Ahí está. Y los medios no tienen más remedio que reflejarlo.

Pero también hay más datos en torno a los medios catalanes que ayudan a entender cosas sobre lo que está ocurriendo en la Catalunya de hoy. Aunque en apariencia los principales medios privados están atados y bien atados, en manos de grupos tan poco catalanistas como Prisa, Zeta, y Godó, lo cierto es que hay toda un red de prensa menor, a veces casi invisible, que teje una extensa red de complicidades en el país. Aunque sigo siendo de la opinión que el pueblo catalán está peor informado en términos  generales que el vasco, respecto al  panorama nacional propio –para mi salta a la la vista– la revolución en Internet con la aparición de un mundo de páginas web y diarios electrónicos en catalán, ha tenido una efectividad considerable. Las cifras de consultas en las principales webs, como el de la Radio y Televisión Catalanas o Vilaweb, son sorprendentes, situando el catalán entre los primeros 25 idiomas del mundo en tráfico en la red. También debe figurar entre los grandes logros del catalanismo la consecución del dominio PUNTO CAT para lo catalán en el mundo. Todo esto ha llevado a una situación que permite que la información catalana y catalanista conozca un boom considerable, aunque sería un error pensar que será suficiente para cambiar la situación política. Pero sin duda está  contribuyendo a ello. Campañas como las de llevar a 10.000 catalanes a Bruselas, para internacionalizar el conflicto catalán ante las instituciones europeas, en febrero de 2009, se basaron en gran parte en el poder de convocatoria de Internet. Evidentemente el catalanismo no puede esperar ninguna clase de ayuda de los principales medios, incluso los públicos, para dar cobertura a sus actividades.

Un último apunte sobre lo que está pasando en Catalunya en relación con evoluciones en los medios. Quiero referirse sobre la eclosión que ha habido en los últimos años de un discurso abiertamente independentista. Si bien los años 90, tras los vergonzosos sucesos de 1992 con las detenciones masivas i tortura de independentistas, fue una época de des-criminalización del independentismo, hay que decir que los últimos años han significado un enorme paso adelante en este sentido. Se ha hecho absolutamente normal oír opinión independentista en casi todas las tertulias. En paralelo a esto, son decenas de intelectuales y figuras públicas que están saliendo del armario para expresar su convicción de que con España, no hay nada, o muy poco, que hacer. La presencia en universidades claves de Estados Unidos, nada menos, como Stanford y Princeton, de catedráticos catalanes como Joan Ramon Resina o Carles Boix, abiertamente favorables al soberanismo, es un fenómeno impensable en años pasados. Y se hacen escuchar mucho. Los dos escriben regularmente en los principales diarios y participan de lleno en el debate público junto con decenas de pensadores más. Cardús, Paluzie, Terricabras y tantos más ocupan cátedras y decanatos clave en las Universidades catalanas y se han convertido en verdaderos azotes del estatus quo autonómico y sumiso que viene marcando los  últimos años con Pujol, Maragall y, sobretodo, Montilla. Y los medios no tienen más remedio que exponer sus argumentos, que difícilmente hubieran llegado al gran público en épocas anteriores.
Todo esto, pues, creo que son unas claves, seguramente no todas, para entender las evoluciones del mundo mediático en Catalunya en este tiempo de novedades y de posibles cambios en el mapa electoral catalán.  En el año 2004 organizamos las Topaketak sobre Catalunya en el Koldo Mitxelena, con algún acto en el Kursaal, que sirvió para verter luz sobre Catalunya vista desde Euskal Herria. Zorionak, hoy, a Hamaikabat por insistir en ese camino de intercambio y abrazo entre nuestros dos pueblos que nos sirvan de mutuo enriquecimiento. Buena falta nos hace. Eskerrik asko.

Publicado por Nabarralde-k argitaratua