1.– “¿Adan y Eva eran negros? En África empezó el viaje humano en el mundo. Desde allí emprendieron nuestros abuelos la conquista del planeta. Los diversos caminos fundaron los diversos destinos, y el sol se ocupó del reparto de los colores. Ahora las mujeres y los hombres, arcoiris de la tierra, tenemos más colores que el arcoiris del cielo; pero somos todos africanos emigrados. Hasta los blancos blanquísimos vienen de África. Quizá nos negamos a recordar nuestro origen común porque el racismo produce amnesia” (Eduardo Galeano)
2.- “Señor Barack Obama, su trabajo no es hacer lo que los generales le orienten. Somos un gobierno civilizado. NOSOTROS le decimos al Estado Mayor qué hacer, no al revés. Según el general Washington, así es como debe ser. Eso fue lo que el presidente Truman le ordenó al general MacArthur cuando éste quiso invadir China: “¡Está despedido!” dijo Truman. Y Usted debería haber despedido al general McChrystal cuando éste se dirigió a la prensa para decir lo que USTED debía hacer” (Michel Moore )
El Presidente de Estados Unidos no dice una palabra de los cientos de miles de personas, incluidos niños y ancianos inocentes, que han muerto en Iraq y Afganistán y los millones de iraquíes y afganos que sufren las consecuencias de la guerra.
3.– “Bob” Seldon Lady, el ex jefe de la estación de
4.- “Ahmadineyad, presidente de Irán, subió a la tribuna y dijo serenamente: “Israel es racista”. Los representantes europeos se le echaron encima: “violento, radical, antisemita”. La estrategia legitimadora de Israel, sencilla y brutal, se inscribe en la más acendrada tradición europea: matar, despellejar, masacrar con elegancia y sin aspavientos y escandalizarse luego ante la denuncia, que pone fin a toda posibilidad de diálogo. Decir que las críticas de Ahmadineyad no son constructivas es lo mismo que decir que las bombas de Israel no son destructivas. Entre dos constructivos bombardeos, las destructivas denuncias de Ahmedineyad lo destruyen todo. Y Europa, muy justamente, se indigna no por el racismo de Israel, que acaba de producir 1400 muertos en Gaza, sino por las denuncias de Ahmedineyad, ese racista que acusa de racismo a los asesinos de racistas palestinos. Israel no es racista: sólo mata racistas que, de otro modo, podrían cometer el crimen de denunciar sus crímenes o, por lo menos, de odiar a los israelíes”, (Santiago Alba Rico).
Los representantes europeos, los muy cobardes, abandonaron un vez más la sala por no atreverse a condenar la matanza israelí contra los palestinos.
5.– Veinticinco aniversario del asesinato del pediatra vasco, Santi Brouard, mientras auscultaba a una niña, Maite Asensio, en su consulta perpetrado por el gobierno de Felipe González y su partido del PSOE en retaguardia con pasamontañas y cubriendo las espaldas de los autores materiales. Bodas de plata del asesinato de un independentista vasco. Y bodas de plata de un silencio colaborador, encubridor y de guerra por parte del aparato represivo y judicial. El español. Entre nosotros el asesinato, las desapariciones, la tortura y los malos tratos cuentan desde años con cómplices sin los cuales serían inviables. A su alrededor se teje una red de silencio y mentira pero, lo que es más grave, también de impunidad. En el estado español se ampara al verdugo y se trata de deslegitimar la denuncia de la víctima, imposible sin la colaboración activa del aparato judicial. Es, no cabe duda, una lección amarga la enviada desde el gobierno y sus aparatos: impunidad. La misma que se envía desde los campos de concentración del mundo: ¡perder toda esperanza en la justicia y en los derechos humanos, vosotros, humanos ilusos! Os recuerdo que desde el 18 de abril de 2009 Jon Anza sigue desaparecido desde hace casi un año y, se supone, eliminado secretamente por fuerzas del estado.
6.- “¿Por qué la mentira impresa? Me refiero a esos grandes medios de comunicación que se dicen informativos, que presumen de veraces y honestos, que se jactan de manejarse con pulcra objetividad e independencia, y que no creen, porque no las practican, esas virtudes que aseguran propias. Por ello es que no yerran cuando mienten. Simplemente, cumplen con su papel… cada vez que distinguen, según sean propios o ajenos, entre disidentes o terroristas, entre artefactos o bombas, entre acciones o atentados, entre golpes de estado o destituciones inevitables, entre mandatos que se cumplen o resoluciones que se ignoran, entre elecciones democráticas o votaciones palestinas, entre el entorno de unos y el congreso de otros, entre el comercio de los míos y el tráfico de los suyos, entre mis víctimas y sus bajas, o confunden niños con insurgentes, piedras con fusiles, luchas con matanzas, también entonces los medios cumplen con su papel de tergiversar la realidad para hacer creíble la mentira y confinar al olvido la verdad.
Cuando llaman al expolio, operación; retención al secuestro, maltrato a la tortura; pandemia al negocio; cuando en lugar de crimen ecológico hablan de desarrollo sostenido y sustentable; cuando la destrucción del planeta la definen como progreso, también cumplen con su papel de desinformar.
Y no hay perdón ni disculpa que justifique el yerro porque no se trata de un problema moral o ético, de la corrección de un criterio errado, de una línea de trabajo inexacta… Los grandes medios de comunicación son parte del negocio y, como accionistas, también van a la guerra” (Koldo Campos Sagaseta)
No esperemos sentados
Si seguimos consintiendo que nuestros gobiernos sean tan sumisos, tan criminales, tan mentirosos e inhumanos con otros pueblos, si los demás pueblos del mundo ven que el bienestar europeo es, entre otras, explotación africana sin que nosotros hagamos nada, si consentimos pasivamente que sigan muriendo en nuestras costas huyendo de nuestra explotación… es posible que mañana, muy pronto, los demás pueblos, los pueblos africanos, aprendan nuestro mensaje, nos cierren sus fronteras y comiencen a dispararnos como a conejos.