Iñaki Aginaga, el hombre que pensó la nación

“Iñaki Aginaga, el hombre que pensó la nación” liburua idatzi berri du Luis Mari Martinez Garate idazle iruindarrak, eta asteartean aurkeztuko du, urriak 3, Donostian, Okendoko kultur etxean, arratsaldeko 7etan. Liburua Nabarralde, Herrima eta Iturralde elkarteek argitaratu dute.

1.- Se nos ocurren mil motivos posibles para escribir un libro sobre Iñaki Aginaga. ¿Cuáles fueron los tuyos?

Se puede afirmar con seguridad que Aginaga es un perfecto desconocido en la sociedad vasca actual, así como su pensamiento. Era una personalidad que no permitía la indiferencia. Los que lo conocieron, o bien fueron sus admiradores y seguidores casi incondicionales, o bien sus detractores. Estos últimos se referían más a cuestiones anecdóticas o formales que al contenido de sus planteamientos. Algunos porque atacaba el fondo de su pensamiento, otros por falta de preparación política para recibir un mensaje no simple y, sobre todo, presentado desde la perspectiva de una nación dominada y no desde la hegemónica, dentro de las coordenadas de un Estado dominante.

Este desconocimiento unido a un celoso recelo a quienes pretendían interpretarlo y explicarlo, provocaron que en su vida fuera prácticamente imposible reflejarlo sobre el papel por alguien que no fuera él mismo. La fuerza de su pensamiento exigía que fuera conocido a nivel de divulgación por un público más amplio que el de sus sectores próximos. Esto es lo que principalmente me ha motivado para escribirlo.

El libro consiste, fundamentalmente, en mi lectura y recepción del pensamiento de Iñaki Aginaga Beristain. No es una biografía personal, aunque aparezcan retazos de la misma, pretende ser una biografía intelectual. Por eso mismo, apenas aparecen nombres de personas, salvo que fueran determinantes para su compromiso intelectual y político, como, por ejemplo, Kepa Anabitarte para el caso de ELA-STV.

2.- ¿Cómo está estructurado el libro?

El libro está centrado sobre la situación concreta de una nación sometida al imperialismo. Es nuestra nación, la nación vasca, la que siempre estuvo en el eje de su pensamiento. A partir de nuestro caso fue elaborando un pensamiento más general con una teoría sobre el imperialismo de carácter general.

En su primera parte, el libro está estructurado sobre las tres etapas históricas que vivió nuestro País bajo el fascismo. A estas tres etapas corresponden, en mi opinión, tres fases del pensamiento de Aginaga. Puede ser un tanto arriesgado y simplificador plantear así su pensamiento, pero creo que es bastante didáctico.

La primera fase abarca hasta la muerte del general Franco (1975) en cama y no por la fuerza de la oposición política a su Régimen. En ella se expresa su posición frente al abandono que el Pnv, Ela y otras organizaciones hicieron de lo que Aginaga consideraba como elemento fundamental para una transición de mínimos a un sistema democrático. Era lo que él denominaba principio de la autonomía inmediata. Este principio implicaba que cualquier proceso constituyente en el Estado español posterior a Franco debería incluir la autonomía incondicional de las naciones dominadas por el mismo, sin someterla al principio constituyente del conjunto del Estado. Aginaga ya denunció este abandono por las organizaciones vascas en varios pactos de la ‘oposición española’ y que culminó en Munich en 1962. En esta etapa tienen lugar hechos de tanta trascendencia como el nacimiento de ETA, sobre la que también expresó sus críticas. Los textos están recogidos sobre todo en el boletín Lan Deya de ELA.

La segunda, cubre la etapa que siguió a la muerte de Franco, periodo ‘constituyente’ o que él denominó como transición intratotalitaria, al haber mantenido en su totalidad la estructura jurídica, armada y política en general del franquismo, incluyendo, por supuesto, la organización unitaria del Estado. Los textos están recogidos básicamente en la publicación Iparla.

En la tercera etapa, que se superpone cronológicamente a una parte de la segunda, a partir de 2001, Aginaga, siguiendo la corriente iniciada en Iruñea por las sociedades Iturralde y Nabarralde, asumió con todas sus consecuencias la existencia del reino de Navarra como Estado histórico de los vascos. Planteó su conquista y ocupación por España como origen del conflicto y su no aceptación por nuestro pueblo como soporte jurídico internacional de la reivindicación de su derecho a la independencia. Los textos se recogen en los cuadernos Erresuma.

En ambas fases elabora una teoría general sobre el imperialismo.

El libro incluye una antología de escritos del propio Aginaga y una bibliografía general sobre los asuntos referidos en su texto.

3.- ¿Fue la de Aginaga la mejor explicación de la situación del Pueblo Vasco desde el realismo político?

Una de las características más propias del pensamiento de Aginaga es una perspectiva amoral del conflicto. Todo conflicto político se plantea y resuelve en el contexto de la relación de fuerzas sociales en presencia. No son cuestiones éticas las que determinan si una posición política es adecuada o no. Su visión es la del realismo político más crudo en línea con Maquiavelo, Hobbes, Marx, Lenin o Carl Schimtt. En este punto podía coincidir con Krutwig, aunque el análisis de Aginaga pienso que era más afinado y próximo a la realidad.

Otra cualidad suya fue la perspectiva constante del análisis concreto de la realidad concreta, alejado por completo de apriorismos de tipo doctrinal.

Un punto determinante de su pensamiento fue el modo como planteó la superación de la dicotomía cuestión social / cuestión nacional. Para Aginaga la lucha de clases, el conflicto social, se expresa a nivel internacional. Los partidos socialistas, comunistas, organizaciones obreras católicas etc. plantean siempre el conflicto dentro del marco estatal determinado, sin cuestionar su existencia como producto de conflictos, también sociales, pero a otra escala. Y es en este punto en el que hace acto de presencia el imperialismo. La solidaridad de clase imperial hace que burgueses, obreros y todo tipo de grupos sociales de una nación imperial se unan junto a su Estado frente a las naciones despojadas del mismo. A la inversa, en una nación dominada, los intereses de sus clases populares y su pequeña burguesía, coinciden en la liberación del expolio que supone la dominación imperial.

4.- Visto lo visto, y llegados a este punto, ¿podríamos decir que el tiempo le ha dado la razón?

Aginaga presentó la renuncia de las organizaciones vascas a la autonomía inmediata, previa a cualquier proceso constituyente en el Estado español, como una traición al pueblo vasco. Vistos los resultados del ‘sistema autonómico’ surgido del régimen español tras la muerte de Franco, se puede decir que tuvo una visión certera, cuando sobre todo, consideró que nuestro pueblo tenía fuerza social suficiente para una resolución más favorable a nuestra parte.

Uno de los aspectos de la ideología de ETA criticados por Aginaga estaba relacionado con la dicotomía citada en la pregunta anterior. Todas las escisiones históricas de ETA procedían de la misma. Siempre existía un sector que, abducido por la demagogia obrerista de las organizaciones españolas, pretendía presentar la liberación nacional como respuesta a los intereses de la ‘burguesía’. La lucha nacional era pequeño-burguesa. Las personas y grupos con conciencia nacional fuerte no sucumbían a los cantos de sirena imperiales, pero carecían del armamento teórico necesario para desmontar sus falacias. En ese sentido, el tiempo ha dado la razón a Aginaga por el modo de plantear el conflicto.

5.- ¿Se podría decir que el nivel político de Aginaga era inversamente proporcional al grado de conocimiento de su obra/figura por parte del pueblo vasco?

Afirmar esto de modo tajante, no me parece acertado.

Creo que efectivamente Aginaga es un pensador de gran altura. Del análisis de una situación concreta, la nación vasca, y de otros casos similares de naciones sometidas, llegó a una teoría general de gran interés. No partió, como ya he dicho, de una teoría general y la fue aplicando con calzador a nuestra historia y situación presente, sino que construyó unos conceptos y una teoría de carácter general.

El grado de conocimiento que se tiene en nuestro pueblo sobre el personaje y su obra presenta muchas facetas. Cuando se está acostumbrado a los conceptos y perspectivas dominantes (lo que Billig llama ‘nacionalismo banal’) es necesario un esfuerzo para captar la profundidad de sus tesis.

Su mensaje incomodaba mucho a las organizaciones que decían representar la oposición vasca al franquismo. Muchos banalizaron su pensamiento en momentos críticos. Por ejemplo, su oposición a determinado tipo de movilizaciones y huelgas de finales de los 60 y primeros 70 del siglo pasado, que denunció Aginaga, se basaba en que era la estrategia de la oposición española (el PcE en este caso) y que utilizaba la fuerza y capacidad de movilización de nuestro pueblo en favor de unos objetivos contrarios a sus intereses. Este posicionamiento llevó a algunos a decir que ELA-STV, a través de sus escritos en Lan Deya, era un sindicato opuesto a las huelgas, cuestión totalmente falsa. Era opuesto a determinadas huelgas y movilizaciones que utilizaban a nuestro pueblo como carne de cañón para sus objetivos.

Pero esto sólo no explica su desconocimiento por nuestro pueblo. Como he dicho antes, Aginaga era una persona muy celosa de sus construcciones teóricas y muy perfeccionista a la hora de exponerlas No era fácil conseguir que las compartiera por escrito. Y de modo oral tampoco se daba a conocer, salvo en su primera fase (años 60 del siglo pasado) en Donostia, en la que participó en muy variados debates con grupos sociales y políticos (Pax Christi, partidos diversos –PCE, por ejemplo- y otros)

6.- ¿Por qué no han tenido éxito (hasta el momento) sus ideas?

Tampoco me parece acertado afirmarlo así.

Muchas de sus ideas forman parte del bagaje comunicativo normal en uso en el mundo vasco (abertzale).

Por ejemplo, hablar del ‘nacionalismo` español y francés frente a los que tildan de retrógrado y burgués al nacionalismo vasco, cuando son ellos los auténticos nacionalistas. Lo mismo sucede con el concepto de ‘socialimperialismo’ aplicado a los sedicentes ‘socialistas’ españoles o franceses.

También ha quedado en el imaginario colectivo vasco su planteamiento de la cuestión de la lengua como un hecho no ‘superestructural’, sino subyacente en la ‘base social’, como fuerza productiva directa en terminología marxista. Esta perspectiva destruye la idea de muchos que consideraban, y consideran aún, al idioma como algo perteneciente al ‘mundo cultural’, del mismo modo que la literatura y el arte, y teorizan sobre la idea de que el euskara es un idioma de la burguesía, un idioma burgués, mientras el idioma del proletariado es el español. En este punto pudo coincidir con Txillardegi.

Lo que no ha calado en nuestro pueblo es su visión realista de la política. Seguimos inmersos en un contexto en el que los conceptos de moral y ética, con perspectiva cristiana, se siguen utilizando para analizar la realidad política del sometimiento. Tampoco nuestra sociedad ha sido capaz de dar la vuelta al discurso sobre las ‘víctimas’, en el que seguimos inmersos, con la consiguiente culpabilización de quienes, tal vez equivocados en su perspectiva política ya criticada por el propio Aginaga, pretendían luchar por nuestra liberación.

Iñaki Aginaga (Donostia, 1929-2021) itzaleko intelektual bat izan zen, frankismoan eta trantsizio deiturikoan idatzi eta teorizatu zuena. Zientzia Politikoetako eskola errealistako autoreetatik ikasi zuen (Tuzidides, Makiavelo, Hobbes…), eta bera ere eskola horretan koka dezakegu.

Aginaga mundu mailako joera sozial eta politikoak aztertzeagatik nabarmendu zen, eta bere ukitua eman zien, arreta euskal arazo nazionalean jarrita. Haren obran, kontrako gizarte-indarren arteko borrokak markatzen du une eta leku bakoitzean politika instituzionala.

Klase-borrokaren nazioarteko ikuspegia zuen, eta horretan inperialismoaren kontzeptua txertatu zuen ideia nagusi gisa. Horrek aurrerapen nabarmena ekarri zuen arazo sozialaren eta arazo nazionalaren dikotomia faltsua gainditzeko bidean.

Luis Mari Martinez Garate (Iruñea, 1949) telekomunikazioetako goi-mailako ingeniaria da. Iturralde Azterlan eta Ekimenetarako Elkartea sortu zuen 1994an, beste pertsona batzuekin batera, eta Nabarralde elkartearen sortzaileetako bat da (1999).

Hainbat komunikabidetan idatzi izan du, Nabarralderen “Haria” eta “Kazeta” argitalpenetan batez ere, eta, besteak beste, “Nafarroako historiaren sintesia” eta “Paradigma nafarra” lanak idatzi ditu.

Bada, Gure Berriak Martinez Garaterekin izan da, Iñaki Aginagaz eta liburuaren nondik norakoez jakiteko. Hona hemen zer kontatu digun.

 1.- Mila arrazoi bururatzen zaizkigu Iñaki Aginagari buruzko liburu bat idazteko. Zein izan dira zureak?

Ziur esan daiteke Aginaga guztiz ezezaguna dela egungo euskal gizartean, bai eta haren pentsaera ere. Haren nortasunak inor ez zuen uzten epel. Ezagutu zutenak, edo haren miresle eta jarraitzaile ia itsuak izan ziren, edo haren aurkakoak. Azken horiek, kontrarioek, gai anekdotiko edo formalei heltzen zieten, haren planteamenduen edukiari baino gehiago. Haietako batzuek hala erantzuten zuten Aginagak haien pentsaeraren funtsari erasotzen ziolako; beste batzuek, berriz,  prestakuntza politiko nahikorik ez zutelako haren mezua jasotzeko, mezua ez baitzen sinplea, eta, batez ere, honengatik: nazio menderatu baten ikuspegitik egina zen, eta ez hegemonikotik, estatu menderatzaile baten koordenatuen barrutik.

Ezjakintasun horrek eta, horrekin batera, mezua interpretatu eta azaldu nahi zutenekin zuen mesfidantza handiak ia ezinezko egin zuten Aginaga bizi zen bitartean mezua berak ez beste inork paperera aldatzea. Haren pentsaera, hainbesteko indarra izanik, haren ingurukoei baino publiko zabalago bati ezagutarazi beharra zegoen, dibulgazioaren bidez. Batez ere, horrexek bultzatu nau idaztera.

Liburua, funtsean, Iñaki Aginaga Beristainen pentsaera hartu eta nik haren gainean egiten dudan interpretazioa da. Ez da Aginagaren biografia pertsonala, nahiz eta haren zatiak agertu; haren biografia intelektuala egiten ahalegindu naiz. Horregatik, ia ez da pertsona-izenik agertzen, haren konpromiso intelektual eta politikorako erabakigarriak izan ezean; adibidez, Kepa Anabitarte, ELA-STVri dagokionez.

2.- Nola dago egituratuta liburua?

Liburua inperialismoaren mende dagoen nazio baten egoera zehatzari buruzkoa da. Gure nazioa da, euskal nazioa, beti haren pentsaeraren ardatzean egon zena. Gure kasuan oinarrituta, pentsamolde orokorrago bat osatu zuen, inperialismoari buruzko teoria orokorrago bat.

Lehenengo zatian, liburua gure Herriak faxismoaren pean igaro zituen hiru aro historikoen gainean egituratuta dago. Hiru etapa horiei, nire ustez, Aginagaren pentsaeraren hiru fase dagozkie. Beharbada, arriskutsu samarra eta sinplifikatzea da haren pentsamoldea horrela planteatzea, baina nahiko didaktikoa dela uste dut.

Lehen faseak Franco jenerala hil zen arte hartzen du (1975), zeina ohean hil baitzen, eta ez haren erregimenaren aurkako oposizio politikoaren indarrez. Fase hartan, Aginagak, ikusita Pnv-k, Ela-k eta beste antolakunde batzuek bazterrera uzten zutela berak funtsezko elementutzat jotzen zuena sistema demokratiko batera igarotzeko gutxieneko baldintzak beteko zituen trantsizio baterako —hark berehalako autonomiaren printzipioa zeritzon elementua—, bere jarrera adierazten zuen. Printzipio horren arabera, Francoren ondorengo Espainiako Estatuko edozein prozesu konstituziogilek barnean hartu behar zuen Espainiako Estatuak mendean hartutako nazioen autonomia baldintzagabea, autonomia hori Estatu osoaren printzipio eratzailearen mende jarri gabe. Aginagak lehenago ere salatua zuen euskal antolakundeen abandonu hori, “Espainiako oposizioaren” zenbait itunetan, eta Munichen bururaino eraman zuten, 1962an. Etapa horretan, gauza garrantzitsuak gertatu ziren; adibidez, ETA sortu zen. Eta hura ere kritikatu zuen. Testuak ELAren Lan Deya buletinean daude batez ere.

Bigarrenak Francoren heriotzaren ondorengo aroa hartzen du, garai “konstituziogilea” edo hark trantsizio intratotalitario deitu zuena, oro har frankismoaren egitura juridiko, armatu eta politiko osoa mantendu zuelako, Estatuaren antolaketa unitarioa barne, jakina. Testuak, funtsean, Iparla argitalpenean bilduta daude.

Hirugarren etapa 2001ean hasten da, eta bat egiten du bigarrenaren zati batekin kronologian. 2001etik aurrera, Aginagak, Iturralde eta Nabarralde elkarteek Iruñean hasitako korronteari jarraituz, bere egin zuen, ondorio guztiekin, Nafarroako erresuma euskaldunen estatu historiko gisa existitu zelako ideia. Gatazkaren sorburu gisa, Espainiak erresuma konkistatu eta okupatu izana jo zuen, eta, gure herriak bere independentziarako eskubidea aldarrikatzeko nazioarteko euskarri juridiko gisa, berriz, gure herriak konkista eta okupazio horiek ez onartzea. Testuak Erresuma koadernoetan daude.

Bi fase horietan, inperialismoari buruzko teoria orokor bat landu zuen.

Liburuak, gainera, Aginagaren beraren idazkien antologia bat eta testuan aipatzen diren gaiei buruzko bibliografia orokor bat biltzen ditu.

3.- Aginagak azaldu al zuen ondoen Euskal Herriaren egoera errealismo politikoaren bidez?

Aginagaren pentsamoldearen ezaugarririk berezkoenetako bat gatazkaren ikuspegi amorala da. Gatazka politiko oro dauden gizarte-indarren harremanaren testuinguruan planteatzen eta ebazten da. Ez dute kontu etikoek erabakitzen posizio politikoak egokiak diren ala ez. Haren ikuspegia errealismo politiko gordinenaren ikuspegia da, besteak beste Makiavelo, Hobbes, Marx, Lenin eta Carl Schimtt-en ikuspegiaren ildokoa. Puntu horretan, beharbada, bat zetorren Krutwigekin, baina nik uste dut Aginagaren analisia finagoa zela eta errealitatetik hurbilago zegoela.

Haren beste ezaugarri bat errealitate zehatzaren azterketa zehatzaren etengabeko ikuspegia izatea izan zen, zeina apriorismo doktrinaletatik erabat aldenduta baitzegoen.

Haren pentsaeran, puntu erabakigarri bat arazo sozialen eta arazo nazionalaren dikotomia gainditzeko modua izan zen. Aginagaren ustez, klase-borroka, gizarte-gatazka, nazioarte-mailan adierazten da. Alderdi sozialistek, komunistek, langile-antolakunde katolikoek eta abarrek estatu-esparru jakin baten barruan planteatzen dute beti gatazka, eta ez dute zalantzan jartzen estatu-esparru jakin horren existentzia hutsa gatazka-iturri denik, baina gatazka sozialak dira horiek ere, beste eskala batekoak. Eta puntu horretan agertzen da inperialismoa. Klase inperialeko elkartasunak batu egiten ditu burgesak, beharginak eta nazio inperialeko mota guztietako gizarte-taldeak beren estatuaren inguruan, estatua kendu zaien nazioen kontra. Alderantziz, nazio menderatuan, klase herrikoien eta burgesia txikiaren interesak bat datoz menderakuntza inperialak dakarren espoliaziotik askatzeko.

4.- Ikusitakoak ikusita, eta puntu honetara iritsita, denborak arrazoia eman diola esan genezake?

Espainiako Estatuan edozein prozesu konstituziogile hasi aurretik euskal antolakundeek berehalako autonomiari uko egin izana euskal herriari egindako traiziotzat aurkeztu zuen Aginagak. Franco hil ondoren Espainiako erregimenetik sortutako “sistema autonomikoaren” emaitzak ikusita, esan daiteke asmatu zuela; batez ere, pentsatu zuenean gure herriak nahikoa indar sozial zuela guretzat konponketa onuragarriago bat lortzeko.

Aginagak ETAren ideologian kritikatzen zituen alderdietako bat lotuta zegoen aurreko galderan aipatutako dikotomiarekin. ETAren zatiketa historiko guztiak hartatik zetozen. Beti zegoen sektore bat, antolakunde espainolen demagogia obreristak abduzituta, nazio-askapena “burgesiaren” interesen erantzun gisa aurkeztu nahi zuena. Borroka nazionala burgesia txikiarena zen. Nazio-kontzientzia indartsua zuten pertsona eta taldeak ez ziren erortzen inperioko sirena-kantuen mende, baina ez zuten haien falaziak desegiteko behar zen armamentu teorikorik. Alde horretatik, denborak arrazoia eman dio Aginagari gatazka planteatzeko moduagatik.

5.- Esan al daiteke Aginagaren maila politikoa eta Euskal Herriak haren obraz edo figuraz zuen ezagutza alderantziz proportzionalak zirela?

Hori zorrotz esatea ez zait egokia iruditzen.

Uste dut, benetan, Aginaga maila handiko pentsalaria dela. Egoera zehatz bat aztertuta —euskal nazioa, alegia— eta menderatutako nazioen antzeko beste kasu batzuk aztertuta, interes handiko teoria orokor batera iritsi zen. Ez zen, esan dudan bezala, teoria orokor batetik abiatu eta gero hura nola edo hala gure historiari eta oraingo egoerari aplikatzen saiatu; aitzitik, kontzeptu batzuk eta teoria orokor bat eraiki zituen.

Gure herrian pertsonaiari eta haren obrari buruz dagoen ezagutzaren neurriak alderdi asko ditu. Kontzeptu eta ikuspegi nagusietara ohituta dagoenak (Billig autoreak “nazionalismo hutsala” deitzen duen horretara, alegia) ahalegin bat egin behar du haren tesien sakontasuna atzemateko.

Haren mezuak deseroso jartzen zituen frankismoarekiko euskal oposizioa ordezkatzen zutela zioten antolakundeak. Askok banalizatu egin zuten haren pentsamoldea une kritikoetan. Adibidez, Aginaga aurreko mendeko 60ko hamarkadaren amaierako eta 70eko hamarkadaren hasierako mobilizazio eta greba mota jakin batzuen aurka agertu zen, eta salatu egin zituen, horiek Espainiako oposizioaren estrategia zirelakoan (PcE partiduarena kasu horietan) eta gure herriaren indarra eta mobilizatzeko gaitasuna gure herriaren beraren interesen aurkako helburuen alde erabiltzen zituztelakoan. Aginagaren jarrera horren ondorioz, batzuek esan ere egin zuten ELA-STV, Lan Deyan idatzitako idazkietan oinarrituz, greben aurkako sindikatu bat zela, eta hori guztiz faltsua zen: gure herria Espainiako oposizioaren helburuetarako kanoi-bazka gisa erabiltzen zuten greba eta mobilizazio jakin batzuen kontrakoa zen.

Baina horrek bakarrik ez du azaltzen gure herriak zergatik ez duen ezagutzen. Lehen esan dudan bezala, Aginaga oso pertsona jeloskorra zen bere eraikuntza teorikoetan, eta oso perfekzionista zen horiek azaltzeko orduan. Ez zen erraza hark bere teoriak idaztea eta partekatzea lortzea. Eta ahoz ere ez zuen bere burua ezagutzera ematen, lehen fasean izan ezik (joan den mendeko 60ko hamarkadan), Donostian, non askotariko eztabaidetan parte hartu zuen talde sozial eta politikoekin (Pax Christi, hainbat alderdi –PCE, adibidez– eta beste batzuk).

6.- Zergatik ez dute arrakastarik izan (orain arte) haren ideiek?

Hori esatea ere ez zait egokia iruditzen.

Haren ideietako asko euskal munduan (abertzalean) normal erabiltzen den komunikazio-ondarearen parte dira.

Adibidez, “nazionalismo” espainol eta frantsesaz hitz egitea euskal nazionalismoa atzerakoi eta burgestzat jotzen dutenen aurrean, haiek baitira benetako nazionalistak. Gauza bera gertatzen da “sozialinperialismo” kontzeptuarekin, zeina beren buruari oker “sozialista” espainol edo frantses deitzen diotenei aplikatzen baitzaie.

Euskal iruditeria kolektiboan geratu da, halaber, hizkuntzaren gaia ez dela “gainegiturako” gertaera bat, baizik eta “oinarri sozialaren” azpian dagoena, zuzeneko indar produktibo gisa, terminologia marxista erabiliz esanda. Ikuspegi horrek suntsitu egiten du hizkuntza —literatura eta artea bezalakoa balitz bezala— “kultur mundukotzat” jotzen zuten eta oraindik jotzen duten askoren ideia, zeinek teorizatu egiten baitute euskara burgesiaren hizkuntza delako eta hizkuntza burgesa delako ideiarekin eta espainola berriz proletarioen hizkuntza delako ideiarekin. Puntu horretan, beharbada, bat etorri zen Txillardegirekin.

Aginagak politikaz zuen ikuspegi errealista izan da gure herriak barneratu ez duena. Mendekotasunaren errealitate politikoa aztertzeko, oraindik moralaren eta etikaren kontzeptuak erabiltzen dira, kristau-ikuspegi batetik, eta testuinguru horretan jarraitzen dugu murgilduta. Gure gizartea ez da gai izan “biktimei” buruzko diskurtsoari buelta emateko ere. Diskurtso horretan murgilduta jarraitzen dugu, eta, horren ondorioz, erruduntzat jotzen dira gure askapenaren alde —nahiz eta, agian, ikuspegi politikoan nahasturik— borrokatu nahi zutenak, zeinen ikuspegia Aginagak berak jada kritikatua baitzuen.