¿La Cataluña independiente tendría que contar con un ejército convencional? Esta semana el tema ha estado relativamente presente en los foros de debate. En buena parte, lo ha favorecido la inclusión de una resolución (una entre otras muchas) en la asamblea del Reagrupament de Joan Carretero, donde se ha reclamado sin complejos la creación de un cuerpo armado en una futura República Catalana.
Como suele pasar, los más unionistas lo han criticado, lo han descartado e incluso ridiculizado. Se trata de gente que encuentran naturalísima una cosa como el Tercio de la Legión española (un club que festeja la muerte con cabra y todo), pero no encuentran imaginable que Cataluña pueda disponer de una organización de defensa nacional normal y corriente. Bien, no hay que sufrir por este tipo de personal, son los mismos que en su día se tuvieron que tragar con patatas bravas la creación del cuerpo de Mossos d’esquadra.
Al otro lado tenemos los catalanistas y catalanísimos que se proclaman pacifistas. Son buena gente, que querrían un país desarmado de aquí a la eternidad, y que empezarían su sueño de un mundo desmilitarizado precisamente, mira cómo son las cosas, por este modesto rincón del planeta. Los tenemos que agradecer de todo corazón la iniciativa, y creo que comparto la base genética de esta peña, porque todo aquello que ha llevado uniforme nos ha chafado históricamente, desde el duque de Berwick hasta el general Franco, sin olvidar Espartero y el gran intelectual Primo de Rivera. El antimilitarismo, en nuestra casa, es más fuerte incluso que la tradición anticlerical.