La policía española, como brazo ejecutor de
Esta operación, como fue la detención de Otegi y otros dirigentes abertzales, parece ser la respuesta a las diferentes voces que se alzan en estos días dentro y fuera de los partidos políticos, sindicatos y organizaciones sociales y culturales vascas, las cuales, apuntan por un lado a articular un bloque soberanista, independentista, progresista de izquierda de cara al futuro, y cuyo objetivo final, sea lograr resolver por las vías civiles, políticas, pacificas y democráticas el contencioso político vasco.
La violencia siempre ha sido el argumento del nacionalismo constitucional español para negarse sistemáticamente a debatir sobre el conflicto vasco. Pero la curiosidad del comportamiento de los nacionalista españoles, está determinada en la falta de respuestas cuando la vías políticas, civiles y democráticas emergen como una realidad para comenzar a dialogar, como alguna vez ocurrió en Irlanda.
Creo firmemente que vale la pena debatir sobre la necesidad de dar vuelta la hoja, poner fin al conflicto, y garantizar un futuro de paz y progreso para las generaciones venideras. Pero indudablemente, al nacionalismo español este escenario lo deja sin argumentos sólidos, con lo cual, las detenciones forman parte de una provocación, cuyo único fin, es lograr que de comienzo nuevamente una espiral de violencia en Hegoalde, y de esta manera, llevar a su terreno favorito nuevamente el conflicto vasco.
De momento, creo que los soberanistas vascos deben actuar con suma inteligencia, seguir apostando al debate iniciado en los últimos tiempos, haciendo frente a quienes niegan los derechos civiles y políticos a los ciudadanos y ciudadanas vascas, con la razón que nos asiste, y con una rama de olivo en la mano tendida de miles y miles de vascos, que le anuncian a todo el mundo, que quieren ejercer su derecho a decidir.