Entrevista con el economista y ex-diputado en el Parlamento de Cataluña sobre la actualidad política
Nos encontramos al economista Germà Bel en el despacho de la UB donde trabaja escuchando música de Coldplay a todo trapo. Las notas de ‘Viva la vida’ se cuelan por un pasillo vacío. Bel escribe un correo electrónico en inglés hacia Polonia. Espera que termine, ¡un momento! ¡Ahora empezamos!’ Y mientras escribe y escucha, nos habla: ‘Yo no sé trabajar y vale. Tengo que hacer cosas a la vez. Estudiaba los apuntes mientras estaba en la tarima haciendo de DJ en las Cases d’Alcanar. Y música a todo trapo, sí’. Es miércoles y hemos venido a hablar con Germà Bel, militante del PSC de 1980 a 2004, ex-diputado de Juntos por el Sí y economista con una cabeza a cien por hora y mirada inquieta. Queremos hablar de la investidura de Pedro Sánchez, del acuerdo ERC-PSOE, de las elecciones catalanas y del futuro de la economía. Y nos encontramos un Germà Bel muy contrario a la investidura de Pedro Sánchez.
– Valore me acuerdo ERC-PSOE, por favor.
– Entiendo que mostrar diálogo y flexibilidad es algo agradable. Y entiendo que hay gente que necesita un paréntesis. Pero no creo que el acuerdo sea efectivo.
– ¿Por qué?
– Porque si la izquierda española sabe que puede gobernar España sin enderezar la cuestión catalana, no la abordará. ¿Por qué debe hacerlo? Puede restarle apoyo en el resto de España. Y cuando el PSOE no enderece la cuestión, Podemos dirá que es lógico: no se podía hacer porque no tenían suficiente fuerza. Yo creo que las ideas de Pedro Sánchez sobre la cuestión catalana son las que exponía cuando decía que Torra era un racista. Se añadió a esa idea. Respecto a Cataluña, Sánchez es práctico. Si reprimir le es práctico, reprimirá. Si le es práctica la apertura, la mostrará. Si decir ‘federalismo’ es práctico, lo dirá. Y si no, no.
– Si no se hacía el acuerdo, el riesgo era un gobierno del PP.
– No creo que los del PP sacaran más de cuatro ojos. Zoido no ha sido más duro que Marlaska.
– El riesgo también era la ultraderecha.
– Si alguien cree que Vox ejecutaría gente en las cunetas, entonces se hace bien al intentar evitar a toda costa el riesgo. Pero yo no creo que Vox ejecutara gente. A Vox lo veo más como un Salvini o el Front National francés. El riesgo de ver a gente ejecutada en las cunetas explicaría el gesto de olvidarlo todo y entregarse al PSOE. Pero este riesgo no lo veo. Sucede que a quien quiere usar el temor para explicar sus acciones, atemorizarse le resulta muy fácil. Y otra cosa que veo que a la gente le da miedo, y a mí no: una intervención institucional. Esto ocurre cuando no se dice. Cuando se dice, no pasa.
– Gracias al acuerdo, el PSOE depende de los votos de ERC.
– No es cierto. ¿Qué hará ERC? ¿Tumbará el presupuesto al PSOE y dejará que Vox llegue al gobierno? ¿Hará caer al PSOE con el peligro de la ultraderecha? Ya somos adultos. ERC es irrelevante a partir de ahora. Y no tiene margen para no aprobar el presupuesto. Porque si no lo aprueba… ¡serán culpables de que venga la derecha!
– Con el acuerdo han conseguido una mesa de negociación.
– Todos sabemos qué es la mesa de Ikea que compren. Si quieres que te escuchen, esto se arregla con un ‘Tinder’. Para eso sirven. Las mesas de negociación no son para escucharse y basta. Pero en política todo necesita su tiempo. Aceptémoslo. Hacen falta unas semanas para ver el ‘andante’ que lleva. Pero ahora imagínate que pasan varias semanas y no hay ningún resultado de la mesa (lo que no sorprendería a nadie, ni los partidarios ni los detractores). Entonces, sin resultados, viene el presupuesto, ¿y qué harán? ¿Votar en contra? ¿Y que vengan los de Vox?
– ¿Habría investido a Sánchez?
– No.
– ¿Es de los de ‘cuanto peor, mejor’?
– No. Para mí lo peor es la visión de Sánchez sobre Cataluña: un conflicto de convivencia entre los catalanes. Todo lo encapsula aquí. Yo no le habría investido. Insisto, si la izquierda española sabe que puede gobernar sin enderezar el problema, no lo hará. Y no hablo de la independencia. Hablo de ir más allá de Ikea. El PP tenía una política para Cataluña: eliminar el conflicto. Sánchez dice que el conflicto es entre los catalanes. Y yo no tengo que hacer nada. Sánchez es peor que el PP.
– El pacto PSOE-ERC también les trae problemas a los socialistas. El problema de convivencia lo empiezan a tener ellos.
– Voy más allá. Siempre lo han tenido. La cuestión catalana ha creado un problema de convivencia allí. Aquí, no. Aquí, de identitarismo entre gente hiperidentitaria española que creen que para ser amigos debemos tener el mismo pasaporte. Esto es señal de que no se han dado la vuelta. A Sánchez lo ves cuando dice lo que piensa libremente, no cuando necesita los votos. Sánchez no ha formulado nunca una política más allá de vaguedades. Y el PP, sí. Y la represión ha sido más dura con el PSOE.
– El pacto lleva s los socialistas a la tensión y presión políticas.
– No. Lo que los hacía estar con tensión y presión era la no investidura. Era la muerte de Pedro Sánchez. Una vez investido, adios presión para Pedro Sánchez.
– ¿Le pueden hacer una moción de censura.
– No, inisisto en eso: ERC, Podemos y el resto no votarán moción porque sería arriesgarse a que Vox suba al gobierno, ¿no?
– ¿Cuáles serían los pasos siguientes, por parte del PSOE, sobre Cataluña?
– El PSOE con la cuestión catalana lo tendría fácil. Empecemos con Torra. Pueden poner un recurso de inconstitucionalidad con suspensión cautelar del artículo de la LOREG que permite que la JEC inhabilite a Torra. Y efectivamente ha habido un golpe de estado jurídico. Y por lo tanto han de desmantelar el órgano. Y eso ya es más difícil. Pero, en el fondo, la prioridad debería ser eliminar de arriba abajo lo que ha quedado del franquismo, incrustado en el sistema judicial.
– Y en el segundo caso, Oriol Junqueras. ¿Qué debería hacer el PSOE?
– Pues el PSOE tiene que abrir la puerta de Junqueras. Aquí hemos olvidado que el TJUE ha anulado una sentencia y ha tenido la amabilidad corporativa de decir al Supremo que actúe. Pero la sentencia ya ha sido anulada por el órgano competente. Un gobierno normal en Europa iría a ver a los que tienen la llave y diría: ‘Abran, que la sentencia de Junqueras ha sido anulada’. Sucede que la UE no tiene fuerza coercitiva, en sentido físico.
– Me ha hecho ver el doble juego del PSOE y afines en el caso de inhabilitar al president Torra.
– En la estructura territorial de España el PSOE es un partido conservador. Y en los órganos institucionales siempre hay miembros próximos al PSOE que acaban haciendo el juego al ‘status quo’. Lo vimos con el estatuto, cuando los magistrados azañistas del PSOE pactaron con los del PP, y lo hemos visto ahora con la JEC y el presidente Torra. Una magistrada, Ana María Ferrer, promovida por Rubalcaba, y que el PSOE promovía hace un año para ser vicepresidenta del Supremo, ha votado a favor de inhabilitar a Torra. No es la derecha y basta. El PP es ‘status quo’ y el PSOE también lo es, cuando toca. Quiero recordar que el Constitucional y el Supremo avalaron la doctrina Parot: aplicar con carácter retroactivo cambios desfavorables al condenado. Y que yo recuerde, fuera de sistemas abiertamente nazis, ni Mussolini se atrevía, este es un sistema que no se utiliza. Son un grupo de prevaricadores. Aquel día el sistema se derrumbó.
– Juntos por Cataluña acabará entrando en la mesa de negociación. Con ERC les diferencia la retórica. En los hechos, ambos en la mesa.
– No me toca hacer partidismo. Sí que creo que si hay mesa de negociación, debe ser entre gobiernos. Y alucinaría mucho si ahora Juntos dijera que no van. Una cosa es que no quisieran la investidura. La otra es que ha sido, y con mesa de negociación cambia el escenario. El marco es nuevo. Y espero que la operación no democrática de echar Torra, no funcione.
– Avanzar elecciones catalanas. ¿Cómo lo ve?
– ¿Para hacer qué? ¿Para cambiar al interlocutor y reemplazar a Torra? Miren, la operación Torra es la operación de deshumanización más grande que he visto nunca. Segundo, que se calcen los que vienen detrás. Todos esos que tienen fotos con el cartel de ‘España nos roba’, y que ahora quieren llegar después de Torra, ¿qué esperan cambiando a Torra? ¿Que mejorará? ¡Ellos harán igual para sí mismos! ¿Por qué hay que cambiar gobierno? ¿Es que no hay mayoría parlamentaria? ¿El presupuesto no se negocia? Los partidos del gobierno, ¿se van? ¿Verdad que no? El momento de las elecciones para ver el peso de cada uno era en marzo de 2018. Después de no investir a Puigdemont, incumpliendo un acuerdo, se debía decidir quién marcaba el paso. Decidieron que no hacían elecciones y que nadie mandaba del todo. Y que harían un gobierno efectivo, cuando todo el mundo sabía que no depende del gobierno el ser efectivo. Depende de la administración. Y en las escuelas se enseñaba y en los hospitales se operaba. La administración funcionaba. Quisieron un gobierno para mantener las subvenciones, los sueldos, y evitar una intervención. Entonces ahora, ¿para qué elecciones? ¿Para saber quién manda? ¿Si antes decidieron que no mandase nadie? Hombre, por favor.
– Usted es economista. ¿Habrá contracción económica?
– Lo digo desde abril. La etapa más larga sin contracción en Estados Unidos es la de ahora. Desde que hay series históricas. Si los ciclos no han dejado de existir, fechados desde los faraones, lo importante no es saber si la hay (porque la hay) sino cómo te encuentra. Y en 2008 la deuda pública española era del 36%. Y ahora es del 97%. Ahora la UE ya ha pedido equilibrar el presupuesto. Es decir, reducir gasto o aumentar impuestos. La contracción tiene efectos sobre los puestos de trabajo o la fiscalidad. Será un gran test para el gobierno de coalición PSOE-Podemos. Esto, y no ERC, podría ser un problema para el PSOE. Cómo afrontar el ciclo económico con Podemos o sin para el PSOE no es el mismo. ¿Cómo lo gestionarán? Cuando pase esto, lo de Cataluña será irrelevante porque los catalanes habrán decidido que ha dejado de ser relevante.
– ¿Los catalanes mismos habrán decidido que lo sea?
– Sí.
– Le veo pesimista.
– Acabamos de investir un presidente español que tiene como máxima que existe un conflicto entre catalanes. Tú mismo.
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