La economía vasca presenta una riqueza de recursos humanos que no tiene correspondencia salarial
La estructura productiva del régimen fordista, vigente en las tres décadas siguientes a
El libro de Antón Borja «Euskal Herriko Ekonomiaren Historia» (Gaiak, 2009), ofrece una precisa documentación sobre la actividad económica del país en todas sus fases históricas y, hecho novedoso, en todos sus territorios. Utilizo sus últimos capítulos para ilustrar estas notas sobre el fordismo y el posfordismo vascos.
Desde principios del siglo XX, el carácter primo-exportador de Bizkaia, con una producción de hierro de 5 millones de toneladas en 1902 de la que se exporta el 91%, se compensa con la formación endógena de gigantes industriales como Altos Hornos de Vizcaya (1902), Euskalduna (1900) y
En Iparralde existen muchas pequeñas explotaciones agrícolas de propiedad colectiva. La industria supone el 26% de la riqueza, con empresas conserveras, de zapatos… Las Forjas del Adour emplean 1.700 trabajadores. Predomina el sector servicios, con su punta de lanza en el turismo. En Hegoalde, el crecimiento industrial inducido por los Planes de Estabilización de 1959 dibuja entre 1960 y 1975 un fordismo real pero artificial y vulnerable. El sector primario desciende del 7,9% del PIB al 3,9%. El campo se industrializa en lo que permite la orografía. El sector pesquero es importante, con 15.000 trabajadores en 1972. El Instituto Nacional de Industria (INI) concentra el sector naval en Astilleros Españoles. Las acciones concertadas difunden un gigantismo industrial en sectores, como el siderúrgico y el naval. La industria constituye en estos años el 52% del valor añadido. Cuando la amortización de los créditos a bajo interés exija la sustitución del crédito público por el privado se producirá el desastre. La población vasca crece en el sur entre 1960 y 1975 de 1.765.525 habitantes a 2.558.809, un 27,5% de crecimiento por la mano de obra inmigrante.
El posfordismo, con sus secuelas de fragmentación empresarial y terciarización, coincide con la crisis de mediados de los años 70, la cual azota una estructura económica basada en el monocultivo industrial. En AHV, en la producción no integral de acero común, en los aceros especiales, se hace evidente el exceso de capacidad. En Hegoalde, el empleo en el sector primario pasa entre 1955 y 1985 del 12,8% al 3,2%; en la industria desciende del 48,3% al 42,4 %; en servicios aumenta del 33,6% al 50, 3%. El paro se dispara del 3,3% en 1975 al 22,8% en 1985. En 1990 se han perdido 150.000 empleos en
En el periodo 1985-2008 alternan dentro de la atonía fases de relanzamiento (1985-91), de recesión (1992-93), de crecimiento oscilante… Pero las mejorías tienen pies de barro, pues descansan en la construcción. La población asciende levemente entre 1975 y 2007, de
El sector primario tiene una importancia reducida en
La producción siderometalúrgica típica del fordismo sigue teniendo su peso; en los años 2000-2003 genera del 30 al 32% del valor añadido bruto y ocupa el 34% del empleo industrial. En
Las exportaciones se centran por consiguiente en productos de medio y bajo nivel tecnológico. Mejora en todo caso la situación competitiva en el mercado mundial de las herramientas y la maquina-herramienta, con Alemania como principal mercado de las fresadoras vascas. La dimensión media de la empresa -rasgo éste posfordista- es muy pequeña.
Borja define como déficits de la economía vasca su poca diversificación productiva, la escasa mejora tecnológica de gran parte de las PYMEs y sectores industriales tradicionales, y la vulnerabilidad del tejido industrial ante los desafíos de
Gana importancia la producción de automóviles y sus componentes, sobre todo en Nafarroa, donde Volkswagen concentra 5.000 empleos. En
Como en todas las sociedades posfordistas predomina el sector servicios, subiendo en
La economía vasca presenta una riqueza de recursos humanos que no tiene correspondencia salarial. La cualificación del personal y las políticas de formación profesional, ocupacional y educativa han generado una alta productividad por persona, 115,1 contra la media europea de 100. Pero el crecimiento de las retribuciones se mantiene por debajo del de la productividad, descendiendo entre 1993 y 2003 del 55,4% al 50,3% del PIB. Aumenta el papel sociolaboral de las mujeres, las cuales han ocupado en la década de 1983-2003 el 60% de los nuevos empleos. Se concentran en los estratos de baja remuneración del sector servicios, y son golpeadas por el paro un 50% por encima de los hombres.
El fordismo de Iparralde es periférico, caracterizado por una industria dependiente y débil, la hipertrofia de un sector servicios polarizado en torno al turismo, y una fuerte descompensación de su población (275.000 personas) a nivel territorial y de grupos de edad. Los mayores de 60 años, 27% de la población, son más que los menores de 20 años, el 21%. La mayoría de los habitantes, un 67%, se concentra en la costa; mientras que Nafarroa Beherea y Zuberoa pasan entre 1975 y 2001 de
En el útil libro de Antón Borja queda un capítulo por escribir: la formación de los clusters, agrupaciones en red de industrias y servicios, su ubicación territorial en esa economía de valles que es Euskal Herria, y los intercambios y flujos existentes entre ellos. Desde aquí animo cordialmente al autor a proseguir su empeño.