Hace tiempo que escucho y leo cosas tan sorprendentes sobre asuntos tan importantes para nuestra vida colectiva que al principio pensé que o bien se decían en broma o bien con alguna finalidad oculta que yo era incapaz de entender. El paso del tiempo, y la repetición pesadísima de afirmaciones sorprendentes, sin que nadie se ría ni se revelen intenciones más profundas, me han llevado a pensar que las cosas que decían y dicen deben entenderse tal como las dicen y decían, como afirmaciones hechas a lo bruto, como el humo que acompaña un espectáculo de magia. Desde entonces mi sorpresa no ha disminuido sino que ha ido creciendo de día en día hasta hacerse casi incontenible. Por eso quiero hablar aquí de ello.
¿O no es sorprendente que algunos digan y repitan que los partidos que se han puesto de acuerdo sobre la consulta «saben» que no se hará? La afirmación no va acompañada de ninguna prueba, de ningún testigo, de ninguna grieta. Pero, ¿creen de verdad que si lo supieran se prestarían a hacer un ridículo tan espantoso como el de convocar una pregunta y una fecha fijas? Quizás algunos temen, por qué no, que la consulta «se quiera impedir», porque parece que, de momento, las cosas por aquí van por el otro lado. Pero ellos saben que «se querrá hacer» y, por tanto, están absolutamente decididos a hacerla. El «saben que no se hará» tiene sencillamente mala fe: se quiere hacer creer a la población que sus dirigentes les «engañan», y así se dice también una y otra vez. La denuncia, sin embargo, de un engaño se debe demostrar, si no, es una falsa denuncia. O es, si queremos ser benévolos, una pura ficción, que resulta muy extraña en aquellos que parece que quieran hablar claro y quieran desmontar las mentiras ajenas. Realmente, una ficción sorprendente.
¿Y no es también sorprendente que algunos pidan elecciones anticipadas cuando saben -estos sí lo saben, o deberían saber- que, si hay elecciones anticipadas, servirán para que el pueblo se pronuncie como si fueran un referéndum? ¿Por qué las piden si esto va contra sus intereses, si el referéndum es lo que ellos quieren evitar de cualquier manera? Creo que lo hacen porque ya no saben qué hacer. Pero también podría ser que lo hicieran porque quieren hacer creer que su electorado se movilizaría en unas elecciones y les daría el control del Parlamento. Claro que no es eso lo que dicen las encuestas, todas las encuestas, sin excepción. Y, como se trata de grupos que no se aburren, no puede ser que quieran elecciones por mucho que lo digan. Se trata, pues, de otra ficción, de una ficción sorprendente.
También es muy sorprendente que algunos hayan querido ver no sé qué curvas semánticas en las palabras navideñas del rey de España. Como si el rey propusiera algún entendimiento, quizás a través de algún pacto constitucional. Pero, ¿es que no saben que los discursos del rey los vigila el partido que está en el gobierno, en este caso el PP? ¿Y no sabemos -sí, lo sabemos- que el PP no quiere ningún acuerdo, ningún diálogo, ni ninguna reflexión sobre la consulta soberanista, y que ni el PP ni el PSOE no quieren ningún cambio constitucional en este sentido? ¿Qué creen, pues, que quería decir el rey? Es cierto, que nunca se sabe muy bien lo que quiere decir, pero está claro que sus palabras no iban por ahí. Interpretar que propone una especie de mediación es ficción, pura ficción, ficción sorprendente, bien real.
Lo de la tercera vía es particularmente llamativo. Algunos han inventado la posibilidad de una vía que los que deberían llevar a cabo ya han declarado solemnemente -por activa, pasiva y perifrástica- que es imposible. Que algunos tengan ganas, no lo niego. Que sea posible, lo negamos rotundamente yo y nuestra circunstancia. El otro día, sin embargo, un diario barcelonés hizo una buena al respecto. En una encuesta preguntaba si se estaba de acuerdo con el pacto fiscal para Cataluña. ¿Pero, quién propone, quien plantea el pacto fiscal? ¿No hemos dicho que el gobierno español se opone frontalmente? ¿Cómo se pueden tratar al mismo nivel el deseo de independencia, la oposición a la independencia y el pacto fiscal? Preguntar sobre esto último es como preguntar si alguien quisiera que no hubiera parados. ¿Por qué no lo preguntan en ninguna encuesta? Porque en estos momentos es, muy lamentablemente, una pregunta inútil.
Parece, sin embargo, que la ficción gusta, para despistar, deslumbrar y enredar el debate serio. Sobre todo en estas fiestas pediría a los amantes de la ficción que organizaran sesiones gratuitas para los niños con películas de Walt Disney.
ARA