Ética

Una de estas pasadas mañanas escuchaba Simplicius una tertulia de radio en la que hablaban de ética en relación a la penúltima porquería financiera cometida por un miembro relevante del actual partido de gobierno en el estado español. La última es la del presidente de la Diputación de Valencia ¡Qué raro! En todo caso Simplicius se da prisa en terminar este escrito, para que le dé tiempo de mandarlo antes de tener que cambiar penúltima por antepenúltima. En esa tertulia, se daban varias explicaciones o definiciones de la palabra ética, todas ellas seguramente de ortodoxia impecable. Pero Simplicius ha echado en falta las más simples, las que entiende la gente del pueblo. La gente que a lo mejor no ha oído nunca la palabra ética, pero sí sabe lo que son decencia y vergüenza, porque son sentimientos del alma y el alma como decía Calderón solo es de Dios. Decencia, vergüenza son la ética para la gente. Son la ética para Simplicius, a quien en este momento le vienen a la memoria, aquellos estupendos versos del gran poeta argentino José Hernández, que por boca de su Martín Fierro nos dice, Muchas cosas pierde el hombre/ Que al cabo las vuelve a hallar/ Pero les puedo enseñar/ Y es bueno que se lo aprendan/ Si la vergüenza se pierde/ Jamás se vuelve a encontrar.

DEIA