Entrevista a Muriel Casals

«50 años después, debemos hacer frente a nuevos retos»

A Muriel Casals se la ve joven y llena de vida, con confianza en sí misma y en la gente que lidera Òmnium todo el territorio. Después de 50 años de trabajo intenso, los retos de Òmnium son diferentes, pero el compromiso (lengua, cultura y país) es el mismo.

El 11 de julio Òmnium Cultural hará 50 años y a la vez hará un año de la gran manifestación de Barcelona. ¿Qué balance podemos hacer?

La palabra que mejor resume las dos efemérides es necesario . En 1961, Òmnium nació porque era necesario, casi como una pequeña administración catalana, porque en aquel momento no se podían hacer clases de catalán, no se enseñaba la historia de Cataluña. Òmnium vino a suplir esta carencia con muchas dificultades, a veces clandestinamente y a escondidas, porque había que «salvar el palabras» como decía Espriu, mantener la lengua y la cultura catalanas. Y el año pasado, contribuimos a organizar una gran manifestación que era muy necesaria, como se demostró con una participación masiva que desbordó todas las previsiones.

También ha hecho un año que tomó el relevo de Jordi Porta al frente de la institución. ¿Cómo lo ha vivido?

Hemos tenido mucho trabajo, pero yo ya lo sabía. Ya era miembro de la junta de Jordi Porta y sabía dónde me metía. Estoy muy contenta porque tenemos una institución muy sólida, muy arraigada en el territorio, con miles de socios y con nuevos retos por delante.

Una entidad que lleva 50 años ¿no corre el riesgo de anquilosarse?

Es un riesgo que nosotros no hemos sufrido. Basta dar una vuelta por la sede central de Òmnium o por las delegaciones territoriales para encontrar un montón de gente joven, con muchas ganas de hacer cosas, con proyectos interesantes y estimulantes. Aquí cabe todo el mundo, de todos los orígenes y de todas las edades, y hoy podemos decir que Òmnium es una entidad joven y dinámica.

Los retos que impulsaron la creación de Òmnium ya no son los mismos. Ahora tenemos nuevas generaciones educadas en catalán. ¿Cuál debe ser el trabajo de los próximos 50 años?

Es cierto que se han hecho muchos progresos, pero sería un error caer en la trampa de creer que la lengua y la cultura ya no sufren ningún peligro o dificultad.Aunque vivimos en un ambiente hostil, y la llegada de nuevos catalanes nos plantea nuevos retos. Hace 40 o 50 años fuimos capaces de absorber una gran ola inmigratoria y hoy vemos como los hijos de aquella ola son catalanes de pura cepa que han contribuido decididamente a salvar el catalán. Ahora nos toca hacer frente a un nuevo desafío, quizás incluso más grande, con una oleada inmigratoria más grande y más diversa. Debemos ser capaces de integrarlos a nuestra lengua ya nuestra cultura.

Ha pasado un año de la gran manifestación de Barcelona, ​​pero no parece que hayan cambiado muchas cosas, ¿verdad?

Yo creo que sí, que ha habido un antes y un después. Desde Òmnium hicimos un gran esfuerzo para conseguir que se dejaran de lado las diferencias personales y de partido y el resultado fue todo un pueblo volcado a la calle para reclamar el derecho a decidir. Hoy creo que, en diferentes grados, los partidos reconocen que el pueblo catalán puede y quiere decidir. Nos pueden poner todos los palos en las ruedas que quieran, con leyes o sentencias, pero hace un año dejamos claro que sabemos reaccionar.

 

Publicado por Avui – El Punt-k argitaratua