En España no se tortura

En España no se tortura. Ante acusaciones por parte de personas que han sido detenidas e incomunicadas durante 5 días de haber sufrido terribles torturas, siempre salen los mismos razonamientos: «¿Quién cree a estos criminales? ¿Qué hay que creer, la versión de la Policía o la de los terroristas? Es que tienen la orden de su organización de denunciar siempre torturas». Y todo el mundo de acuerdo. Pero hete aquí que Amnistía Internacional, desde siempre, año tras año, en el informe que hace sobre la conculcación de Derechos Humanos en el mundo, relaciona a España como nación que, según casos probados indubitablemente, se ha torturado en por lo menos x ocasiones. Claro está, serán las que se han podido probar fehacientemente, no las que ha habido.

Estos últimos días se ha dado una serie de denuncias de torturas. Los denunciantes han detallado las torturas que, supuestamente, han sido espeluznantes, siendo, en dos de los casos, intento de violación con un palo de escoba, lo menos grave. (…)

La prensa publica lo filtrado por la Policía, pero oculta sistemáticamente las denuncias de torturas. Ante este estado de cosas, yo me hago una serie de preguntas:

1.- ¿A quién se puede creer, a Amnistía Internacional o al Gobierno de España?

2. -¿A quién se puede creer, a España o a la ONG Amnistía Internacional?

3.- ¿Estamos en un Estado de Derecho meramente formal, o es un Estado corrupto en el que, por ejemplo, se conculcan los derechos más elementales de respeto a la vida humana?

4.- ¿Por qué callan los medios de comunicación? ¿Porque están supeditados a subvenciones diversas, porque son propiedad de la oligarquía, porque son propiedad de la ultraderecha española… ¿Me puedo responder a mí mismo sin que se me acuse de filoterrorista?

Claro, todas esas preguntas y más me las he hecho siempre, pero hay otras que se mascan desde hace años en ciertos ambientes:

1.- ¿Le conviene al Estado que siga existiendo ETA?

2.- ¿No hay detrás de la persistencia de la violencia unos intereses económicos evidentes? Pongamos por caso las empresas de seguridad.

3.- ¿No sacan de la existencia de ETA pingües beneficios electorales ciertos partidos políticos en diversas convocatorias o lugares de España?

4.- ¿No se ha persistido con la dispersión de los presos pese al fracaso total de los fines que impulsaron dicha política, todo ello a fin de evitar el que haya debate entre ellos y se encastillen? En ciertos ambientes no hay duda en ello.

Yo, como buen español, digo que creo totalmente al Estado español: «En la democracia española no se ha torturado nunca». Bueno, alguna chapada puede. Para remachar, y para que los políticos, la Iglesia, la judicatura, los medios de comunicación y el paisanaje en general quede con la conciencia tranquila, digo que aquí no se tortura. Y tampoco torturó la Inquisición ni Franco. ¡Válgame Dios!

 

Publicado por Noticias de Navarra-k argitaratua