Duke Energy Corp. y la FPL Group Inc., dos de las compañías eléctricas más grandes de Estados Unidos, recientemente han manifestado su intención de convertir toda su flota de automóviles y furgonetas en vehículos eléctricos y en vehículos híbridos que cuentan con la posibilidad de recarga de baterías mediante enchufe —plug-in.
Este compromiso conjunto, se anunció en la reunión anual de la Global Clinton Iniciative que se celebra en Nueva York y representa para las compañías eléctricas acometer la compra de 10.000 automóviles eléctricos. Se trata de cambiar vehículos de todo tipo —desde automóviles sedan a camiones grandes— por coches eléctricos e híbridos porque tienen el potencial de reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero en más de 125.000 toneladas métricas durante la próxima década.
El objetivo es llegar a alcanzar, para el año 2020, que todos los vehículos de ambas ‘utilities’ o compañías de electricidad sean eléctricos o híbridos. De esta manera, los fabricantes de automóviles eléctricos alcanzarán una umbral que les permita que sea más rentable su fabricación.
Juno Beach es una empresa filial de FPL que opera en Florida. Esta empresa eléctrica tiene una flota de 2.412 vehículos, mientras que Charlotte, empresa flilal de Duke y con base en Carolina del Norte, opera con una flota de 4.500 vehículos. En conjunto, ambas empresas eléctricas han planificado invertir 600 millones de dólares en vehículos nuevos que sean eléctricos o híbridos y en la infraestructura de carga de las baterías.
Duke y FPL comenzarán a renovar su flota de automóviles el próximo año y trabajarán con los fabricantes de automóviles eléctricos para poner a prueba los camiones prototipo en 2011 y 2012. Duke ya está trabajando con Bright Automotive Inc., el Grupo Chrysler LLC y General Motors Co.
El mayor desafío serán los grandes camiones ya que, hasta ahora, las opciones de vehículos eléctrico que se contemplan a corto plazo sólo son para coches, camionetas, furgonetas y algunos tipos de camiones. A día, de hoy, la esperanza de vida que se le adjudica un vehículo nuevo es de tres a seis años.
En un principio, FPL considera que debido a la carencia de una infraestructura de recarga y sustitución de baterías, que le permita el normal desenvolvimiento de los vehículos eléctricos, para ciertas tareas no podrá utilizar vehículos que sean totalmente eléctricos. En estas circunstancias, esta empresa de electricidad invertirá más en automóviles híbridos que utilizarán una combinación de electricidad y biodiesel.
Una vez más, se cumple el dicho ese que dice: “En casa del herrero, cuchillo de palo”. No es de recibo que una compañía eléctrica eche la culpa a las limitaciones de la red eléctrica de recarga y se quede sin hacer nada para construir con otros socios —incluido el gobierno— la infraestructura de red eléctrica inteligente necesaria como para que permita la utilización masiva y competitiva del coche eléctrico.
Por su parte, Duke firmó poco antes un acuerdo para el uso de tecnología limpia con el Grupo ENN, una de las mayores empresas energéticas de capital privado de China y se comprometió más con la utilización de vehículos eléctricos. Lo cual implica que deberá mejorar sensiblemente la red eléctrica para poder operar eficazmente con la carga de las baterías. Duke ha apostado por una manera más comprometida y responsable de abordar la movilidad eléctrica de su flota.