Posiblemente uno de los viajes más bonitos que se puedan realizar en tren, es el que trascurre por Urdabai desde Gernika a Bermeo. Pero detrás de este viaje hay una cruel historia. Esas vías, túneles y puentes están hechas con sangre, sudor y lágrimas de presos, presos del franquismo.
¿CÓMO LLEGA EL TREN A BERMEO?
La primera conexión férrea que existió en Busturialdea fue un pequeño tranvía de tracción animal que unía Bermeo con Busturia (Santarena) En sus mejores años llegó a contar con 16 mulas y 9 coches de viajeros. La línea férrea entre Amorebieta-Gernika se inauguró el 4 de agosto de 1888 y el tramo Gernika-Sukarrieta se inauguró el 15 de marzo de 1893. A continuación se creó la línea que unía en tranvía Bermeo con Sukarrieta (Busturia-Santarena).
Por tanto, el tramo Sukarrieta-Bermeo quedó cubierto por este tranvía de tracción animal que cubría el trazado en aproximadamente 40 minutos. A principios del siglo XX su demandó descendió motivada principalmente por el surgimiento de otros transportes por carretera, y el 3 de abril de 1918, se sustituyó por un servicio de automóvil por carretera con varios caminones y autobuses que estarían en servicio entre 1918 y 1955. ¡Otros 37 años sin tren!
¿PORQUÉ TARDÓ TANTO EN LLEGAR EL TREN A BERMEO?
62 años después de la llegada del tren a Sukarrieta, llegó por fin a Bermeo. Este retraso estuvo motivado por diferentes razones: (1) La dificultad del trazado desde Sukarrieta aumentaba el presupuesto de forma considerable; (2) Problemas y falta de entendimiento con la Compañía de Ferrocarriles de Zornotza a Sukarrieta; (3) la inestabilidad política generada por la I Guerra Mundial, Dictadura de Primo de Rivera, II República, Guerra Civil, etc.
La creación en Bermeo en 1920 de la Comisión Municipal Pro-Ferrocarril y Puerto de Bermeo dirigida por el alcalde Venancio Nardiz fue el germen fundamental para aunar esfuerzos para mejorar la comunicación del pueblo. Así, en 1926 la Compañía de Ferrocarriles Vascongados presenta un proyecto que ponía en valor el puerto de Bermeo. Se realizaron numerosas reuniones con los tres ayuntamientos implicados, Diputación y Ministerio de Fomento, y se llegó a presentar un presupuesto, pero el inicio de las inestabilidades políticas con la II República hizo que todo quedase aplazado.
¿CÓMO COMIENZA EL DRAMA?
En 1942 la Dirección General de la Explotación de Ferrocarriles del Estado presenta un proyecto que contempla la prolongación desde Sukarrieta a Bermeo, 5.600 metros con un coste total de 7.200.000 pesetas. Las obras comenzaron el 24 de agosto de 1944. Los problemas económicos frenaron el proyecto, hasta que en 1945 se reanudaron de nuevo las obras pero dividiéndose su ejecución de la obra en tres tramos. El primer tramo de 1.200 metros lo realiza el ingeniero Narciso Buesa, pero avanzaba con gran lentitud, además en el túnel 1 de 240 metros hubo un grave accidente en el que murieron 5 personas. Este primer tramo finalizó en 1947, quedando de nuevo la obra paralizada. En 1948 se reanuda la obra en su segundo tramo, siendo adjudicado este tramo a la empresa Banús Hermanos. Este tramo finalizó en 1952 también con numerosos problemas debido a la falta de mano de obra y a la dificultad del terreno.
En 1953 se inicia la construcción del tercer tramo también por parte de esta empresa Banús Hermanos, pero con una diferencia, la utilización en la misma de PRESOS. Esta empresa solicitó a Instituciones Penitenciarias el establecimiento de un destacamento penal en Bermeo que inició su actividad el 21 de enero de 1953. La presencia de presos y penados en la construcción de esta línea de tren ya se había iniciado en Gernika tras su caída. En esta primera etapa la mayoría de los presos eran represaliados republicanos, gudaris, milicianos y soldados. Algunos de estos presos tras concluir su pena siguieron trabajando en la construcción de esta línea de tren, bajo la figura de ‘libertos’, es decir, antiguos presos que al ser condenados a destierro y no poder por tanto regresar a su tierra natal, optaron por continuar trabajando en sus antiguos puestos.
A partir del 21 de enero de 1953 se instala en la actual fábrica de Barna, el destacamento penal de Bermeo con presos comunes, políticos y ‘libertos’. Muchos de ellos eran andaluces (Villagordo, Huelma, Lopera…). Hubo una media de 66 presos realizando las labores más importantes y pesadas del proyecto, como fue la perforación de los túneles, desmontes, muros de contención o la prolongación del Rompeolas en unos 20 metros. Algunos murieron en accidentes, ya que los trabajos de construcción eran durísimos. Los testimonios que nos han llegado narran esta crueldad. A mí personalmente me impactó el testimonio de José Gutíez Tejerino “Peputxo”, que llegó con 23 años y una vez concluida su pena se quedó en Bermeo. Trabajaba una media de 14 horas al día de lunes a sábado, manejando el ‘macho’, una maza de unos 12 kilos de peso con la que machacaba la piedra, labor que exigía destreza y un terrible desgaste físico, siendo continuamente vigilados por la Guardia Civil. Este trabajo era ‘recompensado’ con 12,50 pesetas diarias. El domingo descansaban, pero como eran reclusos no podían disfrutar de horas de paseo o siquiera de la visita de los familiares. El 30 de mayo de 1958 una vez terminadas las obras tanto del ferrocarril como del puerto se decidió el cierre de esta dependencia. Tenéis más testimonios en el libro que os señalo al final.
Terminadas las obras de este tercer tramo, el dictador Franco presidió los actos de inauguración el 16 de agosto de 1955. Aprovechando también la estancia para inaugurar el nuevo ambulatorio del Instituto Social de la Marina. Como curiosidad os diré que en Bermeo se habilitaron dos estaciones: una para pasajeros y otra para mercancias, se realizaron 2 viaductos y 8 túneles y el coste total de la obra se cifró en unos 20 millones de pesetas.
¿SABÉIS QUE ESTUVO APROBADO EL TÚNEL FERROVIARIO POR SOLLUBE?
Pues sí! En 1894 se inauguró la línea férrea entre Lutxana y Mungia, y la compañía que la construyó encargó el proyecto de ampliación a Bermeo al ingeniero Ernesto Hoffmeyer. El argumento principal era que este trazado era más corto que el desde Bilbao se dirigía por Gernika, 37 frente a 59 kilómetros, acortando en casi una hora el trayecto. El trayecto salvaba el monte Sollube con un túnel de 365 metros llegando a Bakio, y mediante otro túnel de 1.470 metros llegaba por Artigas a Bermeo. Finalmente este proyecto no prosperó por las presiones e influencias que tenía la Compañía del Ferrocarril Amorebieta-Gernica-Pedernales.
En 1915 la Compañía del Ferrocarril de Bilbao a Lezama presentó un nuevo proyecto del ingeniero bermeano José Ucelay e Isasi que unía Mungia con Sukarrieta, y en 1917 se procedió a la apertura del concurso de proyectos para su construcción con un valor total de 7.300.000 pesetas. Esta circunstancia se celebró en Bemeo con la salida de la banda de música y el lanzamiento de cohetes. Finalmente, el incremento presupuestario debido a la I Guerra Mundial impidió la ejecución de este proyecto.
En las fotos podéis ver el primer tranvía a tracción animal que unió Sukarrieta con Bermeo, los presos en las obras del tren y la inauguración de la estación de Bermeo por parte del dictador.
Como fuente he utilizado un precioso libro, que tendría que ser además lectura obligada en los centros escolares de nuestro pueblo: El Ferrocarril de Amorebieta a Bermeo de Juanjo Olaizola con prólogo de Edorta Jiménez.
*Si os ha gustado pues ya sabéis a compartir …, y entre todas y todos difundimos la historia de nuestro Bermeo.
https://www.itsosupetekondarea.eus/2019/12/el-tren-de-bermeo-la-historia-de-los.html?m=1