El Supremo es ETA

José Antonio Pérez escribía ayer, en su recomendable blog Mi mesa cojea, que «todo es ETA, salvo los que ven a ETA en todas partes». Yo no lo tengo tan claro. El Supremo ve a ETA en todas partes y, sospechosamente, en sus sentencias cada vez está más presente el argumentario de quienes defienden la violencia de la propia ETA. Por ejemplo, la de que condenar la violencia no sirve para nada ha sido, durante décadas, una afirmación omnipresente en el discurso de los sectores más inmovilistas de la izquierda abertzale, y el Supremo la ha hecho suya en la sentencia sobre Bildu: defiende que el rechazo a la violencia de los miembros de la coalición no vale para nada e ilegaliza sus listas como si ese rechazo no existiera. Otro ejemplo palmario: desde las posiciones favorables a la violencia, históricamente se ha manejado una suerte de determinismo según el cual da igual cómo de fuerte sea la represión de los estados español y francés, pues siempre habrá gente dispuesta a entrar en ETA. En su fallo, el Supremo ha reforzado esa tesis frente a la de quienes defienden que el grupo armado se encuentra en una situación de extrema debilidad. Por un lado, afirmar que todos los candidatos independientes de Bildu son «vicarios» de ETA-Batasuna es lo mismo que afirmar que esos cientos de personas actúan a las órdenes de ETA. Por otro lado, al dictaminar que Bildu es fruto de un acuerdo entre la izquierda abertzale, EA y Alternatiba que tiene por único objetivo dar presencia a ETA-Batasuna en las instituciones, se viene a decir que ETA ha conseguido atraer a su entorno a esos partidos, con sus cientos de militantes. Esto es, que ETA mantiene intacta su capacidad de regeneración y está más fuerte que nunca. Esa coincidencia en las tesis manejadas por los partidarios de la violencia y los magistrados del alto tribunal me lleva a pensar que ETA manda en el Supremo, a quien ha ordenado ilegalizar las listas de Bildu para cerrar la vía política y legitimar la vía militar. Habrá quien piense que mi acusación resulta descabellada. No me parece más irracional que sostener que es la propia ETA quien ordena a los miembros de Bildu condenar su violencia para así poder seguir practicándola. También habrá quien piense que mi acusación se basa en conjeturas y sospechas, que carece de certidumbres basadas en hechos y datos debidamente acreditados. Es precisamente lo que han dicho seis jueces en el voto particular sobre la sentencia de los otros nueve.

 

Publicado por Noticias de Navarra-k argitaratua