El regreso del mariscal Pétain

Se acaban de publicar dos libros muy importantes para conocer mejor la figura del mariscal Philippe Pétain. Este héroe nacional en 1918, condenado en 1945 por colaboración con el enemigo, es una de las figuras más trágicas de la historia de Francia. Como decía el general De Gaulle ‘Pétain, c’est un grand drame historique, et un drame historique n’est jamais terminé’.

1/ ‘La guerre mondiale 1914-1918’, Maréchal Pétain, Privat, Tolosa (Occitania), 2014. Jean-Jacques Dumur, oficial jubilado, acaba de publicar un manuscrito inédito de Philippe Pétain, que había conservado un albañil italiano después de las obras realizadas en el Hermitage, villa que el mariscal poseía en Vilanova-Lobet. Hasta ahora, los historiadores repetían que a Pétain no le gustaba escribir. Solía confiar la redacción de sus discursos a oficiales de su estado mayor como el comandante Charles De Gaulle.

Protegido por el mariscal que lo consideraba como su hijo, De Gaulle riñó con él cuando no le cedió la autoría del libro ‘Le fil de l’épée’, a pesar de dedicárselo ‘Car rien ne montre mieux que votre gloire, quelle vertu l’action peut tirer des lumières de la pensée’.

El mariscal Pétain tenía exigencias estilísticas muy precisas. Quería obtener la sencillez de expresión, escribir como Stendhal. Dictaba las ideas generales a sus colaboradores. El mariscal enmendaba los textos, los pulía, los cepillaba hasta hacerlos suyos.

Este estudio de la primera guerra mundial, redactado por el mariscal, constituye un documento extraordinario para los amantes de la historia. El vencedor de Verdun comenta todas las batallas del conflicto, incluso en África y Oriente Medio. Los mapas, dibujados por el autor, demuestran la excelencia de la formación intelectual de los oficiales de antaño.

2/ ‘Pétain en vérité’, Marc Ferro, Tallandier, París, octubre 2013. Este segundo libro es apasionante. Se trata de una serie de conversaciones entre un historiador y Marc Ferro, el mejor biógrafo de Philippe Pétain. Ferro afirma que ‘il a été le meilleur stratège de 14-18 mais qu’il n’a pas su valoriser ses idées. Il n’a pas manifesté le calme olympique de Joffre, reculant de la Belgique jusqu’à la Marne. Il n’a pas non plus montré l’ardeur de Foch, ce charisme qui révèle l’audace d’un vrai chef. Mais en épargnant le sang de ses hommes pour que la victoire ne soit pas leur tombeau, les soldats l’ont reconnu —et l’histoire aussi— comme celui qui s’est révélé être le gardien de la terre’. ( p.51)

Ferro no esconde nada de la política antisemita del régimen de Vichy y la debilidad del mariscal a raíz de las exigencias de los nazis. Si bien conservaba una vitalidad extraordinaria para un hombre de esa edad (86 años en 1942 cuando los alemanes invadieron la Zona Libre) Pétain solía tener ausencias. Visitante del ayuntamiento de Lyon pregunta ‘¿Dónde estamos? ¿Qué estoy haciendo aquí?’ Durante las reuniones de noviembre de 1942, no puede seguir las reuniones con sus ministros que duran días y noches enteros y se niega a refugiarse en Argel. Recuerdo unas imágenes desgarradoras. Vemos cómo el viejo mariscal sale de su coche, completamente despistado, con la mirada despavorida de los abuelos, antes de que unos policías lo cojan por los hombros y lo guíen hacia la buena dirección. ¡Pobre títere! Pobre fantasma que, queriendo sacrificarse por su país, acabó cumpliendo actos inaceptables perdiendo su honor.

Este libro de Ferro es una joya. Concluiré esta historia, triste y demasiado larga, como la he comenzado con una cita de Charles De Gaulle. «La vieillesse est un naufrage… Pour que rien ne nous fût épargné, la vieillesse du maréchal Pétain allait s’identifier avec le naufrage de la France». ( v.12)

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