El 28 de julio de 1893, se inauguraba el Puente movible para el cruce de la Ría de Bilbao entre Portugalete y Las Arenas, popular y erróneamente conocido como «puente colgante»: es decir el puente- transbordador Bizkaia. Se trata de un complejo e ingenioso sistema de pasaje fluvial por un transbordador a nivel de muelles consistente en una plataforma capaz de trasladar carruajes y personas. Suspendida mediante cables de un carro superior mecanizado que se desplaza a lo largo de la viga de una gigantesca estructura metálica apoyada en sendas altas torres en ambas orillas, a modo de puente, sobre la desembocadura de la Ría del Ibaizabal.
Proyectado en 1877 por el arquitecto vasco Alberto de Palacio y Elisagüe (1856-1939) con la imprescindible y complementaria colaboración del constructor francés Ferdinand Arnodín (1845-1924) que lo hizo viable y que al parecer posteriormente fue ingeniero. Patentaron simultáneamente el sistema en Madrid y Paris el 5 de noviembre de 1887. Durante muchos años con objeto de españolizar el puente se ha despreciado su contribución. El proyecto fue posible gracias a la absoluta confianza y entusiasmo de su promotor principal el empresario Santos López de Letona (1844-1925).
Este año, el 24 de enero fue el 150 aniversario del nacimiento en 1856 en la localidad labortana de Sara de su autor. Pero a nadie interesó su conmemoración, excepto diario en euskara Berria, que publicó el artículo «Alberto Palacio eta Bizkaiko zubia». Así, que hice mi homenaje en la intimidad de la soledad frente al busto del escultor Ricardo Iñurria que desde 1956 lo recuerda, en la plaza al pie del puente, en Areeta, Getxo. Titulado por la Escuela de Arquitectura de Barcelona en 1882, poseía una imaginación desbordante colaborando en otros proyectos y realizando atrevidas propuestas como una galería cubierta de 300 metros de longitud a construir sobre la ría de Bilbao, o un monumento a los Fueros Vascos de 100 metros de altura a instalar en la Plaza Circular de la villa.
Concebido con gran imaginación y capacidad de invención como una reminiscencia de los tranvías aéreos mineros, una vez descartada la idea inicial de unas vías sumergidas, surgió el original sistema primero de su género en el mundo proyectado con sólo treinta y un años.
Realizado con enorme audacia y eficacia aplicando los recursos más avanzados del momento con exquisita precisión tecnológica, solucionó perfectamente las exigencias que lo motivaron. Es preciso recordar que en aquel momento el puente más próximo para cruzar la Ría era el de Isabel II de 1845 en el Arenal de Bilbao a 12 Km., hasta que muy posteriormente en 1936 se construyó el de Deusto, 1950 metros aguas abajo.
Lo que el puente de Isabel II fue en ese momento respecto de la fundición de Santa Ana de Bolueta, donde se construyeron sus partes de hierro, éste puente es la expresión de la gran industrialización de Bizkaia representado por A.H.V. aunque los perfiles fueron laminados en Francia. Es el paso del hierro fundido al perfil estructural roblonado. Su montaje, fue especialmente espectacular los remachadores cogían al vuelo los remaches incandescentes lanzados desde las fraguas.
Constituye un elogio del hierro como expresión del más poderoso símbolo de progreso de la historia. Incorpora dos importantes innovaciones tecnológicas. Los puentes colgados de cables desarrollados a mediados del siglo XIX y la técnica de grandes vehículos mecánicos accionados a vapor.
Junto al cercano Muelle de Hiero de Portugalete realizado entre 1881 y 1887 según proyecto de Evaristo de Churruca (1841-1917) suponen la apoteosis y el dominio longitudinal y transversal respectivamente de una «ría de hierro». Coincide en el tiempo de la obra musical del compositor checo Antonín Dvôrák, (1841-1904) sinfonía nº 9 op. 95, conocida como «Del Nuevo Mundo, creada en 1892-93, por su lenguaje, anticipador. Tecnológicamente, es contemporáneo de la Torre Eiffel, inaugurada en 1889.
Proyectado en 1887, las obras superando multitud de contratiempos se desarrollaron entre el 10 de abril de 1890 y el 28 de julio de 1893 cuando fue solemnemente inaugurado. El puente es el primero de su género realizado en el mundo.
Su gran y pionera creación era resolver la comunicación entre dos orillas, relativamente bajas, considerando la notable anchura del cauce de la Ría 145 metros, la proximidad al mar sometido a mareas, temporales, mareas, ambiente corrosivo y permitiendo simultáneamente un intenso el tráfico marítimo.
Se trata de una colosal obra. Construida como un gran pórtico rectangular con cuatro torres de 61,3 metros entrelazadas mutuamente dos a dos en cada orilla, en tres niveles, y desde sus extremos encajar los cables parabólicos de los que queda suspendida, colgante, mediante ocho obenques (cables inclinados) por cabeza, la gran viga-travesaño en celosía de 3 metros de canto y 6 de ancho apoyada en los extremos superiores de los pilares-torres, pero que no es el tablero de paso, lo que produce la habitual confusión semántica.
La altura de paso bajo la estructura, gálibo sobre pleamar, de 45,00 m. venía condicionada por la gran arboladura y envergadura de los mástiles de las embarcaciones, que en aquella época todavía eran de vela y una acertada previsión para el paso futuro de buques mayores.
La amplitud del cauce es recorrida por la barquilla que enlaza las orillas para el cruce continuo de personas y todo tipo de vehículos, desplazable mediante un carro sobre raíles en la viga superior, suspendida por 18 cables oblicuos triangulizados para evitar las oscilaciones.
Por cada orilla existen desde lo alto de la torre, dos cables fiadores principales anclados a 110 metros y cuatro laterales a 60 m que arriostran la estructura longitudinal y transversalmente hasta un muro de anclaje y el suelo respectivamente y que en el lado de Getxo condicionan la creación de la plaza.
Posee un enorme significado emotivo como un hito de la era industrial, una nueva época, un período irrepetible de creatividad, riqueza y pujanza. Desde entonces es también una referencia ineludible en cualquier representación plástica de Bilbao y su Ría. Es un puente de pasaje y de paisaje
Palacio en 1888 sobre su proyecto escribe: «El ideal de toda construcción consiste en lograr que no haya un solo átomo de materia que no preste todo su concurso para coadyuvar al fin que se le destina. Fundados en este principio de justa economía desecharemos de nuestro sistema todos aquellos elementos inútiles dejando en él los puramente indispensables para la resolución del problema». Está proclamando un lenguaje que en la actualidad definimos como minimalista y que tiene su expresión concreta en el puente con la ausencia de cualquier elemento ornamental excepto algún detalle historicista de revivalismo gótico propio de la época en los arcos de unión de las dos torres de cada lado y en el pórtico de las bases.
Es una construcción esencial y puramente estructural desprovista de toda concesión formal o decorativa. Solamente en el nivel inferior de las torres los perfiles de arriostramiento de los cuatro lados de las bases forman un arco de modo goticista, el único detalle figurativo de todo el conjunto. La magnifica estructura que en la actualidad podemos contemplar no es exactamente la original. Destruido el tablero al ser dinamitado ante la sublevación fascista de 1937 y reconstruido con gran delicadeza por el ingeniero José Juan Aracil en 1941, introdujo las péndolas, aumentó el canto cambiando de la Cruz de San Andrés, a la viga Warren de malla ancha. Se trata de un recital de minimalismo donde no sobra ni un roblón. Toda la forma está al servicio de la función
En 1993 con motivo de su Centenario, visto que la conmemoración oficial del aniversario consistió básicamente en una misa celebrada en el propio puente, organicé el 21 de diciembre de dicho año en la Delegación en Bilbao del Colegio de Arquitectos a modo de desagravio un acto académico de homenaje que sirviera para reconocer y perpetuar su magnificencia, y considerar la degradación en que se hallaba, cuando aún no se preveía el amenazante proyecto posteriormente realizado. Participaron destacados estudiosos del mismo: el ingeniero de caminos Javier Rui-Wamba, el arquitecto Ignacio San Ginés y el historiador Alberto Santana, y tuvo una impresionante respuesta social.
Reformas
El puente es propiedad desde su construcción de la entonces Junta de Obras del Puerto de Bilbao, actual Autoridad Portuaria de Bilbao (A.P.B.), que jerárquicamente depende del Ministerio de Fomento hasta que la gestión de los puertos pueda ser transferida a Eusko Jaurlaritza. Desde su inauguración durante 102 años fue explotado por la Sociedad Anónima Compañía Puente Colgante hasta el final de la concesión de 99 años, prorrogada tres por su inactividad al estar destruido. El consejo de administración de la A.P.B. el 28 de setiembre de 1995 concedió mediante concurso público los derechos de nueva explotación por diez años a cambio de un canon mensual de un millón de pesetas, posteriormente prorrogados con otros veinte, desde el uno de enero de 1996 a una empresa Transbordador de Vizcaya S.L, que por la forma, premeditadamente errónea, de grafiar el topónimo único y oficial del territorio, Bizkaia, ya desenmascaró su identidad, sin conocer aún a sus fundadores. Su gestión, por obvias razones de coordinación de medios de transporte y de representatividad debía haberla asumido Eusko Tren.
Los nuevos arrendatarios utilizando sus influencias políticas inmediatamente anunciaron una serie de obras de modernización disfrazadas de la necesaria restauración, que ya personalmente había reclamado (Egin 16-8-1994). Nueva barquilla, barreras automáticas, mejora de la tracción del carro transportador, reducción del tiempo de desplazamiento, taquillas informatizadas, maquinas expendedoras de billetes y de todo tipo de hostelería entremezcladas, radar para detectar la presencia de embarcaciones, e incrustando entre la estructura unos ascensores panorámicos para acceder a un mirador acristalado y un cafetería y restaurante en lo alto del puente.
Ante la alarma cultural que suscitaron la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública (AVPIOP) organizó el 10 de diciembre de 1997 en la Cámara de Comercio un debate en el que participaron prestigiosos ingenieros de caminos, una historiadora del arte destacada profesora de Estética de la Ingeniería de su Escuela de Madrid, y dos representantes de la empresa concesionaria. Sus argumentaciones y justificaciones fueron absolutamente rechazadas y descalificadas por los primeros ponentes, ante el desprecio cultural que suponían para el concepto y majestuosidad estructural del puente, ya antes de que el público asistente pudiésemos mostrar una absoluta indignación y repudio por la barbaridad que allí se expuso. Al parecer esta empresa, conocida su constitución y los penosos antecedentes de deformación de bienes culturales cometidos por uno de los individuos que la integran, Estudios Arriaga, gozan de cierta impunidad.
A pesar de todo prosiguieron con su brutal empeño e iniciaron las obras amparados con la nefasta gestión que el Jefe del Servicio de Patrimonio Histórico de la Diputación Foral de Bizkaia, Aingeru Zabala, por fin cesado y con la responsabilidad, consentimiento e inhibición tradicional de los sucesivos diputados y diputadas de Cultura. Se aprobaron las obras en base a un «Proyecto Básico para la mejora de servicios del Puente Vizcaya» de Febrero 1998. (Visado 5-3-1998) que desarrolla y complementa unos Estudios Previos (Exp. 536/ 97 A. Visado 20-3-1997) que decían «goza del beneplácito del Servicio de Patrimonio Histórico», por considerar las mismas como actuaciones que servirán para reutilizar el puente compatibles con su naturaleza de Bien Cultura
Las obras previstas y ejecutadas se contenían en un Proyecto de Ejecución (Visado 22-9-1998) diferente de aquellos documentos previos que fueron aprobados y ocultaba las radicales deformaciones y añadidos que se pretendían realizar incompatibles con su naturaleza de monumento histórico artístico declarado en 1984. Un proceso de absoluta corrupción administrativa.
Ninguno de los proyectos, a pesar de las muchas afecciones de todo tipo que originan, ha salido a información pública, y en éste Servicio, con banales excusas, se niegan rotundamente a permitir verlos y a facilitar una copia del informe por el que se autorizarían ciertas obras. A la solicitud de una urgente inspección responden de forma evasiva. Actitudes propias de la más tenebrosa dictadura.
Las fuertes presiones políticas camufladas de inversión, atracción turística y el nulo interés de los responsables municipales de Getxo y Portugalete, permitieron una total irresponsabilidad para desgraciar el monumento. Un acto que revela la ignorancia en materia cultural de los políticos en general se puso de manifiesto cuando el portavoz del PP en Batzar Nagusiak, (Juntas Generales) solicitaba en abril de 1997 que de declarase monumento. No habían tenido todavía tiempo de saber que ya lo era desde hacía trece años. Ante aquellas graves circunstancias preparé un texto, que al parecer asumió Herri Batasuna, en forma de pregunta parlamentaria, y que actualmente sigue siendo necesario plantear.
Preguntas parlamentarias sobre el Puente Bizkaia
¿Eusko Jaurlaritza (Gobierno Vasco) es consciente de que el Puente-Transbordador Bizkaia entre Getxo y Portugalete es un bien cultural merecedor de ser declarado Patrimonio de la Humanidad, por sus valores científicos, históricos, funcionales, simbólicos y estéticos? Actualmente, de la veintena de puentes similares que se construyeron en todo el mundo sólo quedan ocho, y no todos en uso, lo que le añade una importancia extraordinaria de ámbito internacional, al margen de su particular belleza.
Este puente posee otros diversos valores que deben ser considerados. La innovación tecnológica que supuso en su tiempo. La total validez de su misma función inicial. La elocuencia de todos sus elementos estructurales, y proceso de funcionamiento. El buen estado de conservación material. Su indudable carácter de hito iconográfico por su enorme y remota potencia visual como creador de un paisaje. El valor representativo, e incluso emotivo, de atrio de un cauce fluvial que ha sido escenario de la industrialización de Bizkaia. La puerta de hiero de Bilbao al mundo .Sin duda la pieza más singular de la arquitectura e ingeniería de Euskal Herria y su más importante contribución a la cultura y patrimonio universal.
Pero un patrimonio debe transmitir veracidad. Su valoración en el tiempo no es la resistencia del material con el que se construyó, sino la validez de sus elementos estructurales y la vialidad de su función y sobre todo la integridad de su valor de uso.
¿Es posible que un bien cultural de esta categoría, declarado según el Decreto 265/ 1984, de 17 de julio de Eusko Legebiltzarra, (Parlamanto vasco) Monumento Histórico-Artístico de carácter nacional, carezca todavía en la actualidad después de ventiun años de una serie de medidas que dispone el ordenamiento jurídico de mayor rango aplicable a nuestra herencia cultural, la Ley 7/ 1990, de 3 de julio, de Patrimonio Cultural Vasco, como:
Art. 12.- 1.- La calificación de un bien cultural incluirá, en los términos que reglamentariamente se desarrollen, los siguientes extremos:
a) El otorgamiento de la categoría procedente de conformidad con las establecidas en el artículo 2.2. (Se refiere a su clasificación en: Monumento, Conjunto Monumental, o Espacio Cultural)
b) La descripción clara y precisa del bien…
c) La delimitación del bien y del entorno que resulte necesario para la debida protección y puesta en valor de aquel, así como las razones que la han motivado. El entorno delimitado tendrá, a los efectos de esta ley, el carácter de parte integrante del bien calificado.
d) El régimen de protección del bien calificado, con especificación de las actuaciones que podrán o deberán realizarse sobre el mismo y las que queden prohibidas.
2.- El otorgamiento a un bien de la condición de calificado determinará la eficacia inmediata del régimen de protección que conlleva dicha calificación,…
3.- El régimen de protección podrá incluir determinaciones respecto a la demolición o retirada forzosa de elementos, partes o, incluso, construcciones y edificios incompatibles con la puesta en valor del bien protegido.
¿Tuvo conocimiento la Consejería de Culturade Jaurlaritza de un proyecto de obras que se han iniciado en las que utilizando tan colosal monumento como excusa, pretenden desfigurarlo totalmente al colocar un ascensor por dentro de dos de sus torres y construir una serie de absurdas edificaciones en los entornos de sus bajos para usos comerciales y hosteleros, que suponen una total deformación de la imagen y concepto del mismo?
¿Qué medidas de urgencia se piensan adoptar, vista la total indiferencia del Servicio de Patrimonio Histórico de Bizkaiko Aldundia, para detener semejantes obras que supondrían la mayor agresión que ha sufrido en tiempos de paz a lo largo de 106 años de su existencia, y recuperar la dignidad de tan bello ingenio estructural y funcional.
Final y desgraciadamente el 28 de julio de 1999 se inauguraron las obras de turistización y deformación del puente a las que la sociedad arrendataria dirigida por Javier Cardenal conocido por su exacerbado entusiasmo por la monarquía española, invitó al Jefe de las fuerzas armadas y rey de los españoles para que presidiera el acto. Resultó una concentración muy reducida de los miembros de la numerosa colonia española residentes en Getxo, enfrentados, y posteriormente apaleados por la Ertzaintza, con vascos que acudimos a defender nuestro patrimonio y expresar la repulsa por la presencia de tan absurdo personaje. Toda la prensa editada en Bilbao, cosa algo extraña, publicó con mayor o menor detalle, el razonado estudio de denuncia de las obras que incluso envié a la Casa Real del mencionado señor para que supiese que acudía a bendecir un atentado cultural.
El juego de adulaciones y prebendas continuó y en marzo de 2003 la empresa concesionaria en otro acto de exaltación española y menosprecio al lehendakari, decide nombrar presidente de honor de una futura Asociación Mundial de Puentes Colgantes Transbordadores, constituida por los ocho que quedan en el mundo, al Rey de España. Consecuentemente este gesto de patriotismo sería debidamente compensado. Así, el 9 de mayo de 2003 el Puente recibió en Bruselas el diploma anual internacional Europa Nostra concedido por esta institución para las obras de restauración en elementos monumentales. Es evidente que los miembros de esta entidad, casi todos ociosos personajes, no debieron ver la dolosa intervención realizada y si vinieron, estuvieron distraídos en otros menesteres más placenteros.
Han demostrado una total falta de responsabilidad, criterios, culturales, sensibilidad patrimonial y nociones de arquitectura e ingeniería claudicando por presiones políticas. La explicación es sumamente sencilla: la mujer del rey de los españoles es la Presidenta de Honor de Hispania Nostra, la filial española y su anterior presidente era Santiago de Ybarra miembro del grupo Correo controlador de opinión y que ante la carta abierta que dirigí sobre la destrucción del magnífico Depósito Franco de Uribitarte en Bilbao no se dignó responder. Posteriormente, el 19 de setiembre de 2003 se constituyó la citada Asociación, dos días después de haber acudido en grupo a rendir pleitesía monárquica, celebrando su sesión inicial en otro monumento falsificado, a escasos metros, desgraciado por una corrupta operación delictiva, inmobiliaria y cultural: el Gran Hotel Puente Colgante de Portugalete.
Eusko Jaurlaritza, con la habitual pereza cultural que le caracteriza, aprobó el Decreto 108/2003, de 20 de mayo por el que se adapta a las prescripciones de la Ley de Patrimonio Cultural Vasco de 1990, como Bien Cultural Calificado con la categoría de Monumento, el puente Bizkaia que ya en 1984 había sido meramente declarado Monumento Histórico-Artístico. Si tan tardía resolución, 19 años de demora, se hubiese producido a tiempo no hubiera habido ninguna excusa para prohibir las obras realizadas al estar expresa y precisamente detalladas las intervenciones permitidas. Estamos por tanto, una vez más en la constatación de la dejadez absoluta en materia de patrimonio cultural. Un caso probablemente único en un país elementalmente civilizado en Europa occidental.
Posteriormente, el 30 de enero de 2004 el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte del reino de España, que es a quien por ley estamos sometidos en material cultural de rango internacional, anunció a través del director general de Bellas Artes, que su gobierno propondrá a la UNESCO la inclusión del Puente Bizkaia en la lista de elementos para ser en 2006 declarados Patrimonio de la Humanidad. Ya a la desesperada viendo que ha perdido la iniciativa, Jaurlaritza acudió a la reunión del Consejo de Patrimonio Histórico, órgano responsable en el Estado del Comité del Patrimonio Mundial la UNESCO, celebrada el 18 de junio de 2004 en Santiago de Compostela en la que propuso y defendió la candidatura para la citada declaración que fue finalmente escogida para poder ser incluida en 2005 en la Lista. El criterio manifestado para tal declaración es: «el carácter emblemático que representa como símbolo identificador de Bizkaia y del País Vasco, sin olvidar su valor universal como eslabón de la cadena de puentes construidos en el siglo XIX de los que sólo se conservan tres en Europa y uno es Sudamérica». Un texto rutinario sin ninguna cualidad convincente que denota una enorme falta de entusiasmo y carencia de solidez argumental.
Patrimonio de la Humanidad
El Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO, asesorado por otros organismos consultivos internacionales ICOMOS, IUCN, ICCROM, estudia los bienes culturales o naturales que, sugeridos por los diferentes Estados, puedan merecer tal reconocimiento en sus dos reuniones anuales de junio y diciembre. Inicialmente se evalúa cada proposición y posteriormente en la segunda reunión se decide su inclusión o no en la Lista del Patrimonio Mundial. La inclusión tiene tres categorías: monumentos, conjuntos y sitios. Monumento «es la obra arquitectónica (no menciona la ingeniería) escultura, pintura y las piezas o estructuras de carácter arqueológico, inscripciones, cavernas y grupos de elementos que tengan una valor excepcional desde el punto de vista histórico, artístico o científico.»
El Comité considera que un bien cultural tiene valor universal excepcional para ser incluido en la Lista cuando cumple por lo menos una de las siguientes funciones:
– Aporta un testimonio único, o excepcional, de una civilización o de una tradición cultural desaparecida.
– Ejerce una influencia considerable, en un período dado o en un área cultural determinada, sobre el desarrollo de la arquitectura, las artes monumentales, el planeamiento urbano o la creación de paisajes.
– Constituye un ejemplo sobresaliente de establecimiento humano o de ocupación del territorio representativo de culturas tradicionales, sobre todo cuando son vulnerables a mutaciones irreversibles.
– Ofrece un ejemplo eminente de un tipo de construcción o de conjunto arquitectónico o de paisaje que ilustra un período significativo de la historia humana.
– Constituye una obra maestra del genio creador del hombre.
– Aparece directa o materialmente asociado a acontecimientos o tradiciones vivas, ideas, creencias u obras artísticas y literarias que tengan una significación especial.
Además de estos criterios, cualquier bien para el que se pretenda la inscripción, deberá reunir dos condiciones previas:
-responder en su concepción, materiales y ejecución al valor de autenticidad.
-gozar de protección jurídica y mecanismos de gestión adecuados para asegurar su conservación.
Sí, pero no así
Hace ya años, en 1990 la AVPIOP, personalmente en 1994, y quizá alguno más, hemos reivindicado este merecido reconocimiento universal, pero en unas condiciones de dignidad cultural. Ha faltado una profunda reflexión sobre el espíritu expresivo y su significado estructural del puente a través del preceptivo estudio histórico de un elemento cultural como se exige en todas partes ante un proyecto de intervención; no una mera memoria de una obra. La carencia de una restauración filológica, científica en aquellas partes que fuesen necesarias y la eliminación de los añadidos degradantes entonces existentes era lo único admisible en un proyecto semejante. Se ha hecho precisamente todo lo contrario supeditando los valores culturales a los turísticos, mercantiles y a una abusiva explotación lucrativa introduciendo elementos extraños en su estructura y rodeando el puente de desmesuradas construcciones que alteran gravemente su concepción y percepción creando un obstáculo visual en la contemplación de la Ría.
Las deformaciones causadas por dicha obra son: la introducción de ascensores por dos de las torres que han alterado totalmente la diafanidad estructural con los raíles, contrapesos, plataformas, la propia vulgar cabina, el caos de cables, cámaras de vigilancia y focos perdiendo incluso la simetría compositiva de la pareja de torres. Las enormes construcciones postizas situadas a ambos lados del paso y en cada orilla, que además de las necesarias taquillas y zona de espera, han convertido y enmascarado estos recintos en bochornosos bazares repletos de bebidas alcohólicas, bocadillos, tabaco y todo lo susceptible de venderse como souvenir-basura produciendo una repugnante visión desde la Ría e incluso desde la propia barquilla sin necesidad de entrar en dicho mercadillo. Sólo faltan maquinas tragaperras. La errónea utilización en las nuevas construcciones añadidas del mismo material y color de la obra original, (intervención en estilo) contribuyen a afectar y confundir la percepción de la creación original.
Estas construcciones están en vuelo sobre el cauce de la Ría por lo que deberá resolver la Demarcación de Costas si esta actividad comercial es legal, lo mismo que el Ayuntamiento de Portugalete al estar prohibida dicha función en este paseo de ribera. Publicidad, incluso luminosa, por todas partes estructura exterior, interior la barquilla. El entorno inmediato, especialmente en el lado Portugalete totalmente caótico con cabinas de teléfono, de la ONCE, paneles de propaganda, mástiles publicitarios, señales de tráfico, papeleras, asimismo sería exigible un tratamiento de las plantas bajas de las fachadas del acceso principal para corregir el descontrol cromático de los bares y sus rótulos… Actualmente todo ello contribuye a crear un ámbito sumamente desordenado y sucio que produce una enorme vergüenza.
El abuso cometido por un desmedido afán comercial ha ocasionado una importante pérdida de uno de sus principales valores para dicha declaración: su veracidad. Se ha convertido en un monumento maltratado. El atentado cometido no ha interesado ni a las abundantes administraciones políticas y culturales que soportamos, o colegios de arquitectos e ingenieros en una demostración más de insensibilidad e ignorancia colectiva muy arraigada en nuestro país. Esta lamentable situación deberá comunicarse a World Monuments Fund (WMF) entidad radicada en New York que se ocupa de los monumentos abandonados o maltratados en el mundo.
La intervención realizada ha sido, sin duda alguna, una de las manipulaciones más torpes cometidas en un elemento monumental de esta indudable categoría universal y tolerada, cuando no sospechosamente encubierta, por instituciones que deberían salvaguardar el patrimonio cultural del país. Contraviene todas las recomendaciones sobre la puesta de manifiesto de los valores formales e históricos del monumento, la riqueza de la autenticidad, el concepto de memoria, el de entorno, los problemas del turismo abusivo… recogidas en los distintos documentos internacionales desde la Carta de Venezia de 1964, la de Krakóv (Cracovia) de 2000, las sucesivas recomendaciones de UNESCO…
Las obras realizadas y personalmente reiteradamente denunciadas contravienen los criterios culturales internacionales establecidos en materia de intervención en patrimonio monumental. En la Recomendación de UNESCO de 1968 sobre la Conservación de Bienes Culturales que pueda poner en peligro le ejecución de obras públicas o privadas, aparece la noción de entorno: el término «bienes culturales» también incluye el marco circundante a dichos bienes .Es vital para la dignidad de éste monumento que se defina de modo inmediato la normativa antes aludida: descripción del bien cultural, ámbito y régimen de protección precisando la delimitación, de protección, y el entorno de apreciación; las condiciones de actuación: intervenciones autorizadas y usos prohibidos.
Si el Puente Bizkaia aspira realmente a ser declarado Patrimonio de la Humanidad en este período de candidatura debe ser una condición ineludible un proyecto de verdadera restauración del monumento y su entorno de protección que suponga una dignificación demoliendo todos esas adiciones distorsionadoras y eliminando todos los síntomas de mercancía turística que lo prostituyen. Han deshonrado el ingenio, la maravillosa obra de Alberto de Palacio. Un bien cultural de una nación no puede estar sometido a los caprichos mercantiles de unos simples concesionarios de su uso que actúan creyendo que el Puente es exclusivamente suyo imponiendo proyectos demenciales generados por un feroz afán comercial y lucrativo que originan daños brutales en una riqueza que como herencia cultural pertenece al pueblo vasco. La situación actual es un agravio de la memoria, un manifiesto de la agresión significa magnificar la torpeza, perpetuar la ignorancia y mostrar la incultura.
Ahora que Euskal Herria, (Pais Vasco en euskara, lengua vasca) superando diferencias y matices, inicia un proceso de afirmación de sus rasgos y características singulares, de reconstrucción como una nación diferenciada con inequívoca voluntad de autodeterminarse, se debe entender de una vez que el patrimonio monumental, su adecuada conservación y las intervenciones cultas que se hagan para su puesta en valor, son una de las más importantes señas de identidad cultural.
Ante esta deplorable situación no hay más remedio, es una obligación ética y un compromiso profesional, que redactar un informe más amplio que el presente reportaje y enviarlo a las instituciones implicadas, Eusko Jaurlaritza, Consejo de Patrimonio Histórico, Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO para que se obligue a tomar las medidas oportunas antes de adoptar ninguna decisión declaratoria. Incluso a Hispania Nostra y Europa Nostra para que tengan constancia del enorme ridículo cometido
El Puente Bizkaia exige, por todos sus notabilísimos valores, poder ser comprendido y contemporáneamente contemplado íntegramente, sin injustificables alteraciones que lo degraden, en una situación lo más fielmente posible equiparable a su estado primigenio. Euskal Herria en su más destacado bien cultural que actualmente puede alcanzar tan alto grado de relevancia mundial, no se puede permitir la manipulación y ridiculización que supone esta desgraciadísima demostración de indiferencia, ignorancia y barbarie, ante la humanidad.
Dada la enorme importancia que tiene para el pueblo vasco como integrante de su identidad, memoria y paisaje el patrimonio industrial, no puede desde el criterio de las personas sensibilizadas con la cultura admitirse la ridiculización actual que padece este elemento por culpa de unos concesionarios sin escrúpulos que sólo entienden el patrimonio cultura como un mero recurso de explotación turistico-cultural. En la situación actual un rechazo razonado por UNESCO, significaría, además de una advertencia a la frivolidad con la que se ha acudido, un desafío para lograr un correcto proceso de regeneración del puente y una actitud ejemplar para que los bienes aspirantes a tan alta distinción lo hagan en absolutas condiciones de dignidad cultural. Este bien cultural debería figurar en la List of World Heritage in Danger-
Si no existe un elemental respeto entre los elementos presentados, la Lista del Patrimonio de la Humanidad se convierte no en una selección meditada sino en un concurso o una mera relación de objetos curiosos y atractivos propios para el espectáculo.
Por todo ello solicito a UNESCO que considere las apreciaciones relatas y actúe con el máximo rigor por credibilidad como organización cultural.
Asimismo, espero una explicita respuesta, a todas estas denuncias formuladas.