El nombre de Iruña en la documentación de los siglos XI y XII

¿Hay constancia escrita en la documentación antigua del nombre de Iruña para denominar a la ciudad de Pamplona?

Este escrito quizás le valga a alguien que recientemente hizo esa misma pregunta en un grupo de la red social de Facebook.

Para despejar dudas e informar a quien no lo sepa, citaré los trabajos de unos ilustres investigadores que también podéis encontrar por medio de Internet.

Veremos unos cuantos ejemplos de los siglos XI y XII.

 

Antes de entrar en materia, unos aspectos a tener en cuenta: 

Fuentes informativas de donde sabemos hechos históricos de hasta el siglo XI.

1. Fuentes del imperio carolingio y del imperio de los godos guardadas en monasterios o en códices y en crónicas de personajes que vivieron bajo cada uno de esos imperios. Los hechos que relatan son escasos y estan escritos desde su perspectiva.

2. Fuentes andalusíes.

Son las crónicas de varios cronistas y geógrafos musulmanes en lengua árabe que nos cuentan unos cuantos sucesos concernientes al Reino de Pamplona de entre los siglos VIII y XII desde su punto  de vista, claro..

3. Los fueros particulares dados a ciertas poblaciones.

Ya en Navarra, y hasta el siglo XI,  conocemos copias de fueros o mercedes que se guardan o guardaban en sus respectivos archivos municipales. Así, y gracias a esas copias, se obtienen datos de los fueros o leyes particulares dados en aquellas épocas por la Realeza.

En algunos pueblos también se guardan otro tipo de documentos firmados por nuestros reyes relativos a cada población, pero que no aparecen el el Archivo Real por ser anteriores al mismo.

4. Importancia del latín. Las fuentes monásticas.

En cada diócesis, monasterio, colegiatas y santuarios de importancia se guardaba copia de las gracias y concesiones que les dieron los reyes al fundarlos o al darles heredades.

También solían guardar los documentos llegados desde sus respectivos obispados. O desde Roma.

Y copia de los documentos que se mandaban a otras instancias (papado, obispado, otros monasterios etc)

Por otra parte, gracias a los cronicones escritos en ciertos monasterios nos han llegado la memoria y hechos de los reyes de Navarra de entre el siglo IX y el XI y de la relacción de los monasterios con los reyes y con el obispado.

Los libros de cuentas que nos han llegado de la catedral de Pamplona, de colegiatas como la de Roncesvalles y de varios cenobios (Becerro de Leire, Becerro de la Oliva, Rejas de San Millán etc), también nos hablan de la economía propia del Obispado y de cada monasterio con los nombres de quienes tributaban en su sostenimiento y los pueblos que tenían bajo su dominio, de las fincas que tenían o les habían donado.

El idioma de los monasterios, colegiatas, catedrales y obispados era el latín, que resultaba ser el idioma culto en toda la cristiandad de la Europa occidental, con el que se divulgaban ideas y conocimientos entre quienes eran capaces de leer y escribir.

A diferencia de otros lenguajes, el latín tenía la ventaja de que para escribirlo tenía un alfabeto propio y unas reglas gramaticales y ortográficas aceptadas desde antiguo.

El latín era el idioma de los monasterios, porque en ellos solía haber monjes de diversas procedencias con lo cual el latín era el idioma-puente que les permitía comunicarse entre sí, con Roma, con el clero de todos los obispados, con los demás monasterios, Cortes Reales y centros de poder de toda Europa Occidental.

Los amanuenses de los monasterios y de las catedrales, al ser los únicos alfabetizados, fueron los primeros escribanos que accedieron a cargos en la corte de los reyes de la Europa Occidental. Por ello, los documentos que generaron en todas las cancillerías fueron escritos en latín.

5. La Cancillería Real.

Las cancillerías de los reinos cristianos de la península fueron creadas entre los siglos XII y XIII.

En Navarra, se le llama Cancillería al conjunto de escribanos cuya labor era la elaboración de documentos y expedición de copia de los mismos.

La Cancillería además de ser un órgano organizativo del reino, se encargaba de recibir y enviar la mensajería diplomática que se cruzaban los monarcas de cada reino.

Las cancillerías origen de los archivos históricos.

La Cancillería Real es el primer organismo burocrático que genera y almacena información escrita sobre los asuntos del reino.

Referente a la Navarra de aquel entonces (mucho mas extensa que la de ahora) se puede hablar de la existencia de una naciente cancillería encargada de generar documentos a partir de Alfonso el Batallador (1104-1134)

El cargo de más responsabilidad de la Cancillería era conocido como Canciller.

De ahí que el cargo de Canciller fuese de toda confianza del rey llegando a representarlo como embajador para tratar y negociar asuntos exteriores importantes para el reino.

(Ver aqui un interesante articulo de Guadalupe Lopetegui Semperena titulado «Escribas y notarios en la Cancillería Real Navarra durante el siglo XII»)

Se conocen los nombres de los Cancilleres del Reino de Navarra a partir de Sancho el Sabio (1150-1194).

Los cancilleres de esta primera época solían ser del clero y el idioma utilizado en la documentación el latín.

(Ver qué era ser Canciller en La Gran Enciclopedia de Navarra pinchando aquí.)

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¿CUANDO APARECE EL NOMBRE DE IRUÑA  EN LA DOCUMENTACIÓN DE NAVARRA?

El nombre de Iruña aparece escrito justo en la misma época en que se comienzan a archivar documentos por parte del Reino. 

En estos primeros siglos de generación documental y primeros archivos (época que vamos a mencionar a causa de las palabras Pamplona e Iruña) todavía no aparece la palabra «Navarra» denominando al reino.

En los antiguos códices de aquellos tiempos escritos en latín y guardados en los monasterios y en las donaciones de fueros, al Reino se le conocía como «Reino de Pamplona» y al Obispado como «de Iruña»

No sería hasta el reinado de García IV Ramírez el Restaurador (1134 – 1150) cuando el reino tomó definitivamente el nombre de Navarra.

El primer Archivo Real de Navarra del que se tiene noticia estuvo en Tudela en tiempos de Sancho el Fuerte que reinó entre 1194 y 1234. 

Hablar del primer archivo de Navarra significa mencionar la época en que se comenzó a archivar la documentación que se generaba o que se recibía en la Corte.

Archivo que se fue haciendo más grande y minucioso desde que se empezaron a registrar las cuentas y actividades generadas en los distintos apartados de gobernanza que iban naciendo.

(Pinchando aqui, un articulo que cuenta la historia del Archivo del Reino de Navarra desde su nacimiento en Tudela hasta que se asentó en Pamplona).

Advertimos que todos los historiadores en general están de acuerdo en que el nombre romance o latino del que procede el nombre actual de Pamplona viene del general romano Pompeyo que estableció un campamento militar junto a la ciudad vascona de Iruñea.

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PRIMERA PARTE.

Hoy leeremos en primer lugar unas líneas de un trabajo de José María Jimeno Jurío publicado el año 1991 bajo el título de «Pamplona y sus Nombres»

Jimeno Jurío nos dice que la capital de Navarra ha tenido y tiene un nombre vascón, y otro romance.

Ambos han conocido múltiples variantes, dependiendo principalmente de épocas y lenguas (y de como oían o interpretaban los amanuenses ese nombre a la hora de escribirlo).

El autor habla en primer lugar del nombre que le dan a la ciudad desde el latín y sus idiomas derivados:

(para más y mejor información, recomiendo leer al completo el trabajo de Jimeno Jurío que se puede bajar de Internet)

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Jimeno Jurio comienza su trabajo diciendo que:

Los autores griegos ESTRABON (S. I a C.) y PTOLOMEO (S. II d.C.) la mencionan como «Pompelón». El primero apunta la causa de la denominación: «La ciudad de Pompelon, es decir, Pompeiopolis».

PLINIO (S. I d. C.) aporta el gentilicio «Pompelonenses» y en el «Itinerario» de ANTONINO PIO figura como «Pompaelo».

Numismática.

Olcairun 

No hay ceca de Pompaelo, aunque suelen considerarse próximas a la ciudad las cecas de «Barscunes-Bengoda» y la de «Bentian», sospechando A. Tovar que la de «Olcairun» guarda relación con el primitivo nombre vasco. Antonio Tovar vio en la segunda parte «un nombre, que no es otro que el vasco de Irun (Guipúzcoa), o el de Pamplona: Iruñea«


Epigrafía.
Los bronces con inscripciones hallados en Arre y desaparecidos, coincidían en el gentilicio: «Civitas Pompelonensis» (año 57); «Viris Pompel (onensibus)» (año 119); «Respublica Pompelonensis»(año 185)

Veamos las variantes escritas de ese Pompaelo en latín y en los idiomas romances que provienen del mismo: 

Pompelon, Pompaelo, Pompaelon (Época romana).

Pampilona (En latín) Versión usada en los textos latinos escritos, desde la Edad Media.

Bambaluna (En árabe. Siglo X)

Pampelune (En francés)

Pampalona (En romance occitano)

Pampalone (En gascón)

Pomplona (En romance navarro) 

Según Jimeno Jurio, el romance navarro (del que hay testimonios escritos desde finales del siglo XII) se impuso en la documentación durante los reinados de la casa de Champaña y de la de Evreux, singularmente en la corte de Carlos el Noble.

Su hija doña Blanca y el Príncipe de Viana fechaban los documentos «en Pomplona», «en la ciudat de Pomplona», «en nuestra ciudat de Pomplona»

Abierta la guerra civil entre los agramonteses de don Juan y los beaumonteses de Carlos de Viana, el Príncipe premió la fidelidad de los pamploneses concediéndoles un título honorífico: «la nuestra muy Noble e Leal Ciudat de Pomplona» (1453-1459).

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Como en este articulo nos interesa dejar claro que el nombre de Iruña y sus variantes están en la documentación de Navarra, veamos cuáles son las formas en que aparece escrita según este admirable investigador artajonés:

1. Olcairun. En el Museo de Navarra se guarda un as de bronce de la época romana con la leyenda «Olcairun«, integrada por un primer elemento céltico olca «campo bien arado», seguido de un sustantivo, considerado ibérico iltu-n por el profesor Jürgen Unterman.
Antonio Tovar vio en la segunda parte «un nombre, que no es otro que el vasco de Irun (Guipúzcoa), o el de Pamplona: Iruñea «

2. Documentación medieval en Latín (Siglos XI-XII) Prescindiendo del dato anterior, las primeras expresiones de la Ciudad en la lengua autóctona escrita en textos en latín datan de principios del siglo XI, durante el reinado de Sancho el Mayor: «Exirninus, episcopus Iruniensis» 

2. l. Irunia. Iruniensis El apelativo euskérico «Irunia» y el gentilicio «Iruniensis» alternan con las formas cultas «Pampilona, Parnpilonia», «Pampilonensis», desde el episcopado de Jimeno (1005-1024)  y durante los de sus sucesores del siglo XI y primera mitad del XII, concretamente con los obispos que siguen:

– Sancho (1024-1052) durante cuyo mandato fue expedido un documento sobre la iglesia de Santa Cecilia «in Pampilonia» o «de Sancta Cecilia in IRUNIA»

– Juan (1054-1068)  Blasco Gardeleiz (1068-1078) 87, del Infante García (1078-1083) obispo «in Jaca et in IRUNIA» .

– Durante el largo pontificado del francés Pedro de Roda (1083 – 1115) la documentación es abundante y en ella se recoge, junto a «Pampilona», «Pampilonia», «Pampilonensis» (ecclesia, episcopus), la mayor riqueza de variantes del nombre popular, «IRUNIA», con no menos de tres docenas de menciones en la documentación de Leire y alguna en la de Irache; «IRUNIENSIS», «IRONIA» y otras.

Por esta época salta frecuentemente a la documentación el topónimo «Navarra», como tenencia del Comes Sancius y luego como nombre del reino, que se irá consolidando durante el reinado de García Ramírez el Restaurador, hasta imponerse desde mediados del siglo XII.

Simultáneamente, coincidiendo con el reinado de Alfonso 1 el Batallador (1104-1 134) y la consolidación de los Burgos francos a lo largo de los caminos de Santiago, el apelativo «Pampilona», de la Ciudad episcopal y el territorio diocesano, fue marginando al vasco «IRUNIA»  usado esporádicamente durante el segundo cuarto de la centuria y desapareciendo de la documentación, escrita en lenguas latina y romances, sustituido por «PAMPILONA» y sus variantes. 

La forma «IRUNIA» (Yrunia), «Iruniensis» (Yruniensis), es la más usada durante esa época en las cancillerías regia y episcopal y en los escritorios monásticos de Leire, Irache, San Martín de Albelda, San Juan de la Peña y San Salvador de Oña.

Otras variantes.
Hasta aquí he recogido (dice Jimeno Jurío) únicamente la expresión más habitual y corriente de la denominación vasca de la Ciudad, pero existen otras más. «IRONIA, YRONIA»:

Referida a los obispos, aparece con mucha frecuencia en la documentación relacionada con Leire, entre 1083 y 1110; no la encontramos en la de Irache ni en la de otros monasterios.
Los monjes legerenses acusaron al obispo de que «in ciuitate YRONIA tollit nobis illam terram que est ante ecclesiam nostram Sancte Cecilie … iuxta nouam populationem in PAMPILONIA».

La forma «IRUNIA» (Yrunia), «Iruniensis» (Yruniensis), es la más usada durante esa época en las cancillerías regia y episcopal y en los escritorios monásticos de Leire, Irache, San Martín de Albelda, San Juan de la Peña y San Salvador de Oña.

Ni que decir tiene que, en todos los ejemplos citados, nos estamos refiriendo a textos documentales escritos en latín.  

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Si os decidís a leer este artículo en su totalidad y lo bajáis de Internet, veréis como a pie de página Jimeno Jurío menciona en qué archivo, en qué carpeta, en qué libro y en qué página encuentra cada variante.

Más adelante, Jimeno Jurío sigue explicando como se escribe muchas veces el nombre de Iruña y sus variantes por parte de unos cuantos escritores de entre los siglos XVI-XVIII.

Todo este trabajo de Jimeno Jurío lo podéis bajar íntegramente de Internet en formato Pdf pinchando aquí mismo.

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SEGUNDA PARTE

Patxi Salaberri Zaratiegi sobre el nombre de Iruñea.

Son varias las variantes de la misma palabra utilizadas por los euskaldunes de la comarca de Pamplon y de otras zonas de Navarra para denominar en euskara a la capital.
Euskaltzaindia recomendó que «la forma vasca del nombre de la capital de Navarra es Iruñea» en un informe elaborado a petición del Gobierno de Navarra.

El uxuetarra Patxi Salaberri, académico de número de Euskalzaindia, recopiló el año 1993 en el número 38 de la revista Euskera las variantes del nombre vascón de la capital de Navarra en un exhaustivo estudio titulado «Nafarroako Hiriburuaren izenaren gainean» (Sobre el nombre de la capital de Navarra)

Unos ejemplos de muestra, de los muchos que aporta Patxi:
Nuestro paisano recoge en su estudio que en un texto de 1626 en Leitza se referían a la capital de Navarra como Yruñea.

Y cómo el vizcaíno Juan Ignacio Iztueta escribía Iruñea en 1767.

Por citar otro testimonio escrito, el autor nacido en Luzaide (Valcarlos) Enrike Zubiri Manezaundi se refería a nuestra capital como Iruñe.

Aita Donostia, Orixe, Txomin Agirre, Lizardi utilizaron preferiblemente la forma Iruña. 

Pablo Fermin Irigarai, escritor de Burguete que firmaba como Larreko también utilizaba la forma Iruña.


En los dialectos del Pirineo navarro se han registrado a través de la historia formas como Iruñe (en Orbaitzeta), Uriña  (en Isaba) o Uruña (en Uztarroz).
Aun así, se considera que la forma más antigua es la de Iruñea, como señaló en su día Koldo Mitxelena.
Iruñea aparece en los textos en euskara de Joaquín Lizarraga, párroco de Elcano en el Valle de Egües.

El dialecto que usaba Joaquín Lizarraga era el Alto Navarro Meridional que en tiempos abarcó el territorio más extenso de todos (incluida la cuenca de Pamplona) siendo el que mas hablantes tuvo.

En los textos del Padre Moret, natural de Pamplona y autor de los Anales del Reino de Navarra, también aparece la palabra Iruñea aunque este autor también utilizó las formas Iruña e Irunia.

En la segunda parte de su trabajo, Salaberri recurre a una encuesta hecha a euskaldunes de un buen numero de pueblos de Navarra a quienes se pregunta sobre el modo en que  pronuncian en cada lugar el nombre vascón de la capital y sobre cómo lo declinan en el idioma hablado de cada día.

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 Etimología de Pompaelum. Teoría de Alfonso Irigoien.

Alfonso Irigoyen sugiere que bajo el nombre de Pompaelun (Pamplona en latín) pudiera haber un *Pompe[i]- + *ilon siendo ese «ilon» equivalente a iri, irun, ilun: ciudad en euskara.

Irigoien sugiere que  de ser así nos encontraríamos ante algo parecido a *Pompe{ij- + *ilon, que equivaldría a «ciudad de Pompeyo«.

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ENLACES:

Enlace al trabajo de Jimeno Jurio  «Pamplona y sus Nombres» pinchando aquí.

– Podéis leer el texto de Patxi Salaberri escrito en euskara sobre el nombre vascón de la capital de Navarra publicado en el numero 38 de la revista Euskera pinchando aqui

Año 1980. Policarpo de Iraizoz. Trabajo sobre las declinaciones del nombre de Iruña – Iruñea, titulado «Nombre vasco de Pamplona: ¿Iruñea, Iruña, Iruñe?« pinchando aquí.

Año 2019. Revista Fontes Linguae Vasconum, numero 127. Trabajo de Miguel Larrambebere Zabala titulado «Variantes del topónimo Iruña (siglos XI y XII)» 

Palabras clave: Topónimo Iruña; Eruña; Oruña; Uruña.

Tema: Este topónimo fue utilizado entre mediados del s. XI y mediados del s. XII en la documentación del reino de Pamplona, especialmente en la emanada de la escribanía regia, para referirse a la sede episcopal y al señorío del obispo sobre la ciudad.

El autor llega hasta a identificar a los escribanos que utilizaron varias variantes del nombre de Iruña.

Podéis acceder a este breve y ameno articulo pinchando aquí.

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NOMBRES DE POBLACIONES QUE TIENEN COMO PRIMERA SILABA LAS «IR – IRU» DE IRUÑA.

Así de botepronto podemos recordar además de nuestra Iruña o Iruñea, a Iruña Veleia.

También a Irún en Gipuzkoa, Iruri en Zuberoa, en Navarra varios Iriberri, además de Irizar, Irisarri, Irure, Irurita, Iribas, Irura, Irurtzun, Irulegi,.. Uruñuela, Iruñuela, Ilumberri… etc

La variante occidental de Iri e Iru es Uri, Uli (Bizkaia, Araba y actual Rioja) partícula que más de un pueblo lleva en su nombre.

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https://ujue-uxue.blogspot.com/2021/03/el-nombre-de-iruna-en-la-documentacion.html?fbclid=IwAR1SrYbCkalUbKJB_Rn_vtI0OFe4bHIrce7wEHOSbNN_kdwVyTFC_xzwXZo