El estado español busca su indulto

«Los presos hacen más daño en la cárcel que fuera, se acabó el relato del estado opresor».  José Luis Ábalos, secretario de organización del PSOE y ministro español de Tranportes.

 

Pensemos lo que pensemos de cómo ha ido la gestación de los indultos, la alegría de ver los presos políticos en la calle y con sus familias es grande.  Escuchar en libertad y saber que no deben volver a dormir en la cárcel es un descanso colectivo.

 

Ahora, si creyéramos que ellos serán los últimos presos políticos que tendrá Cataluña, seguramente iríamos bastante errados.  No han sido los primeros, y no serán los últimos excepto un milagro que haga que el poder establecido en Madrid se democratice de golpe y acepte que el derecho a la autodeterminación es al menos tan importante como su deseo de mantener la unidad de España eternamente.

 

La confirmación la vemos cuando Pedro Sánchez dice que «hay un tiempo para el castigo, y un tiempo para la concordia» para justificar los indultos, no apela a un propósito de enmienda por la represión aplicada, sino que reivindica que una vez castigados por sus crímenes, hay que soltar los presos para ser magnánimos. No se disculpa por los derechos violados (o por haber despreciado las resoluciones del WGAD de la ONU), sino que viene a decir que ya no hay que violarlos más para conseguir los objetivos propuestos.

 

La relación de Cataluña con las instituciones españolas/hispánicas/castellanas es un bucle que dura desde hace casi cinco siglos y sólo se resolverá con la independencia de Cataluña o la completa decadencia y provincialización del país, que tanto puede llegar por acomodación institucional al dominio de Madrid como por un enamoramiento tecnocrático que olvide quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos.  Para que tengamos una idea de cuánto tiempo hace que esto dura, la primera vez que los representantes institucionales de la Generalitat fueron encarcelados por defender las leyes de la tierra fue la primavera de 1569. Hace 452 años.

 

En todo caso, ante los tiempos que vendrán hay 4 cosas que hay que tener claras:

 

  1. Habrá más presos políticos.  Activistas, manifestantes, CDR.  Sabemos que el caso de Marcel Vivet no será un caso aislado, y también sabemos que será mucho más difícil dar cobertura internacional a la represión contra personas prácticamente anónimas.  Si no estoy equivocado el 6 de julio declararán Carlos de Pedro y Xavier Goikoetxea, a quien piden prisión por haber acompañado al presidente Puigdemont entre Finlandia y Alemania.  Es un estilo de represión menos visible, pero al que el Estado tiene barra libre.  Basta con que pensemos en el encarcelamiento preventivo de Eva Serra y sus compañeros en 81 por llevar una pancarta diciendo «independencia» o la operación Garzón del 92, torturas incluidas.

 

  1. El indulto no es para los presos, el indulto es para el PSOE y para el Estado español en general.  Ante las victorias continuadas del exilio tanto en Bélgica, como Alemania, como el TJUE en Luxemburgo, y la previsible victoria de los presos en Estrasburgo contra el Supremo y la Audiencia Nacional, Pedro Sánchez ha dado un giro para salvar la cara y, si puede, la unidad de España.  El incidente de la rueda de prensa Lavrov-Borrell había hecho un mal incalculable al prestigio de la Unión Europea. Tal como vimos con la votación del suplicatorio, la familia socialdemócrata europea estaba haciendo una deserción cada vez más importante ante el autoritarismo y los abusos del PSOE.

 

  1. El PSOE es fundamental para mantener en pie el régimen y evitar cambios de fondo.  Su persecución de los exiliados ha sido incansable, así como sus presiones para que les quitaran la inmunidad europea al president Puigdemont y los consejeros en el exilio Toni Comín y Clara Ponsatí.  Lo han vuelto a demostrar esta semana en el Consejo de Europa, en la que intentaron eliminar como fuera las menciones a retirar las órdenes de extradición.  Mantener la presión internacional sobre Pedro Sánchez será fundamental en los próximos meses y años.  Si el PP y Vox realmente suman mayoría, la alternativa para Cataluña no puede ser el regreso del PSOE dentro del juego de las dos Españas, sino la independencia.

 

  1. La internacionalización es el único camino.  Lo demuestra la lucha del exilio, el daño que hace la existencia del Consejo de la República fuera del alcance legal español, las sentencias europeas, el 43% de voto de castigo del Parlamento Europeo contra la represión española y la resolución aprobada por el Consejo de Europa.  Esta semana veremos otro ejemplo seguramente. Veremos si el Tribunal de Cuentas, tan franquista él, se atreverá a confiscar los bienes de Andreu Mas-Colell tras la campaña internacional liderada por 33 premios Nobel. Que la reunión entre Pedro Sánchez y el president Pere Aragonés sea el mismo día, es un error, con la falsa impresión de que la represión, que ha sido un proyecto compartido por los grandes partidos españoles excepto Podemos, es sólo un proyecto de los sectores del Estado más cercanos al PP.  Así pues, con la Generalitat ligada a la mesa de diálogo con el gobierno español, el trabajo del exilio será más vital que nunca.

 

Así pues, y a pesar de las palabras supuestamente magnánimas del represor, todos en el PSOE sabe que estos indultos son para salvaguardar el honor de España de futuras humillaciones.  El objetivo del indulto no son los presos, sino la imagen del PSOE y el Estado español como buenos carceleros que castigan, pero también muestran piedad.  No les damos el indulto que buscan, y recordamos que en la Moncloa sólo han actuado cuando han sabido segura una humillación judicial que les forzaria a sacar a los presos políticos de la cárcel.  Cataluña y los catalanes sólo seremos realmente libres de la obsesión represiva española cuando seamos independientes.

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