¿Sabías que el escudo funerario de Enrique V de Inglaterra contiene las armas de Navarra y está expuesto en la abadía de Westminster?
Parece ser que la historia viene de que María de Bohun, madre de Enrique V de Inglaterra, falleció al dar a luz a su última hija el 4 de julio de 1394, y nueve años más tarde el rey de Inglaterra decidió casarse de nuevo. El matrimonio se celebró en la catedral de Winchester el 7 de febrero de 1403 y la novia fue Juana de Navarra, hija del rey Carlos II. Así, la princesa navarra se convirtió en la madrastra de Enrique V.
Las armas de Navarra estaban presentes en el escudo funerario de Enrique IV cuando este falleció el 20 de marzo de 1413 en la abadía de Westminster en homenaje a su segunda esposa, la reina Juana.
Enrique V, su heredero, fue coronado con 26 años y llegaba al trono con fama de gran guerrero, ya que había conseguido sofocar sendas revueltas de irlandeses y galeses. Esas habilidades militares volvieron a ponerse en evidencia en su enfrentamiento con Francia en el marco de la Guerra de los Cien años. El soberano inglés consiguió el 25 de octubre de 1415 una sorprendente victoria en Agincourt que permitió a los británicos hacerse con media Francia.
Siete años más tarde fallecía en suelo galo, mientras dirigía nuevas operaciones militares. La causa de su muerte fue una enfermedad no del todo aclarada, ya que según las fuentes murió por disentería, lepra o incluso por una enfermedad venérea.
Su cuerpo fue trasladado a Inglaterra para ser enterrado en la abadía de Westminster. En las exequias se utilizó el escudo funerario de su padre en el que aparece el emblema navarro y que sigue en ese lugar casi seiscientos años después.
¿Por qué el escudo funerario de Enrique IV se utilizó en las exequias por su hijo Enrique V? Al parecer la respuesta radica en el reverso del escudo, donde se encuentra un elemento que lo hace único. Según los expertos, ese espacio está cubierto con una de las sedas chinas más antiguas de Europa y que tiene una calidad calificada de imperial. Esa seda habría llegado al norte de Europa desde China a principios del siglo XIV, en un momento en que los historiadores consideraban que la Ruta de la Seda estaba cerrada al tránsito de mercancías.
Sea como fuere, esa seda llegó a Inglaterra y pasó a decorar ese escudo de Navarra, perteneciente a Enrique V de Inglaterra.