Demócratas y constitucionalistas

El año que acabamos de estrenar es un año decisivo, es el año que decidirá nuestro futuro, es el año que tendremos que demostrar que estamos dispuestos a hacer para conseguir la independencia de Cataluña, es el año de actuar, es el año de la verdad. Sabemos que, sea como sea, acabaremos votando, porque en democracia los conflictos y los desacuerdos se resuelven en las urnas, y ahora y aquí estamos en democracia y formamos parte de la Unión Europea. Dentro de poco empezarán a desembarcar en Cataluña todos los ministros del gobierno de España y todos los dirigentes y altos cargos del PSOE para desestabilizar y detener el proceso soberanista, se han comprometido a ello públicamente y lo han pactado como un objetivo prioritario de los sus partidos. Visitarán varias ciudades y lugares del país para contarnos las maldades del proceso soberanista y las dificultades que tendrá una Cataluña independiente. Hasta ahora habían venido, de vez en cuando, para recordarnos quién tiene el poder y el dinero, pero a partir de ahora, que ya ven la consulta como un hecho inevitable, iniciarán una ofensiva diplomática, económica, jurídica, mediática y política asfixiante para frenar nuestras legítimas aspiraciones nacionales.

Todos nos dirán que, si nos independizamos, tendremos que salir de la Unión Europea, a pesar de que nadie sabe qué pasará, porque es una situación nueva, sin precedentes y, si salimos, volveremos a entrar sin problemas si así lo queremos, eso sí que lo saben, pero no nos lo dirán. También nos dirán que, si nos independizamos, perderemos todos, pero saben que los que perderán más serán ellos, porque nosotros queremos seguir manteniendo los vínculos sociales, afectivos, culturales, lingüísticos y comerciales con España. Lo único que queremos es gestionar nuestros recursos y poder decidir lo que más nos conviene como pueblo, sin pedir permiso a un Estado que no es nuestro. Queremos y podemos ser unos grandes aliados y queremos y podemos ser muy solidarios. Nos dirán que mejor juntos para salir de la crisis, pero saben que Cataluña saldrá mejor sola, porque es una de las economías, si no la más productiva de España, la que más exporta. La fila de ministros y dirigentes del PP y del PSOE vendrán para decirnos que nos olvidemos de la independencia, pero vendrán con las manos vacías, no nos ofrecerán nada que nos pueda hacer dudar ni un segundo de nuestro camino. No pueden ni quieren, como dijo el señor Rajoy, dejarnos votar, porque dicen que está fuera de la Constitución, que la ley no lo permite, y con estos argumentos no podrán, por más que quieran, convencer a nadie.

Nosotros somos los demócratas, sabemos que las leyes son normas pactadas para mantener la convivencia en una sociedad y que se cambian cada vez que así lo deciden las mayorías. Sabemos que las leyes están al servicio de las personas, no las personas al servicio de las leyes. Sabemos que la democracia y la voluntad de la mayoría están por encima de las leyes, son las normas que se adaptan a los dictados de la democracia y no la democracia a las normas. Ellos, el gobierno de España y los dirigentes del PSOE, son los constitucionalistas, los que utilizan la Constitución en contra de la democracia, los que cortan el paso a la democracia a base de decretos. Los que defienden que las leyes sirven para frenar la voluntad de la mayoría de ciudadanos.

El Estado español hace todo lo contrario de lo que debe hacer un Estado democrático, que es interpretar las leyes para dar cumplimiento a la voluntad mayoritaria de los ciudadanos. Sabemos que la Constitución permite que los catalanes podamos votar, por lo que el Parlamento de Cataluña, mañana, aprobará pedir al Congreso el traspaso de competencias, del Estado a la Generalitat, para convocar la consulta, tal como se hizo con las competencias de tráfico. Pero el gobierno español, en lugar de aceptar la votación y ofrecernos propuestas estimulantes para que no nos vayamos, como hacen los otros gobiernos democráticos, se empeña en decir que la Constitución no lo permite. Que se esfuercen tanto como quieran, que la historia nos demuestra que la democracia siempre gana, que la voluntad de la mayoría siempre prevalece y que las urnas siempre acaban triunfando.

Carme Forcadell
EL PUNT – AVUI

* Presidenta de la ANC